Un nuevo acuerdo internacional para combatir el cambio climático deberá ser adoptado en diciembre de 2015 en la 21ª Conferencia de las Partes (COP) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Además de las medidas para detener el calentamiento global, también deberán cubrir la adaptación al cambio climático.
La 20ª Conferencia de las Partes, que se celebró en Lima en diciembre de 2014, concluyó con la aprobación de la Convocatoria de Acción por el Clima de Lima, un documento que invita a todas las Partes (países) para comunicar sus contribuciones destinadas a la acción climático post-2020 mucho antes de la Conferencia de París.
La Conferencia de Lima dejó una serie de cuestiones importantes sin resolver. En primer lugar, el contenido, la forma y el calendario de las contribuciones de los países no se especifica claramente, lo que hará que sean difíciles de comparar y evaluar. Es probable que las contribuciones individuales no se sumen a las reducciones de emisiones requeridas para mantener el calentamiento global por debajo de los límites acordados internacionalmente de 2°C. Un proceso para la evaluación periódica y el fortalecimiento de los esfuerzos nacionales por lo tanto tiene que ser un elemento importante del nuevo acuerdo. Otra cuestión sin resolver es la forma jurídica del acuerdo. Mientras que algunos negociadores favorecen un acuerdo legalmente vinculante fuerte, otros prefieren un enfoque ascendente basado en contribuciones voluntarias. Por último, los temas de la equidad y la necesidad de capital que deben abordarse, reconociendo que los países desarrollados tienen una mayor responsabilidad histórica por el cambio climático y la capacidad más fuerte para tomar medidas. El Consejo Europeo de octubre 2014 acordó un objetivo de reducción de gases de efecto invernadero de al menos el 40% en 2030. En noviembre, los EE.UU. y China – los principales emisores del mundo – anunciaron objetivos que son menos ambiciosos, pero todavía se consideran como bloques de construcción importantes en un acuerdo climático con alcance global. El papel de liderazgo de la UE en la acción internacional sobre el clima está siendo desafiado por los últimos acontecimientos. La Diplomacia climática de la UE tendrá que adaptarse a la nueva situación, si la UE quiere mantener su papel de liderazgo, y si quiere seguir siendo un jugador importante en la transición global hacia una economía y energía del sistema sin emisiones de carbono.