En la Plenaria de la Pontificia Academia de las Ciencias en el Vaticano

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El Presidente de la Pontificia Academia de las Ciencias, Werner Arber, en su invitacion para concurrir a la Sesion Plenaria del 25-29 noviembre 2016, señalaba la oportunidad de reflexionar sobre los avances científicos a disposición o esperados que puedan tener un impacto en el desarrollo sostenible de las sociedades humanas y sus entornos, tomando en consideracion tanto los positivos como los negativos. Algunos de estos impactos pueden ser efectivos a corto plazo. Pero también es importante tener en cuenta que el desarrollo sostenible debería contribuir a la vida en la Tierra a muy largo plazo, para mantener un equilibrio relativamente estable de la civilización humana en el mundo en constante evolución pero lentamente alrededor de nosotros en nuestro planeta Tierra.

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El Papa Francisco saluda al científico Stephen Hawking, quien es ateo, por su brillante trabajo durante su audiencia con científicos en el Vaticano

El Papa Francisco al dar la bienvendia a los miembros de la Academia señaló: «Nunca antes como en nuestro tiempo se ha hecho evidente la misión de la ciencia al servicio de un nuevo equilibrio ecológico global. Y al mismo tiempo se está manifestando una alianza renovada entre la comunidad científica y la comunidad cristiana, que convergen sus diferentes enfoques de la realidad hacia la finalidad compartida de proteger la casa común, amenazada por el colapso ecológico y por el consiguiente aumento de la pobreza y  de la exclusión social. Celebro el hecho que ustedes sientan profundamente la solidaridad que les une a la humanidad de hoy y de mañana en el signo de esta preocupación por la madre tierra. Un compromiso tanto más digno de estima, ya que está totalmente orientada a la promoción del desarrollo humano integral, de la paz, de la justicia, de la dignidad y de la libertad humana. Prueba de ello, además de los trabajos realizados en el pasado, los muchos temas que se proponen tratar en esta sesión plenaria, que van desde la gran novedad de la cosmología, a las fuentes de energía renovables, a la seguridad alimentaria, hasta un seminario emocionante sobre el poder y los límites de la inteligencia artificial.» 

Señaló que en la Encíclica Laudato Sì afirmó que «estamos llamados a ser los instrumentos de Dios Padre para que nuestro planeta sea lo que Él ha soñado al crearlo y responda a su proyecto de paz, de belleza y plenitud» (n. 53). Se refirió a que en la modernidad, «crecimos pensando ser los propietarios y dueños de la naturaleza, autorizados a saquearla sin ninguna consideración de sus potencialidades  secretas y leyes evolutivas, como si se tratara de un material inerte a nuestra disposición, produciendo, además, una grave pérdida de la biodiversidad. De hecho, no somos los guardianes de un museo y de sus obras maestras que debemos espolvorear cada mañana, sino los colaboradores de la conservación y del desarrollo del ser y de la biodiversidad del planeta, y de la vida humana presente en la misma. La conversión ecológica capaz de apoyar el desarrollo sostenible incluye inseparablemente tanto la plena asunción de nuestra responsabilidad humana hacia la creación y sus recursos, así como la búsqueda de la justicia social y la superación de un sistema injusto que produce la pobreza, la desigualdad y la exclusión.»

«Dirigiéndose a los cientificos concluyó «Es esencial crear, con la cooperación de ustedes, un sistema regulador que incluya límites inviolables y asegure la protección de los ecosistemas, antes de que las nuevas formas de poder derivados del paradigma tecno-económico produzcan daños irreversibles no sólo el medio ambiente sino también a la convivencia, a la democracia, a la justicia y a la libertad.»

Finalizó haciendo hincapié en la política cuando señala «En este cuadro general, digno de hacer resaltar es la débil reacción de la política internacional – aunque si hay notables excepciones – sobre el deseo concreto de buscar el bien común y los bienes universales, y la facilidad con la cual hacen caso omiso a los fundamentados consejos de la ciencia sobre la situación del planeta. El sometimiento de la política a la tecnología y a las finanzas, que buscan principalmente beneficios se demuestra por la «distracción» o por el retraso en la aplicación de los acuerdos mundiales sobre el medio ambiente, así como las contínuas guerras de dominación enmascaradas por nobles reivindicaciones, que causan daños cada vez más graves al medio ambiente y a la riqueza moral y cultural de los pueblos.»

Con una señal de esperanza solicitó a los Miembros de Pontificia Academia de las Ciencias aprovechar el tiempo que «el Señor nos da», pues hay tantas señales de parte de la humanidad que quiere reaccionar y elegir el bien común, regenerarse con responsabilidad y solidaridad. «Junto con los valores morales, el proyecto de desarrollo sostenible e integral es capaz de proporcionar a todos los científicos, especialmente los creyentes, un fuerte impulso a la investigación.»