Pdte. de la Corte Suprema Barroso declara sobre drogas, homosexualidad, aborto, IA.

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Pdte. de la Corte Suprema Barroso,
la legalización de las drogas blandas es una tendencia mundial

En conferencia, el ministro también habló sobre el aborto y las uniones entre personas del mismo sexo

 

El presidente del Supremo Tribunal Federal (STF), Luís Roberto Barroso, afirmó este lunes (22) en una conferencia en la Federación de Industrias del Estado de São Paulo (Fiesp), que en el mundo democrático hay dos posiciones posibles sobre el tema de las drogas ilícitas: uno, la represión, y otro, que ha ido ganando impulso en todo el mundo, que es la legalización de las drogas más blandas. Según él, lo segundo ocurre por la constatación de que la guerra contra las drogas ha fracasado y el modelo represivo no ha logrado reducir el poder del tráfico o del consumo de drogas.

“La discusión en la Corte Suprema es la cantidad. La legislación brasileña no castiga a los consumidores de drogas con penas de prisión, lo cual es muy bueno, porque castigar al consumidor es un completo error. Si está fuera de control, lo tratarás como a un drogadicto. Meterlo en la cárcel es sumar un agente más al crimen organizado. En mi opinión, nada justificaría el arresto por posesión personal para consumo. Y el legislador acabó con la penalización de la posesión personal para el consumo, pero mantuvo la penalización de la trata”, dijo.

Señaló que si un joven es sorprendido con 40 gramos de marihuana en la zona sur de Río de Janeiro, por ejemplo, es considerado portador para consumo personal; Sin embargo, si atrapan a otro joven, generalmente negro, con la misma cantidad en las afueras de Río de Janeiro, lo arrestan como traficante de drogas.

“Por lo tanto, la misma cantidad es tratada con distintos pesos por parte de la policía, y lo que está discutiendo la Corte Suprema no es la despenalización, no es la no prisión, porque eso ya está decidido. Lo que está decidiendo la Corte Suprema es cuánto distinguirá a los traficantes de drogas de los consumidores para que esa elección no la haga la policía con base en criterios discriminatorios”, explicó.

Otro tema abordado en la conferencia es el de las uniones homosexuales. Para Barroso, la homosexualidad es un hecho de la vida que genera consecuencias legales. “El ordenamiento jurídico no preveía relaciones entre personas homosexuales, que prefiero llamar relaciones homoafectivas, porque una relación de proyecto de vida no es puramente sexual y en el proyecto afectivo hay encuentros homoafectivos”, dijo.

En este caso, según Barroso, era necesario definir quién tiene derecho a heredar lo que se construye a lo largo de una relación, ya sea la familia consanguínea o la pareja con la que la persona ha convivido durante años. “Alguien tenía que decidir esto, y la Corte Suprema decidió, en mi opinión, correctamente, que debería tratarlo como se trata a las uniones estables convencionales. Son los mismos derechos de herencia y seguridad social. Tengo el mayor respeto por los sentimientos religiosos de la gente y la Biblia condena la homosexualidad, pero en el mundo secular necesito una solución legal para esto”.

Según Barroso, de lo contrario estas personas quedarían en un limbo legal, sin saber exactamente qué hacer. “Y luego viene la boda. ¿No pensamos que el matrimonio es algo bueno, que reduce la promiscuidad y fortalece las relaciones emocionales? ¿Por qué excluiríamos a estas personas de la prosperidad de celebrar una boda? Esa es mi posición, pero tengo el mayor respeto por las posiciones en contra de las apuestas”, destacó.

Respecto al aborto, el ministro calificó el tema como el más difícil del mundo, y algo malo, recordando que el papel del Estado es evitar que esto suceda, brindando educación sexual, distribuyendo anticonceptivos y apoyando a las mujeres que quieren tener un hijo y se encuentran en condiciones adversas. “Es perfectamente legítimo que alguien esté en contra, predique en contra y no lo haga. Sin embargo, todo esto es diferente a pensar que una mujer que pasa por la desgracia de tener que hacer esto irá a prisión. Ningún país democrático y desarrollado del mundo criminaliza, ni siquiera los más católicos».

El ministro Barroso reforzó que encarcelar a las mujeres que deciden interrumpir un embarazo no es una buena política pública y que la criminalización impide que las mujeres pobres accedan a los servicios de salud pública que se pueden brindar. Reconoció que es difícil para la sociedad llegar a un consenso sobre el tema, que es éticamente divisorio, ya que el momento del nacimiento, del surgimiento de la vida, es una cuestión de fe y de convicción.

“Hay gente que piensa que desde el momento inicial de la concepción con dos células ya hay vida. Hay gente que piensa que es cuando se forma el sistema nervioso, hay gente que piensa que es cuando comienza la formación de la conciencia. Hay muchas visiones del mundo cuando se trata de cuestiones de desacuerdo moral. Es razonable que personas ilustradas y bien intencionadas piensen de manera diferente. El papel del Estado no es elegir un bando, sino permitir que cada uno viva su creencia, su convicción”, consideró.

Preguntado sobre el rumbo que está tomando la inteligencia artificial, Barroso respondió que está preocupado y al mismo tiempo entusiasmado, ya que tiene un inmenso potencial para hacer el mundo mejor y para tomar mejores decisiones que los seres humanos en algunos casos.

«La inteligencia artificial es la transferencia de capacidades humanas a las computadoras, realizada mediante software. Estas capacidades implican tareas cognitivas y toma de decisiones. Como la inteligencia artificial es capaz de almacenar una cantidad de información mucho mayor que el cerebro humano y procesarla a mucha mayor velocidad y en muchos ámbitos, será más eficiente que la capacidad humana”, evaluó.

Puso como ejemplo la medicina, campo en el que la IA ya se ha utilizado en cirugías y diagnósticos, y con mayor calidad. Según él, el uso de esta tecnología permitirá automatizar tareas que llevan a las personas a neurosis provocadas por tareas repetitivas. Además, podrá evitar exponer a los seres humanos a actividades de alto riesgo, como desarmar una mina o tender un cable en el fondo del océano, por ejemplo.

«Creo que hay muchas cosas buenas con la inteligencia artificial, pero hay muchos riesgos, como la discriminación, la privacidad, y el mayor es la singularidad, que la IA adquiera conciencia. Porque si adquiere conciencia de sí misma y comienza «Son las máquinas las que dominarán la condición humana y no al revés porque tienen mucha mayor capacidad para procesar información a mucha mayor velocidad», afirmó.

Fuente: Agencia Brasil