Tiempos de tormenta o de cólera para la Europa del 2019. Jaime Ensignia

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La conmemoración de los 100 años del armisticio de la I Guerra Mundial (11 de noviembre de 2018), llamada la Gran Guerra -la cual costó la vida a más de 18 millones de personas- congregó en la capital de Francia a cerca de 70 líderes, presidentes y jefes de Estado de los países más importantes del mundo. Más allá del simbolismo de este encuentro, en donde el presidente Macron llamó a fortalecer el multilateralismo como medio de frenar nuevos conflictos en el mundo de hoy: “los viejos demonios resurgen, dispuestos a llevar a cabo su obra de caos y muerte”. Del mismo modo, y aprovechando este especial escenario, el líder galo critico fehacientemente la ola nacionalista que irrumpe en el mundo, especialmente en la Europa actual. Especial momento en esta conmemoración fue el encuentro  -en el vagón de tren en donde hace 100 años fue firmada la derrota del imperio alemán- entre el presidente francés, E. Macrón y la Canciller de Alemania, A. Merkel. Ambos Jefes de Estado confirmaron una vez más la reconciliación franco-alemana “al servicio de la paz en Europa”.

Una Europa en tensión

El 2918, no fue un año político “normal” para los países de la Unión Europea (UE). Habría que subrayar, que de un buen tiempo hasta la actualidad nada es normal, en lo económico, en lo político en lo social, tanto para Europa como también para el resto del mundo. El mundo de las certidumbres, sobre todo en Europa, ha dado paso al mundo de las incertidumbres. Con eso habrá que vivir de aquí en adelante, señalan los expertos y especialistas en política internacional. En un artículo anterior señalábamos que, en el caso de la política alemana en lo transcurrido del 2018, se habían acabado las certezas de toda índole. Sino más bien entrábamos en un período de incertidumbres políticas y sociales. Esto, que es válido para Alemania, ha resultado ser cierto, para la UE (ver www.panoramical.eu/union-europea/alemania-el-fin-de-las-certezas/ .

En la conferencia pronunciada por Juergen Habermas, el destacado filósofo alemán, en la Universidad Goethe de Frankfurt, titulado: ¿Hacia dónde va Europa? Habermas llama a tomar en cuenta sobre: “los riesgos que implican los cambios los grande cambios en la situación mundial, que han alterado las perspectivas sobre Europa y han obligado a prestar más atención al contexto mundial en el que, hasta ahora, los países europeos se sentían casi incuestionablemente a gusto”. Critica abiertamente al cortoplacismo nacionalista europeo, al señalar: “Los avances de las conversaciones sobre una política común de defensa y una política de asilo, que una y otra vez se desmoronan al hablar de repartos, demuestran que los gobiernos dan prioridad a sus intereses nacionales inmediatos, sobre todo cuantos más problemas tienen con la resaca del populismo de derechas en sus respectivos países. En algunos, ni siquiera importan ya las contradicciones entre las huecas declaraciones europeístas y un comportamiento miope y egoísta. En Hungría, Polonia, la República Checa, y ahora Italia, y muy pronto en Austria, seguramente, esa vieja tensión se ha evaporado, sustituida por el nacionalismo abiertamente eurófobo”. Frente a estos profundos desafíos, Habermas hace presente que los instrumentos políticos, especialmente la izquierda europea no es capaz de ponerse a la altura de estas interpelaciones: “No hay una izquierda europeísta que defienda la construcción de una unión del euro capaz de actuar a escala mundial y se plantee objetivos de largo alcance como acabar con la evasión fiscal e imponer una regulación más estricta de los mercados financieros. Si lo hicieran, los socialdemócratas podrían, para empezar, apartarse de los enrevesados objetivos liberales y neoliberales del “centro”. La decadencia de los partidos socialdemócratas se debe a su indefinición. Nadie sabe ya para qué son necesarios. Porque los socialdemócratas ya no se atreven a emprender el control sistemático del capitalismo justo en el nivel en el que los mercados se desmandan” (ver www.elpais.com ¿Hacia dónde va Europa?, 18/11/2018).

