Marcia Alanoca

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A más de cuatro mil metros, donde se crían las alpacas, donde éstas mueren de frio y aunque se construyen reservas puede venir un fuerte viento helado que destruye las barreras y se las lleva, ahí vivía y aún vive Marcia Alanoca. Su familia la había destinado al pastoreo, sin embargo Marcia tenía otros objetivos en su vida. No yendo a la escuela, pues ese era su destino, se volvió autodidacta aprendiendo las tablas de multiplicar mientras pastoreaba, luego le fueron tan útiles.

A los catorce años se fuga de la casa paterna, viaja a Cusco y descubre una gran ciudad que la estimula a desear tener una empresa. Ha superado dificultades, pero su deseo lo logró con creces.

Su empresa «Tumi» sigue siendo micro-empresa, vende directamente en Suiza y por un intermediario en Alemania, Sus trabajos son de punto y crochet.

En Puno vive una población alejada decenios de años de la modernidad, cuya población carece de todo tipo de infraestructura sanitaria, escolástica, telefónica, dejándola sumida en el siglo pasado remoto. De esto nos habla, hace un apelo directo, solicita mayor atención del Estado.

Lo mas importante es que Marcia Alanoca es una inspiración para su generación y para las generaciones venideras, ella, sino ha podido transformar al Estado en mirar a Puno. Sí pudo transformar su historia abatiendo prejuicios de su familia, de su gente, de su sociedad que vieron en ella una pastora de alpacas, el pastoreo como presente y futuro. Ella, sin embargo, cambió su destino, ella sabía que había algo más, Cusco le abrió las puertas. Si bien el Estado peruano le negó la comodidad de una vida normal para muchos, le ofreció lo que ella ahora posee, formación para trabajar la lana de alpaca con calidad, llevar su micro-empresa con éxito, manejar sus cuentas acertadamente. Esto gracias a la capacitación que le ofreció PromPerú, una capacitación gratuita que el Estado peruano ofrece a todos los peruanos a fin que hagan empresa.

Esperamos visitar a Marcia Alanoca, en una zona rica de quinua, de productos naturales que aún los puneños deben valorizar. Marcia lo está ya haciendo transformando la lana de alpaca en maravillosos indumentos.