El Monitor de la Educación y la Formación de la Comisión de 2017 muestra la evolución de los sistemas de educación y formación de la UE. Mide los avances realizados por la UE en lo que respecta a los seis objetivos de educación y formación para 2020:
1) el porcentaje de abandono entre los jóvenes de dieciocho a veinticuatro años que estudian o se forman debe ser inferior al 10%;
2) el porcentaje de personas de entre 30 y 34 años que han completado la educación terciaria debe ser, como mínimo, del 40%;
3)
al menos el 95% de los niños de entre 4 años y la edad de comienzo de la educación primaria deben estar inscritos en un centro educativo;
4)
el porcentaje de jóvenes de 15 años con bajos rendimientos en lectura, matemáticas y ciencias debe ser inferior al 15%;

5) el 82% de los titulados recientes de enseñanza secundaria a enseñanza superior (de entre 20 y 34 años) que no continúan estudiando o formándose deben tener trabajo;
6) al menos un 15% de los adultos (entre los 25 y los 64 años) deben participar en actividades de aprendizaje formal o no formal.

El informe incluye una comparación entre países, un informe exhaustivo sobre cada uno de los veintiocho países. El Plan de Inversiones para Europa, el programa Erasmus+, los Fondos Estructurales y de Inversión Europeos, incluida la Iniciativa de Empleo Juvenil, el Cuerpo Europeo de Solidaridad, así como Horizonte 2020 y el Instituto Europeo de Innovación y Tecnología.

La edición de 2017 del Monitor de la Educación y la Formación de la Comisión, muestra que los sistemas educativos nacionales son cada vez más inclusivos y eficaces. Sin embargo, confirma también que el nivel de estudios que alcanzan los estudiantes depende en buena medida de su entorno socioeconómico, si bien los Estados miembros están haciendo progresos para conseguir la mayoría de los objetivos de la UE en lo que respecta a la reforma y la modernización de la educación, son necesarios más esfuerzos para lograr la igualdad de oportunidades en este ámbito.

El nivel de estudios determina de manera importante los resultados sociales. Las personas que solo poseen un nivel de educación básico tienen casi tres veces más probabilidades de vivir en la pobreza o la exclusión social que las que completan la educación terciaria. A su vez, el estatus socioeconómico determina los resultados de los alumnos: hasta el 33,8 % de los alumnos procedentes de los entornos socioeconómicos más desfavorecidos obtienen bajos rendimientos, frente a solo el 7,6 % de sus compañeros más privilegiados.

Las personas nacidas fuera de la Unión son especialmente vulnerables. Este grupo se encuentra a menudo expuesto a múltiples riesgos y desventajas, como tener padres pobres o con un bajo nivel de capacidades, no hablar la lengua local en casa, tener acceso a menos recursos culturales, padecer aislamiento y contar con pocas redes sociales en el país de inmigración. Los jóvenes de origen migrante corren un riesgo mayor de fracaso escolar y de abandono temprano de los estudios. En 2016, nada menos que el 33,9% de las personas de entre treinta y treinta y cuatro años residentes en la UE pero nacidas fuera de ella poseían un nivel de capacidades bajo (habían completado, como mucho, el primer ciclo de secundaria); en el mismo grupo de edad, solo el 14,8% de las personas nacidas en la UE se encontraba en esta situación.

El 17 de noviembre, en Gotemburgo, los dirigentes de la UE debatirán cuestiones de educación y cultura, como parte de su trabajo dentro del ámbito «Construir nuestro futuro juntos». La Comisión Europea presentará los datos de este año en materia de educación y formación. Los debates de Gotemburgo servirán para dar mayor visibilidad a la reforma educativa y destacar su importancia política.