La presidenta del Consejo, Giorgia Meloni, anuncia la participación del Papa Francisco en el G7 en el programa del 13 al 15 de julio en Borgo Egnazia, en Puglia. El Pontifice será parte de la sesión «Outreach» del Vértice, abierta a los países invitados y no solo a los miembros del G7.
Desde el 1 de enero de 2024, Italia asume la presidencia del G7, una responsabilidad histórica en un momento especialmente complejo. Los desafíos que el G7 está llamado a afrontar son de importancia estratégica para nuestro presente y nuestro futuro.
Durante este año se llevarán a cabo 21 reuniones ministeriales, algunas de ellas ya se han celebrado en estos primeros meses de 2024, otras se celebrarán durante el año, mientras que el evento principal será la Cumbre de Líderes del 13 al 15 de junio en Borgo, Ignazia en la espléndida Puglia.
Había muchas cuestiones que la Presidencia italiana quería incluir en el orden del día. El G7 confirmará su apoyo a Ucrania, seguirá trabajando para lograr una paz justa y duradera, abordaremos el conflicto en Oriente Medio trabajando para evitar una escalada y restaurar la paz, la estabilidad y la seguridad en toda la Región también aquí.
Enfrentaremos los grandes desafíos de nuestro tiempo, desde el nexo clima-energía hasta la seguridad alimentaria. Juntos sentaremos las bases para construir una nueva relación de igual a igual y de beneficio mutuo con las naciones en desarrollo y las economías emergentes y, en particular, con el continente africano. Así como centraremos nuestra atención en los temas migratorios con el objetivo de combatir las redes de trata de personas y sentar las bases para garantizar el derecho a no tener que emigrar.
Pero el G7 también se enfrentará a lo que muchos, y no sin razón, consideran el mayor desafío antropológico de esta era, a saber, la llegada de la inteligencia artificial, una tecnología que puede generar grandes oportunidades pero que también trae consigo enormes riesgos e inevitablemente impactando los equilibrios globales.
Nuestro compromiso es desarrollar mecanismos de gobernanza para garantizar que la IA esté centrada y controlada por el ser humano, es decir, centrada y centrada en el ser humano.
Es un desafío que ninguno de nosotros puede pensar en afrontar solo y creo que es esencial valorar lo mejor de la reflexión ética e intelectual que se está desarrollando en este ámbito. Pienso, por ejemplo, en el camino iniciado por la Santa Sede en 2020 con la convocatoria de Roma a la ética de la IA, un camino que lleva a dar una aplicación concreta al concepto de algorítmica o a dar ética a los algoritmos. La presidencia italiana del G7 pretende valorizar este camino promovido por la Santa Sede, presentándolo a los demás líderes con ocasión de la Cumbre de Apulia.
Por eso tengo el honor de anunciar hoy la participación del Papa Francisco en los trabajos del G7, precisamente en la sesión dedicada a la inteligencia artificial.
Agradezco de corazón al Santo Padre que haya aceptado la invitación de Italia; su presencia da prestigio a nuestra nación y a todo el G7.
Es la primera vez en la historia que un Pontífice participa en los trabajos del Grupo de los Siete y el Santo Padre lo hará en la sesión «Outreach», que está abierta también a los países invitados y no sólo a los miembros del G7 y estoy convencida de que la presencia de Su Santidad supondrá una contribución decisiva a la definición de un marco regulatorio, ético y cultural para la inteligencia artificial.
Porque en este terreno, en el presente y en el futuro de esta tecnología, se medirá una vez más nuestra capacidad, la capacidad de la comunidad internacional, para hacer lo que el 2 de octubre de 1979 otro Papa, San Juan Pablo II, recordó en su célebre discurso a Naciones Unidas: “la actividad política nacional e internacional proviene del hombre, se ejerce a través del hombre y es para el hombre”. Este será siempre nuestro compromiso y nuestro camino.