Federica Mogherini: Día Mundial de la Libertad de Prensa

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En el Día Mundial de la Libertad de Prensa celebramos el papel esencial que desempeña la prensa libre, no solo como transmisora de noticias fiables y precisas, sino también como pilar de la democracia. La calidad de los procesos democráticos está relacionada con el estado de la libertad de expresión y con la libertad y el pluralismo de los medios de comunicación. No hay democracia sin una prensa verdaderamente libre.

A la vez que asumen la gran responsabilidad de garantizar la transmisión a la ciudadanía de información correcta y verificada, los medios de comunicación libres, diversos e independientes constituyen la misma base de una sociedad abierta y plural. El periodismo de investigación desempeña un necesario papel de vigilancia y contribuye así a que las instituciones y los gobiernos, a todos los niveles, rindan cuentas a la ciudadanía por sus acciones y obligaciones. Sin embargo, cada vez son más frecuentes los intentos de reducir el espacio de que disponen los medios de comunicación libres, que también ven socavada sistemáticamente su credibilidad, y son demasiados los periodistas que han puesto en peligro su vida, o incluso la han perdido, al haber desvelado verdades incómodas.

Este año, la vigesimosexta conmemoración del Día Mundial de la Libertad de Prensa aborda los retos a los que se enfrentan actualmente los medios de comunicación al cubrir elecciones en tiempos de desinformación, así como el potencial que ellos mismos albergan para apoyar la democracia, la paz y la reconciliación. La desinformación puede influir muy negativamente en los procesos democráticos y los debates públicos en todo el mundo, y la Unión Europea no constituye una excepción.

Esta es la razón por la que hemos puesto en marcha el «Plan de acción de la UE contra la desinformación», que intensifica la respuesta europea para reforzar la resiliencia de nuestras sociedades contra esa lacra. El Plan se centra en la mejora de la detección de la desinformación, la coordinación y la puesta en común de las acciones de la Unión y los Estados miembros, la movilización del sector privado para cumplir sus compromisos, la sensibilización de la opinión pública y la capacitación de la ciudadanía. Una democracia sana se basa en un debate público abierto, libre e imparcial, y nuestro deber es proteger ese espacio e impedir que se difunda desinformación que alimente el odio, la división y la desconfianza en la democracia.

La UE promueve unos medios de comunicación libres e imparciales tanto en su propio territorio como a escala mundial, en sus relaciones con terceros países, por ejemplo financiando proyectos concretos que mejoren la calidad de la labor periodística, la libertad de prensa y el acceso a la información pública. Ante el incremento de las presiones que amenazan el ejercicio libre del periodismo, la UE reitera su determinación de defender la libertad de prensa y de los medios de comunicación dentro de sus fronteras y en todos los demás países.