El 17 de noviembre de 2017, el Parlamento Europeo, el Consejo y la Comisión refrendaron el pilar europeo de derechos sociales, que enuncia veinte derechos y principios clave para apoyar unos mercados de trabajo y sistemas de protección social justos y que funcionen correctamente. La Comisión ya está cumpliendo la parte que le corresponde para convertir el pilar en acciones concretas, por ejemplo con nuestra iniciativa sobre conciliación de la vida familiar y la vida profesional, la propuesta de Directiva relativa a unas condiciones laborales transparentes y previsibles en la Unión Europea o el futuro paquete de equidad social.

Un instrumento clave para guiar el proceso de convergencia económica y social cada año es el Semestre Europeo. Desde el ciclo 2017/18, en los principales documentos del Semestre se han integrado los principios y prioridades del pilar europeo de derechos sociales. En particular, el proyecto de informe conjunto sobre el empleo incluye el nuevo cuadro de indicadores sociales, cuyo objetivo es supervisar los progresos en varios ámbitos clave cubiertos por el pilar, como es el porcentaje de abandono escolar prematuro, la tasa de desempleo juvenil o el impacto de las transferencias sociales en la reducción de la pobreza.

El estudio trimestral sobre el empleo y la evolución social en Europa ofrece una visión general de los recientes cambios sociales y del mercado de trabajo en la Unión, y analiza las variaciones a corto plazo en las tendencias del PIB y el empleo.

En comparación con el año anterior, el empleo en la UE creció un 1,7%. Esto representa 4 millones más de personas empleadas, de ellas, 2,7 millones en la zona del euro. Los puestos de trabajo permanentes y el empleo a tiempo completo constituyen la parte principal de esta expansión. Entre el tercer trimestre de 2016 y 2017, el número de personas empleadas con contratos indefinidos aumentó en 2,8 millones. Este aumento es tres veces superior al de los contratos temporales (900,000). El número de trabajadores a tiempo completo creció en 3 millones aproximadamente, hasta alcanzar los 181 millones, mientras que se registraron 300,000 trabajadores más a tiempo parcial, hasta llegar a 42,7 millones.

En la Unión Europea, la tasa de empleo de las personas entre 20 y 64 años ha aumentado de manera constante durante los últimos tres años, y llegó en el tercer trimestre de 2017 al 72,3%, el índice más alto jamás alcanzado. No obstante, sigue habiendo grandes disparidades entre los Estados miembros. Las tasas de empleo nacionales van del 58% en Grecia al 82% en Suecia. El informe muestra asimismo que la tasa de desempleo en la UE se aproxima a los niveles anteriores a la crisis a un ritmo constante. El desempleo ha disminuido en unos 8,6 millones de personas desde que alcanzó su valor máximo en abril de 2013, y se mantenía por debajo de los 18 millones de personas en diciembre de 2017; el nivel más bajo desde noviembre de 2008.

Según el estudio trimestral, otras cifras sobre el mercado de trabajo también confirman que la salud de la economía de la UE ha mejorado:

  • La productividad del trabajo en la Unión ha crecido un 0,8 % en comparación con el tercer trimestre de 2016. El mayor aumento, con diferencia, se registró en Letonia, Lituania, Polonia y Rumanía (al menos un 3% interanual).
  • La situación financiera de los hogares de la Unión siguió mejorando a un ritmo de en torno al 1,5 % interanual, impulsado principalmente por un incremento de las rentas del trabajo. Casi todos los Estados miembros han seguido experimentando un crecimiento en la renta anual de los hogares hasta la primera mitad de 2017. No obstante, en varios países como Croacia, España, Grecia, Italia y Portugal, además de los Países Bajos, la renta bruta disponible de los hogares sigue estando por debajo del nivel de 2008.
  • La demanda de mano de obra y la escasez de mano de obra han seguido aumentando. La tasa general de vacantes de empleo en la UE alcanzó el 2% en el tercer trimestre de 2017. La tasa de vacantes de empleo fue más alta en los servicios que en la industria o la construcción. La escasez de mano de obra aumentó y la actividad de contratación se recuperó (llegando al 3,7% en un año, hasta el segundo trimestre de 2017). Las tasas de pérdida de empleo descendieron muy por debajo de los niveles anteriores a la crisis, mientras que la tasa de búsqueda de empleo aceleró su recuperación en los últimos trimestres y se aproximó al valor anterior a la crisis.