Hoy Montecitorio. Mañana ¿el Senado?

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La presidencia alemana, iniciada el 1º de julio 2020, vio el nacimiento del Recovery Fund, trabajado arduamente por Giuseppe Conte de Italia, por Costa de Portugal y Sánchez de España. El argumento era “está en riesgo el “mercado único””, base de la Unión europea. 

El entrelace industrial europeo es intenso, por citar un ejemplo, la producción automotríz alemana depende/es abastecida por los componentes que le llegan del norte de Italia, si no llegan, la industria alemana se paraliza. Francia y Alemania dieron el apoyo al Recovery Fund, no obstante el frente opositor compuesto por Mark Rutte de los Países Bajos, Dinamarca, Austria y Suecia, denominados “países frugales”.

Se estableció el Fondo de Recuperación que consta de 750.000 mil millones de euros en subvenciones y préstamos.

Conte fuerte de su resultado, inicio a preparar sus líneas de proyectos, en los siguientes temas: 1. digitalización, innovación, competitividad y cultura; 2. revolución verde y transición ecológica; 3. infraestructuras para una movilidad sustentable; 4. instrucción e investigación; 5. inclusión y cohesión; 6.salud.

Hay varias lecturas de la “gestión Conte” quien con Cinco Estrellas, y Partido Democrático elaboraron el programa en perfecto estilo italiano, muy masculino: paternalista y centralista sin contar con la opinión/colaboración de los demás grupos políticos, menos incluir sus ideas. Este programa debió haber sido aprobado en diciembre pero, una sospecha de Covid de la Ministra Lamorgese, lo postergó a enero 2021. La gestión del dinero, unido al poder convirtieron a Conte y aliados en omnipotentes.

Hoy Conte, en la Cámara de Diputados, muy agitado cambió el enfoque de su discurso, exaltó la calurosa conversación telefónica con Biden, ajustándose a la petición de Renzi cuando lo acusó de ser cercano a Trump, se refirió al G20 donde ambas agendas norteamericana e italiana comparten “el multilateralísmo, pues el bilateralismo no resuelve los problemas, la OMC requiere reformas con un enfoque multilateral, tenemos consonancia sobre el cambio climático, en la COP26 Italia es copresidente con Reino Unido” agregando “nuestras democracias deben ser defendidas, a los líderes les corresponde la responsabilidad de no alimentar la tensión”.

La «gestión Conte» del dinero, de los proyectos no hubiera sido diferente si hubiera sido hecha por la «gestión Renzi», tal vez Berlusconi probado por tantos eventos y golpes habría hecho algo diferente. En todo caso, de haberle dado Conte oxígeno a Renzi habría significado correr el riesgo que se adueñe del proyecto.

Hoy Conte, con voz agitada, luego de escuchar a los Diputados elegidos concluye “ahora pueden incluso mejorar el Recovery Plan, tenemos la posibilidad de intercambiar ideas, después se elaborará la versión final y será aprobado por el Parlamento. Les pido la Cuestión de Confianza.”

Señalo “Diputados elegidos” porque Giuseppe Conte no ha sido elegido por nadie, si se dimite se va a su casa, volverá a enseñar en la Universidad. Para él sería el final de una ilusión en la cual ha trabajado pero sin título representativo.

Por otro lado, en el debate, Renzi y su Italia Viva, una vez más presentaron una lectura diferente. Maristella Gelmini de Forza Italia les preguntó la razón por la cuál no votaron a favor del MES cuando fue propuesto (mecanismo financiero al cual Cinco estrellas se opone por ideología), así mismo hizo evidente la incoherencia de Renzi y su grupo al no votar, en esta oportunidad, contra Conte sino se abstienen. 

Los nexos internacionales de Renzi hacen intuir un diseño exterior para Italia que aún no logra aterrizar. 

La Cámara aprobó con 321 votos a favor y 259 votos en contra la resolución Davide Crippa, Delrio, Fornaro, Fusacchia, Gebhard y Tasso núm. 6-00167, en el que se planteó la cuestión de la confianza.

Muy bien Giorgia Meloni, promete.