En América Latina se revela el profundo secreto de las cifras. Sigue siendo un instrumento de poder económico, social, político, cultural para manipular a la sociedad.   

La reciente publicación del BID, después de un largo trabajo que concluyó en un seminario en Costa Rica 2017, podemos apreciar que todos, sin excepción,  con el uso de la tecnología, podemos ahora tener acceso a: Los datos abiertos en América Latina: ¿Qué son y para qué sirven?

La «economía de los datos» se está convirtiendo en el nuevo oro negro del crecimiento económico. Hoy en día, la producción de datos masivos y abiertos es clave para mejorar la toma de decisiones de los gobiernos y facilitar la participación ciudadana en los asuntos públicos. 

Pero, ¿hasta qué punto están los gobiernos de América Latina comprometidos con la agenda de datos abiertos?

El libro que hoy se puede acceder a través de redes de internet descubre cómo se ha desarrollado la apertura de datos públicos en América Latina, y los desafíos políticos, legales y técnicos a los que se están enfrentando los 21 países.

Existe poca evidencia sistematizada y robusta sobre el valor del uso de los datos abiertos. El GovLab de la Universidad de Nueva York ha sistematizado experiencias  que dan cuenta del impacto de los datos incorporados.

Sus editores  recomiendan la existencia de un libre acceso a los datos gubernamentales que no deben atentar contra el derecho a la privada ni existir barreras burocráticas y/o administrativas para acceder a los datos. 

Los datos abiertos permiten identificar desafíos sociales y económicos, además de monitorear metas de desarrollo.

La Carta Internacional de Datos Abiertos los define como aquellos datos digitales que son puestos a disposición con las características técnicas y jurídicas necesarias para que puedan ser usados, reutilizados y redistribuidos libremente por cualquier persona, en cualquier momento y en cualquier lugar.

Los datos abiertos también tienen el potencial de mejorar la eficiencia de los gobiernos de la región, facilitando el diseño, monitoreo y evaluación de políticas públicas. 

El BID, a través de la División de ICS, ha diseñado su estrategia “Datos +” para convertirse en un socio del ecosistema de datos y apoyar a los gobiernos de la región en el diseño e implementación de estrategias de apertura de datos  y  mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

En este contexto, los gobiernos deben asegurar la confiabilidad de los datos y propiciar espacios de colaboración donde se habilite la generación de valor público, garantizando la confidencialidad de datos personales.

Sin embargo, la apertura de datos gubernamentales se enfrenta a múltiples desafíos políticos, legales, y técnicos  como la confiabilidad de los datos publicados, la protección de la privacidad de los individuos.

A pesar de estos retos, América Latina y el Caribe es una región comprometida con la agenda de datos abiertos. Con este documento, desde el Banco Interamericano de Desarrollo se alienta una agenda de datos abiertos que apoya la transparencia, la mejora de servicios públicos, y agilice la innovación y el emprendimiento.

Este trabajo es para la construcción de un ecosistema digital que fomente la innovación pública y es parte de la agenda de conocimiento e investigación de la División de Innovación para Servir al Ciudadano sobre las oportunidades y los retos de la transformación digital del Estado y el fortalecimiento de la transparencia e integridad públicas, explica Carlos Santiso, del BID. 

Los datos, masivos y abiertos, son esenciales para mejorar la confianza de los ciudadanos en sus estados y hacerles partícipes de la acción pública, facilitando el acceso a la información y mejorando la calidad de los servicios públicos. 

Sin embargo, la apertura de datos gubernamentales se enfrenta a múltiples desafíos políticos, legales, y técnicos entre los que se encuentran cuestiones tales como la confiabilidad de los datos publicados, la protección de la privacidad de los individuos, la falta de vínculo entre oferta y demanda de datos, y la insuficiente medición del impacto de las iniciativas de datos abiertos.

La preparación de esta nota técnica ha sido posible gracias al financiamiento del Fondo de Transparencia del BID, que se beneficia de las contribuciones de los gobiernos de Canadá, Italia, Noruega, y Suecia, así como de MasterCard.

Una buena práctica es contar con portales de datos a nivel central y con un diseño enfocado en el usuario que permita acceder fácilmente y contribuir a su uso, calidad y comparabilidad. 

La región cuenta con más de 200 portales de datos abiertos; sin embargo, sólo 13 países cuentan con portales centrales 15 y muchos de los datasets publicados no cuentan con datos puramente abiertos. 

En conclusión, los datos abiertos brindan una oportunidad para impulsar el crecimiento económico y la eficacia de los servicios públicos en la región, además de traer aparejados los beneficios ya conocidos de transparencia y rendición de cuentas.