Conclusiones sobre la diplomacia climática y energética

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El Consejo ha adoptado unas conclusiones sobre «Diplomacia climática y energética: hacer realidad la dimensión exterior del Pacto Verde Europeo».

En sus conclusiones, el Consejo reconoce que el cambio climático es una amenaza existencial para la humanidad. Señala que la acción climática global aún no alcanza a lo que se requiere para lograr los objetivos a largo plazo del Acuerdo de París y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

El Consejo reconoce que, aunque Europa está mostrando liderazgo y dando ejemplo al intensificar sus compromisos nacionales, existe una necesidad urgente de una acción global colectiva y decisiva. La búsqueda coherente de los objetivos de la política exterior es fundamental para el éxito del Pacto Verde Europeo.

El Consejo pide a todas las partes que mejoren la ambición de las contribuciones determinadas a nivel nacional y que presenten estrategias de desarrollo de bajas emisiones a largo plazo mucho antes de la 26.a Conferencia de las Partes en Glasgow en noviembre de 2021, al tiempo que acoge con satisfacción la reciente neutralidad climática de mediados de siglo, como compromisos de neutralidad de carbono, recientemente asumidos por las principales economías.

El Consejo también toma nota del vínculo intrínseco entre el cambio climático y la seguridad y la defensa, y la necesidad de fortalecer e integrar el trabajo sobre el nexo entre el clima y la seguridad, especialmente en apoyo de las actividades de las Naciones Unidas.

Las conclusiones confirman el compromiso continuo de la UE de seguir aumentando la movilización de la financiación climática internacional, incluidas las prácticas de financiación sostenible, como contribución a la transición hacia la neutralidad climática. El Consejo observa, en este contexto, que la UE es el mayor contribuyente a la financiación pública para el clima, habiendo duplicado su contribución.

El Consejo destaca que la diplomacia energética de la UE tendrá como objetivo principal acelerar la transición energética global, promoviendo la eficiencia energética y las tecnologías renovables, entre otras cosas. Al mismo tiempo, la diplomacia energética de la UE desalentará nuevas inversiones en proyectos de infraestructura basados ​​en combustibles fósiles en terceros países, a menos que estén alineados con una vía ambiciosa de neutralidad climática, y apoyará los esfuerzos internacionales para reducir el impacto ambiental y de gases de efecto invernadero de infraestructura de combustibles fósiles existente.

El Consejo también pide una eliminación mundial del carbón continuo en las producciones de energía y lanzará o apoyará el lanzamiento de iniciativas internacionales para reducir las emisiones de metano.

El Consejo observa que, si bien la transición energética es fundamental en el camino hacia la neutralidad climática, tendrá un impacto significativo en las sociedades, las economías y la geopolítica a nivel mundial. La diplomacia energética de la UE seguirá desempeñando un papel clave en el mantenimiento y el fortalecimiento de la seguridad energética y la resiliencia de la UE y sus socios.

Las conclusiones destacan la importancia de estructuras multilaterales eficaces y de profundizar la cooperación internacional en los foros internacionales relevantes, al tiempo que identifican el Acuerdo de París como el marco multilateral indispensable que rige la acción climática global.