Odebrecht anuncia su quiebra (final) Jorge Zavaleta

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Parte 2a, final

¿Ustedes creen que la vieja Odebrecht y la nueva y reconvertida Odebrecht no son prácticamente lo mismo?Tan es así que hasta hace muy poco diversos representantes de Odb (inclusive en  manifestaciones ante la justicia) negaron reiteradamente que en el Gasoducto Sur Peruano (GSP) hubiera habido cualquier tipo de irregularidades. Y ahora conocemos  los pagos secretos que efectuó “el departamento de coimas” de Odb a diversos destinatarios vinculados con dicho proyecto.

¿Hasta cuándo vamos a seguir bailando al son de la música que pone Odb?.

Son ellos los que decidieron qué proyectos incluir en el “histórico” Acuerdo (los más antiguos y en los que han recuperado su inversión con creces) y cuáles vetar su inclusión (principalmente el GSP, que es el único que tiene cláusula anticorrupción). También deciden el ritmo y la secuencia de las investigaciones, programando cuales declaraciones dar y el momento de las mismas. Ya que luego de las declaraciones iniciales sobre sobornos en el Metro e Interoceánica, que solo incluyeron a funcionarios de segundo y tercer nivel; nos estuvieron entreteniendo con los aportes electorales.

Otro ejemplo. Acaban de manifestar: que la información de los servidores Drousy y My Web Day, sobre los que siempre se manifestó que incluían toda la información referente a los sobornos, ahora mencionan que también contiene información de “transacciones lícitas, privadas e internas”.

El problema es que esta nueva interpretación es un misil a la línea de flotación del argumento central de la fiscalía en el sentido que todos los pagos incluidos en los sistemas anteriormente referidos eran pagos ilegales. Los “corruptos” deben de estar felices con esta nueva interpretación. ¿Los defensores de Odebrecht también están de acuerdo con esta nueva declaración?; ¿qué tienen que decir de los, por ahora, 6 proyectos con pagos secretos que no están incluidos en el Acuerdo y que han llegado a costo cero?

Un aspecto a destacar es que las críticas de diversos medios sobre este escándalo de las planillas secretas son excesivamente generosas con el equipo especial, el que evidentemente es responsables de las “negociaciones» con Odebrecht. Y la explicación debe encontrarse en el temor que los negociadores les cierren el caño de las informaciones privilegiadas y se las entreguen a la competencia. Estos aprendices de Sergio Moro y Deltan Dallagnol (juez federal y jefe de los fiscales del caso Lava Jato de Brasil, siendo el primero el actual Ministro de Justicia) deben analizar la trayectoria de Moro, el que está siendo investigado por las numerosas conversaciones confidenciales que mantuvo con Dallagnol y que violan el ordenamiento legal vigente de su país. 

En realidad el tratamiento selectivo de la información privilegiada de parte de la Fiscalía es inaceptable y debe de terminar. En cualquier país civilizado las fiscalías tienen un vocero oficial, el que da la misma información a todos los medios.

Romero  Caro  expresa su  satisfacción de constatar que después de  casi 5 años en que empezó a criticar las  graves irregularidades del contrato del GSP y el desempeño de Odebrecht, el tiempo le está dando la razón. “Lo mismo sucede con las alertas que emitió hace tiempo y reiteradamente sobre el progresivo deterioro de la situación financiera de Odebrecht, el muy reducido monto de la reparación civil y la falta de respaldo de la misma”,

El resto de los proyectos otorgados a Odb iba a quedar sin conocerse, ya que la capacidad de la fiscalía de generar investigaciones propias sin estar alimentadas fundamentalmente por las delaciones premiadas y documentos proporcionados por los ex ejecutivos de Odb hasta el momento (y nada indica que esto cambiaría en el futuro) ha sido nula.

