Quisiera agradecerle, querido Donald (Tusk), la invitación para hablar aquí hoy. Es un gran honor para mí estar en Varsovia en el lanzamiento de la Presidencia polaca.
Nuestra visión compartida de Europa se ha basado en los mismos valores, los mismos principios, el mismo propósito estratégico: fortalecer la unidad de los Estados miembros, la eficacia de las instituciones europeas, la prosperidad de los ciudadanos europeos.
Ese ha sido también el camino de Polonia desde que se unió a la Unión Europea, hace veinte años. Una verdadera fuente de dinamismo. Una piedra angular de la defensa europea. Un pilar crucial del Mercado Único. Y una economía innovadora y floreciente.
Polonia es, sin duda, uno de los mayores éxitos de la ampliación, la mejor inversión geoestratégica que Europa ha hecho para garantizar la libertad y la democracia después de largos períodos de totalitarismo.
No tengo ninguna duda de que la presidencia polaca del Consejo de la Unión Europea demostrará, una vez más, que el patriotismo y la integración europea están interconectados. Que las presidencias rotatorias preservan el papel de los Estados miembros como fuerzas impulsoras de la agenda estratégica de la Unión Europea.
De hecho, no hay mejor momento para el liderazgo polaco en la Unión Europea. Porque la vitalidad de la democracia polaca y su sentido de identidad nacional hacen que la Unión Europea sea más fuerte. Porque Polonia es una fuente de resiliencia en un momento en el que el autoritarismo y el populismo amenazan nuestros valores.
El pueblo polaco ha sido una inspiración y una fuerza de resistencia en un momento en el que la injerencia extranjera amenaza nuestra integridad democrática. Porque Polonia ha estado a la vanguardia de las capacidades de defensa de Europa, que necesitamos desarrollar para proteger nuestros países, nuestras sociedades, nuestros valores.
En 2025, cuando celebremos el 45 aniversario de la fundación de Solidarnosc, debemos recordar que la Unión Europea es, ante todo, la unión de países, pueblos y valores.
El lema de la Presidencia polaca es: ¡Seguridad, Europa! Nuestra Unión nació como un proyecto de paz después de la Segunda Guerra Mundial, y necesitamos fortalecer, una vez más, nuestra seguridad para garantizar la paz en Europa.
Por lo tanto, Ucrania debe seguir siendo nuestra máxima prioridad. Este año debemos seguir apoyando a Ucrania, tanto como sea necesario y durante el tiempo que sea necesario, para lograr una paz amplia, justa y duradera. El derecho internacional debe prevalecer, por la libertad del pueblo ucraniano y por nuestra seguridad común.
Para ello, debemos seguir considerando la defensa como una prioridad estratégica para la Unión Europea. Volviéndonos más fuertes, más eficientes, más resilientes y sí, más autónomas. Invirtiendo más y mejor juntos, con creatividad y pragmatismo para encontrar nuevas soluciones. Siempre trabajando por una sólida asociación transatlántica y cooperación con la OTAN.
Por eso he convocado una reunión informal de los líderes europeos a principios de febrero, dedicada al tema de la defensa. El Secretario General de la OTAN y, como usted sugirió, querido Donald, el Primer Ministro del Reino Unido se unirán a nosotros en partes de esa reunión.
Y me gustaría agradecer al Primer Ministro Donald Tusk por la excelente colaboración en la preparación de esta reunión.
Todos sabemos que la defensa es crucial para el presente y el futuro de Europa, pero es solo un componente de nuestra arquitectura de seguridad.
Como bien señala el programa de la presidencia polaca, debemos abordarlo de una manera más integrada. Para reforzar nuestra resiliencia frente a los desastres naturales (como las dramáticas inundaciones que sufrió Polonia el verano pasado), nuestra seguridad fronteriza, para hacer frente a los desafíos migratorios, abordar las amenazas y ataques híbridos, mejorar la infraestructura energética y la seguridad alimentaria y reducir nuestra dependencia de tecnologías y materias primas importadas.
Esta es la manera de lograr una autonomía europea estratégica integral, haciendo que las democracias europeas sean más resilientes, cohesionadas y colectivamente más poderosas para abordar los desafíos de la globalización. Porque la prosperidad y la seguridad van de la mano.
Las economías europeas prosperarán si aseguramos la independencia energética mediante una red de interconexiones seguras, diversidad de fuentes, socios confiables y nuestra propia producción. Por eso reduciremos los precios de la energía para la industria, las empresas y las familias. Y así mantendremos viva nuestra transición verde.
El Clean Industrial Deal, que presentará la Comisión Europea durante este semestre, volverá a dejar claro que los precios de la energía son un componente central del enfoque general sobre la competitividad europea. Debemos ver un progreso real en este campo.
Este semestre empezaremos a debatir el próximo marco financiero plurianual. Ahora más que nunca, necesitamos encontrar soluciones creativas para mejorar la competitividad y la convergencia social y regional en pos de un mercado único más dinámico.
Está claro que la arquitectura y las políticas presupuestarias de la Unión Europea tendrán que evolucionar. Eso podría significar explorar maneras para que otras políticas –como la defensa, la innovación, la doble transición digital y energética– también contribuyan a la cohesión y la convergencia entre las regiones europeas.
Por ejemplo, nuevas inversiones en defensa y seguridad pueden convertir a este sector en un verdadero motor económico, creando empleos mejores y más cualificados, desarrollando una industria europea más autónoma y campeones tecnológicos para lograr competitividad global.
Garantizar un marco financiero más creativo y ambicioso para la Unión Europea más allá de 2027 proporcionará una caja de herramientas más sólida para hacer frente a las perturbaciones geopolíticas y la competencia económica global, y promoverá la cohesión social y territorial dentro de nuestra Unión.
El gran escritor polaco Stanislaw Lem dijo una vez: “No buscamos nada más que personas. No necesitamos otros mundos. Necesitamos espejos”.
Tiene razón. La política es sobre y para las personas. Al final del día, lo que cuenta es cómo las políticas nacionales y europeas mejoran la vida cotidiana de las personas. Ese es el significado de la Unión Europea. Y ese es, creo, el propósito de la presidencia polaca.
Estimado Donald, sé que de ahora en adelante puedo contar contigo, con tu experiencia y tu sabiduría. De hecho, tengo la suerte de empezar mis nuevas funciones trabajando codo con codo con alguien que ha presidido el Consejo Europeo durante cinco años. Y puedes contar conmigo, porque creo que compartimos la misma visión estratégica para la Unión Europea.
Centrada en la unidad de los Estados miembros; dedicada a la seguridad y la prosperidad de los ciudadanos europeos; y anclada en los valores europeos que la historia nos ha enseñado a proteger por encima de todo.
Te deseo todo lo mejor para la presidencia polaca. Gracias.