Los saludo desde el Consejo Pontificio de la Cultura en el Vaticano, soy el Padre Carlos Javier Díaz Vega.

“Sólo Dios nos puede dar la verdadera felicidad; es inútil que perdamos el tiempo buscándola en otras partes, como la riqueza, los placeres, el poder, la carrera”. Así lo explicó el Papa Francisco durante el Ángelus de este domingo 18 de febrero ante aproximadamente veinte mil personas reunidas en la Plaza de San Pedro.

En este primer domingo de Cuaresma, siguió enseñando el Santo Padre, “estamos invitados a acoger el llamado de Jesús a convertirnos y creer en el Evangelio”. El Santo Padre basó su reflexión en el texto evangélico leído en todas las iglesias durante la liturgia dominical, y subrayó tres palabras: la tentación, la Buena noticia y la conversión. El Papa recordó que Jesús fue al desierto para prepararse a su misión, y esta preparación consiste en el combate contra el espíritu del mal. También para nosotros la Cuaresma es un tiempo de lucha espiritual, señaló el Papa, pero lo hacemos mediante la oración para que con el auxilio divino podamos en nuestra vida cotidiana vencer al Maligno, vencer la tentación.

La segunda palabra es la Buena noticia, que está muy unida a la tercera palabra, la conversión. Jesús – señaló el Papa – comienza a predicar el Evangelio, que es la Buena noticia, y esta buena nueva exige la conversión y la fe. Por ello, Jesús exhortaba: “Conviértanse y crean en el Evangelio”. En nuestra vida, dijo el Sumo Pontífice, siempre necesitamos de conversión, ¡todos los días!, apuntó el Papa Francisco, “puesto que no estamos lo suficientemente orientados hacia Dios; por ello debemos continuamente enderezar nuestra mente y nuestro corazón hacia Él”. El Santo Padre entonces recordó que la Cuaresma es un tiempo de penitencia, sí, pero no un tiempo triste o de luto. La penitencia cuaresmal es “un compromiso alegre y serio para despojarnos de nuestro egoísmo y renovarnos de acuerdo con la gracia de nuestro bautismo”, recordó el Sumo Pontífice.

María Santísima, pidió el Papa Francisco, “nos ayude a vivir esta Cuaresma con fidelidad a la Palabra de Dios y con oración incesante”. ¡Esto no es imposible! exclamó el Sumo Pontífice. “Se trata sólo de vivir nuestras jornadas con el deseo de recibir el amor que viene de Dios”.

Por otra parte, después del rezo de la oración mariana del Ángelus, el Papa mencionó que del 19 al 24 de marzo vendrán a Roma cerca de 300 jóvenes de todo el mundo invitados a una reunión preparatoria al Sínodo de los Obispos, cuyo tema es “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”. Cabe recordar que estos jóvenes son representantes de las conferencias episcopales, de la vida consagrada y de los que se preparan al sacerdocio, de las asociaciones y movimientos eclesiales, del mundo de la escuela, de la universidad, de la cultura, del trabajo, los deportes, las artes, el voluntariado y del mundo juvenil que se encuentra en las periferias existenciales extremas, así como expertos y educadores que ayudan a los jóvenes en el discernimiento de sus opciones de vida. El Papa Francisco, además notificó que pueden intervenir en esta reunión de marzo todos los jóvenes que, mediante el sitio de internet, puedan coligarse a la reunión de Roma. Además el Santo Padre recordó que cualquier joven puede encontrar más información en el sitio web del Sínodo: http://www.synod2018.va/content/synod2018/es.html.

Por último, el Papa Francisco tuvo una palabra de afecto y de ánimo para las personas detenidas en las cárceles. También a ellos los animó a vivir el período cuaresmal “como ocasión de reconciliación y renovación de la propia vida”, recordándoles que el Señor misericordioso nunca se cansa de perdonar.

Gracias por la atención, Dios los bendiga. Hasta la próxima.