Que las mujeres profesionales ocupasen cargos de relevancia en la conducción de un país siempre ha sido mi insistencia. Conociendo la visión y las cualidades femeninas, todo podría ser mejor con el aporte de mujeres autónomas. Sigo convencida que así sea.
Los hechos recientes y no tan recientes me han obligado a revisar mi propuesta, en forma absoluta e integra, sin algún pero, todas, reitero, todas las mujeres autónomas, aportarían mucho a las sociedades y al mundo.
Sin embargo, hay algo extraño que sucede en el comportamiento de las mujeres en el poder, esto requiere mayor profundización.
Hace unos meses, la danesa Margrethe Vestager, vicepresidente y Comisaria para la Competencia de la Comisión Europea, abrió un concurso para jefe de la Dirección General de Competencia en la Comisión europea, esta vez lo abrió al mundo, quedaron dos finalistas, ella eligió a Fiona Scott Morton. ¿Quién es Fiona?, una profesora universitaria, experta en temas de competencia, quien ha trabajado como consultora de GAFAM: Google, Amazon, Facebook, Apple, Microsoft, aquellas con las cuales la Comisión europea tiene algunas cuentas pendientes y, a algunas de ellas, les ha aplicado incluso multas por no haber respetado, precisamente, la competencia. Luego de su decisión, recibió algunas cartas de los grupos políticos solicitándole revisará su decisión, el parlamento europeo la convocó, ella refirió los hechos, haciendo notar que FSM, sin ser europea, pues ella es norteamericana, no debía significar un impedimento para cubrir un cargo de tres años renovable por otros dos. Que los temas “sensibles” de la Unión, FSM no los vería. Los diputados europeos en diferentes lenguas y tonos le hicieron notar la incompatibilidad de dicha elección y el conflicto de intereses que se estaba verificando, se llegó al punto de solicitarle a la Comisaria Vestager que proporcionara la lista de clientes de Fiona Scott Morton para confirmar el conflicto de interés, ella se negó. Margarethe Vestarger, danesa, quien habría podido ser elegida para dirigir la próxima legislatura como presidenta de la Comisión europea en reemplazo de Ursula Von der Leyen y luego de casi 7 años de excelente trabajo, ha perdido esa posibilidad, dio muestras que su sentir discrepaba ampliamente de las bases de la construcción europea. Ahora está disputando la dirección de la Banca Europea de Inversiones con una candidata española bastante fuerte. Mientras se desenvolvía la audición de Vestager en la Comisión de Economía y Finanzas del Parlamento Europeo, Fiona Scott Morton renunció.
El caso no es aislado, otra mujer de poder, Úrsula Von der Leyen, quien termina su mandato en mayo ’24, quiere renovarlo por otros cinco años, está buscando la mejor vía para dicha reelección sabe que cuenta con un buen número de anticuerpos. Durante la pandemia tuvo una rápida reacción, encontró la solución junto con el CEO de Pfizer, Albert Bourla. Los financió para producir la vacuna, actuando sola sin consultar a los Estados, vacuna sobe la cual aún no hay certeza sobre sus consecuencias, ya sea por subsistencia humana o por efectos de la vacuna, la transmisión del virus disminuyó. El caso es que los términos del contrato suscrito por Von der Leyen con Pfizer, nadie lo conoce, es más, no es posible conocerlo, porque el texto está tachado de negro dejando legibles pocas líneas por página. El pleno del Parlamento la convocó, la interpeló, quien es la más férrea crítica de VdL es la francesa Manon Aubry, la más joven parlamentaria europea. Incluso la Defensora del Pueblo Europeo le ha solicitado hacer público los contratos, así como los textos de los diálogos, vía WhatsApp, sostenidos con Albert Bourla. Ante la presión, ella no se inmuta, sostiene que las conversaciones vía WhatsApp son privadas y tampoco hace conocer los extremos del contrato. Ella espera renovar su cargo otros cinco años más, sabe cabalgar las olas de la guerra de Rusia contra Ucrania, de Israel donde se contrapone a Borrell, quien es el encargado de la política exterior. Ella, dirigiendo el órgano ejecutivo comunitario, el cual maneja la economía, financia todos los programas existentes. En Alemania, prosigue la investigación en su contra por lo que ella denomina “errores” durante su gestión como ministra de Defensa de Alemania.