Un factor indispensable para llevar a buen puerto cualquier negociación es el nivel de credibilidad de las partes involucradas. Sin ese factor, o una mínima parte del mismo, las negociaciones fracasarán o serán prolongadas y más costosas. Y en el caso del Grupo Odebrecht (Odb) la verdad no ha sido precisamente el sello distintivo de su cultura empresarial.

Finalmente solo cabe mencionar que cuando el equipo LJ exponía sus argumentos para justificar el Acuerdo que se iba a suscribir con Odb su principal idea fuerza era que a través del mismo íbamos a conocer toda la verdad. Y repetía este argumento constantemente hasta que agarró fuerza el argumento que en el mejor de los casos con el Acuerdo íbamos a conocer la verdad de solo los 4 proyectos comprendidos en el Acuerdo.

Y la verdad sobre el resto de los proyectos otorgados a Odb iba a quedar sin conocerse, ya que la capacidad de la fiscalía de generar investigaciones propias sin estar alimentadas fundamentalmente por las delaciones premiadas y documentos proporcionados por los ex ejecutivos de Odb hasta el momento (y nada indica que esto cambiaría en el futuro) ha sido nula.

Y la noticia que el equipo especial investigará el caso de las planillas secretas, debe ser una broma de mal gusto porque es inconcebible que ellos se “autoinculpen”. Es así que, como ya hemos explicado, en el Acuerdo hemos dado mucho para recibir muy poco. Y de otro lado hemos recibido mucho más que lo recibido en el Acuerdo con Odb  de parte del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación y de las autoridades suizas.

Romero Caro  destaca que toda esa valiosísima información nos ha sido otorgada sin costo alguno. Por lo que es evidente que los resultados de la negociación efectuada por el publicitado equipo LJ sobre el Acuerdo con Odebrecht  ha distado muchísimo de maximizar los beneficios para la ciudadanía.  Esa comparación muestra el fracaso de la “negociación” del Acuerdo. Y los fracasos se pagan.

Palabras  finales. Romero Caro a lo largo  de  un gran esfuerzo ha logrado crear un interés  para la  prensa  especializada y para la academia. La lenta justicia y  las  argucias  de los  acusados, han  creado  un historia confusa y con lenguaje lleno de esoterismos, que los lectores  van perdiendo interés, porqué  ya dejó  de ser una larga novela  por entregas. 

Es un caso que posiblemente en años  venideros  se sepa que  ese dinero ha sido para  fundar  nuevos  grupos con  gran experiencia, como ocurrió con Mariano Ignacio Prado. quien desertó de sus funciones como presidente de la República del Perú el jueves 18 de diciembre de 1879.  Escapó del Perú con rumbo a Estados Unidos. Evadió con el nombre de John Christian, perteneciente a un familiar suyo. Huyó en una nave inglesa Pacific Steam Navigation Company, según documentos diversos que pueden ser consultados en cualquier librería o  biblioteca municipal.   No se  trata de ser pesimista sino de advertir y  continuar  en el camino  de la justicia por el  bien de nuestras  futuras generaciones.

Manuel  Romero  Caro: Economista por la Universidad del Pacífico. Master en economía (Virginia Polytechnic Institute and State University) y Bachiller en Administración de Empresas, además de diversos cursos de post grado en BID, ESAN, University of Notre Dame, etc. Ha sido gerente general y Presidente de la Corporación Financiera de Desarrollo (Cofide), Decano del Colegio de Economistas del Perú y ministro de Industria, Comercio, Turismo e Integración. Luego fundó y dirigió la consultora Servicios para la Gestión Empresarial y en 1989 creó la revista Gestión que luego se convertiría en el Diario Gestión.

Director Ejecutivo de la Unión de Cervecerías Peruanas Backus y Johnston S.A.A. e integrante del Directorio en diversas compañías y gremios como la Cámara de Comercio de Lima; la American Chamber of Commerce of Perú y la Corporación Andina de Fomento (CAF). En la actualidad, se desempeña como director independiente en diversas empresas.