 

Más aún: “Las décadas en las que Europa era sinónimo de certezas y nula convulsión política han quedado definitivamente atrás. La recesión de 2008 y la ola migratoria de 2015 han reconfigurado el panorama del continente, que cierra este año con noticias poco auspiciosas para los defensores de la UE y con los conflictos pendientes para el 2019” (ver: www.emol.com. Alberto Millán: Europa enfrenta 2919 cada vez más lejos de la estabilidad y con varios conflictos pendientes, domingo 16 de diciembre de 2018, pág. A4). En la editorial del Diario La Tercera se hacía mención a lo siguiente: “Después del fin de la Segunda Guerra Mundial, Europa logró ir consolidando, al margen de algunas excepciones, un modelo de estabilidad política y económica que parecía ser referente para muchos movimientos políticos a nivel mundial…Sin embargo, en momentos en que se acaban de cumplir los 100 años del fin de la Primera Guerra Mundial, Europa ha vuelto a estar en el centro de la atención y no precisamente por sus avances económicos y sociales sino por los conflictos que hoy la atraviesan” (ver www.latercera.cl, lunes 24 de diciembre de 2018, pág. 5).

Con el objetivo de graficar este “espíritu del tiempo” (Zeitgeist) en el viejo continente, nos remitimos al artículo del The New York Times, reproducido por El Mercurio, del escritor y columnista, Thomas Friedman, titulado ¿El fin de Europa? Friedman argumenta “Desde la Segunda Guerra Mundial, el orden global liberal que ha procurado más libertad y prosperidad en todo el mundo que en cualquier otro momento en la historia ha sido sostenido por dos pilares: Estados Unidos de América y las Naciones Unidas de Europa, ahora conocidas como la Unión Europea. Ambos polos de mercados, personas e ideas libres están siendo sacudidos hoy por insurgencias rurales y las que viven más allá de los suburbios, en gran parte trabajadores blancos pobres y clases medias ansiosas, que generalmente no se han beneficiado de los auges de la globalización, inmigración y tecnología que levantaron ciudades superestrellas como Londres, París y San Francisco y sus poblaciones multiculturales” (ver: www.emol.com sábado 29 de diciembre de 2018, pág. A6).

Los obstáculos

Frente a este escenario descrito, es pertinente preguntarse: ¿Cuáles son los nudos gordianos por los cuales atraviesa la Europa actual? Estos obstáculos difíciles de salvar podrían enumerarse en los siguientes:

1-.) El tema de la inmigración, que revienta el 2015, pero sigue siendo un tópico agitado por los movimientos xenófobos antiinmigración;

2-.) La irrupción de fuerzas políticas ultranacionalistas, incluso algunas de ellas, gobernando en diversos países europeos como en Italia, Austria, Hungría, Polonia, Eslovaquia, y en Francia y Alemania como fuerzas políticas opistoras;

3-.) El sentimiento anti UE en vastos sectores de la sociedad europea; la salida del Reino Unido de la UE, el llamado BREXIT;

4-.) Los problemas económicos y financieros de algunos países integrantes de UE, España, Grecia e Italia, por nombrar algunos;

5-.) Una globalización eminentemente financiera que ha dejado a importantes sectores sociales del continente sumamente marginados de este proceso globalizador;

6-.) Finalmente; el debilitamiento de dos liderazgos europeos, el de la Canciller Merkel en Alemania, que ha dado un paso al costado en la presidencia de su partido, la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y el anuncio de ella a no re postularse a la Cancillería el  año 2021. Por otro lado, el actual encajonamiento político y social del presidente de Francia, Emmanuel Macrón como producto del estallido de las protestas sociales de los llamados “chalecos amarillos”, que ya van en la octava versión, desde fines de noviembre del pasado año.

La perspectiva

Todo este panorama, que se extendió por el año 2018, tenderá, en opinión de los expertos en política europea, a agudizarse en el presente año. Para el año 2019, en el primer semestre debe estar clarificado: a) el BREXIT; b) en mayo, están previstas las elecciones al Parlamento Europeo, esa elección será una prueba de fuego tanto para los europeísta como los antieuropeístas, estos últimos movilizados por las fuerzas y partidos políticos ultranacionalistas; c) en el transcurso del año se elegirán nuevas autoridades en la UE; d) habrá un cierto desperfilamiento del liderazgo de Merkel y, Macrón tratará de tomar las riendas de la nación francesa tras la embestida del movimiento de los “chalecos amarillos”, y por último; e) no menos importante que los otros desafíos europeos, no debemos olvidar el auge de la ultraderecha en la gran mayoría de los países miembros de la UE con sus grados de seria conflictividad con Bruselas y el proyecto europeo.