Yendo a nuestros lares, Dina Boluarte, quien con gran impericia intenta correr olas, tiene la gran oportunidad de haber llegado a la presidencia del Perú sin ser elegida, apenas juramentó, se generó una responsabilidad política, por la cual, hay una larga lista de peruanos que esperan esclarecimiento sobre sus muertes. Dina Ercila, desde hace unos meses decidió cambiar su ropero, renovarse toda ella y viajar. Dónde ha ido, ya desde su primer viaje al WEF donde acusó a los inversionistas de los males del Perú, o la reunión de la Comisión europea donde hablo de las «Ollas comunes» como un gran aporte peruano al desarrollo, no se ha destacado. En este mes de octubre, no podía ser diferente, me refiero a la reunión APEP en la Casa Blanca convocada por el presidente Biden a diez países latinoamericanos para la prosperidad: Barbados, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá, Perú, República Dominicana y Uruguay, hace parte también Canadá. Fueron recibidos en reuniones bilaterales el presidente de Chile, Gabriel Boric y de República Dominicana, Luis Abinader. Nosotros inventamos una bilateral entre Biden y Boluarte. ¿Sólo Gervasi mintió para que Boluarte pudiera ir a la Casa Blanca? ¿Trabajó mal? Si, muy mal
Si algunos peruanos querían ver el nuevo Perú, insurgente, sin bases, sin ideas, sin cultura, sin modales, sin formas, tiene la bandeja de latón servida. Gran vergüenza. Lo que se exhibe no es el Perú, al menos, no aquel por el cual se nos conocía hasta hace poco. Al parecer, este, es el momento de los peruanos advenedizos, aquellos que se cuelgan de la mano de un presidente, hemos sentido vergüenza, porque Dina Boluarte ha denigrado la imagen de las mujeres peruanas y del Perú, actuamos sin decoro, sin respetar protocolo alguno, menos modales, parecemos un país de circo. Pienso que Dina Ercila aún no se da cuenta en cuál fiesta se encuentra, ella está en medio de burbujas de champagne sacando provecho a todo lo que se le sugiere, ¿ideas? ¿para qué? ¿quién las necesita? Basta arreglar a sus amigos y conocidos en el mejor estilo Castillo. Desde que escapó el hijo de Cajamarca, ¿algo mejoró?.
De ella puede decirse que se ganó el gordo de la lotería y sigue despilfarrando. A diferencia de Boluarte, la exministra Gervasi, es una mujer formada en la Academia Diplomática del Perú, Academia que junto con Itamaraty gozan de alto prestigio. En su forzada carta de renuncia no hace mención a la “hazaña en la Casa Blanca”, es más, se felicita ella sola, por lo que se ha logrado hacer en su periodo ministerial. ¿Arrogancia? ¿Inconsciencia? ¿hagamos de cuenta que nada sucedió? ¿Tal vez necesitaría que alguien la despierte, como fue despertada Vestager, por quienes respetan los principios?.
Sin embargo, quién si tiene o, al menos, según mi parecer tenía algo inherente por defender, es la ministra de Vivienda, Hania Pérez de Cuellar, habría podido evitar meterse en el lodo de este escenario relativizando todo, ella tuvo la oportunidad de poner la vara más alta, la bajó, es más “no pasó nada”.
El ejercicio del poder por parte de los hombres es muy conocido, prometen, prometen, cuando llegan, entran en la inmortalidad. Las mujeres, parecería que dan prueba de gran fantasía, van adelante en sus ideas sobrepasando normas, conformando el mundo ideal que ellas quieren y se obstinan en lo que “consideran lo mejor”, sí, en el caso de los hombres, ellos juegan solos, ellas juegan en grupo. La variante ministra de vivienda, desconcierta, ¿fidelidad a Dina Ercila? ¿amor al cargo?, ¿no rompas mi fantasía, deja todo cómo está, no pasó nada? Tanto por entender. Sin dejan de confiar en el necesario aporte femenino a las sociedades, pienso que es, simplemente: cuestión de grave impericia, que hay que evitar.