Declaración de Crimea, 2014 Secretario de Estado de EE.UU Michael Pompeo

0
102

Russia, through its 2014 invasion of Ukraine and its attempted annexation of Crimea, sought to undermine a bedrock international principle shared by democratic states: that no country can change the borders of another by force.

The states of the world, including Russia, agreed to this principle in the United Nations Charter, pledging to refrain from the threat or use of force against the territorial integrity or political independence of any state. This fundamental principle — which was reaffirmed in the Helsinki Final Act — constitutes one of the foundations upon which our shared security and safety rests.

As we did in the Welles Declaration in 1940, the United States reaffirms as policy its refusal to recognize the Kremlin’s claims of sovereignty over territory seized by force in contravention of international law. In concert with allies, partners, and the international community, the United States rejects Russia’s attempted annexation of Crimea and pledges to maintain this policy until Ukraine’s territorial integrity is restored.

The United States calls on Russia to respect the principles to which it has long claimed to adhere and to end its occupation of Crimea.

As democratic states seek to build a free, just, and prosperous world, we must uphold our commitment to the international principle of sovereign equality and respect the territorial integrity of other states.

Through its actions, Russia has acted in a manner unworthy of a great nation and has chosen to isolate itself from the international community.

Rusia, mediante su invasión de Ucrania en 2014 y su intento de anexión de Crimea, intentó socavar un principio internacional fundamental compartido por los Estados democráticos: que ningún país puede modificar las fronteras de otro por la fuerza. Los Estados del mundo, incluida Rusia, acordaron este principio en la Carta de las Naciones Unidas, comprometiéndose a abstenerse de la amenaza o el uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado. Este principio fundamental, reafirmado en el Acta Final de Helsinki, constituye uno de los cimientos sobre los que se asienta nuestra seguridad compartida.

Como lo hicimos en la Declaración de Welles de 1940, Estados Unidos reafirma como política su negativa a reconocer las reivindicaciones de soberanía del Kremlin sobre territorios confiscados por la fuerza en contravención del derecho internacional. En colaboración con sus aliados, socios y la comunidad internacional, Estados Unidos rechaza el intento de anexión de Crimea por parte de Rusia y se compromete a mantener esta política hasta que se restablezca la integridad territorial de Ucrania.

Estados Unidos insta a Rusia a respetar los principios a los que ha afirmado adherirse durante mucho tiempo y a poner fin a su ocupación de Crimea. Como estados democráticos que buscan construir un mundo libre, justo y próspero, debemos mantener nuestro compromiso con el principio internacional de igualdad soberana y respetar la integridad territorial de otros Estados. Con sus acciones, Rusia ha actuado de una manera indigna de una gran nación y ha optado por aislarse de la comunidad internacional.