Cada día la violencia armada se multiplica en el orbe. No es casual que Glamour Magazine llamó a Emma González «el rostro del movimiento #NeverAgain» y «un ícono reconocible».

Mientras The Washington Post, la llamó «La nueva cara de Florida Latinx» y comparó al revolucionario José Martí,  alusión no casual,  porque más de una vez este diario,  ha editorializado que “no se debe premiar a Cuba por privar de libertad a su gente”, refiriéndose a un eventual levantamiento del embargo a la isla.

Amnistía Internacional estima que cada año circulan en el mundo 650 millones de armas, se fabrica ocho millones más y 16.000 millones de balas. Alrededor del 60% de las violaciones de derechos humanos sobre se cometen con armas.

Cifras conmovedoras. El comercio mundial de armas convencionales, se evalúa en alrededor de 100.000 millones de dólares. El 70% de las ventas de armas está en manos de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU: Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido. Entre los 10 principales fabricantes se encuentran también Alemania, España e Italia.

En 2013 la Asamblea General de Naciones Unidas votó masivamente a favor de la adopción del Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA), el que entró en vigor el 24 de diciembre de 2014 y establece como norma vinculante de derecho internacional el principio de “no autorizar armas para cometer atrocidades”.

En 2017, la oficina del censo de EEUU anunciaba que la población hispana de Estados Unidos llegó a 58,6 millones, uno de cada seis ciudadanos, contribuyendo a más de la mitad del crecimiento demográfico del país.

En este contexto,  multitudes toman las calles en EEUU contra el libre acceso a las armas de fuego, como ocurrió  el  reciente 24 de Marzo para rendir  homenaje a los mártires de Florida.

Las marchas fueron convocadas y organizadas por jóvenes estudiantes, cansados de los tiroteos y matanzas en escuelas con armas de fuego, que dejan miles de  muertos a cada año en el país.

David Hogg, otro de los sobrevivientes  de la Florida dijo a la multitud que «podemos y vamos a cambiar este mundo». «¿Cuántos más deben morir?», se preguntaban en incontables pancartas, en referencia a la última matanza de Parkland.

«Libros, no armas», «Protejan a los jóvenes, no a las armas», «¡Ya basta con las armas!», eran algunas de las consignas.

Formalmente, la «Marcha por Nuestras Vidas» pide la prohibición tanto a la comercialización de rifles de asalto como la venta libre de cargadores para armas semi-automáticas, así como el refuerzo de los controles de antecedentes de las personas interesadas en comprar armas. El pequeño avance es que la compra de armas se faculta con 21 años de edad, 3 más que la anterior norma.

Para impulsar  Nunca Más, es importante un líder y seguidores. Emerge  Emma González, nacida el 2000, activista estadounidense y defensora del control de armas.

Como estudiante de último año de secundaria, sobrevivió al tiroteo de la Escuela Secundaria Stoneman Douglas en febrero de 2018 en Parkland, Florida, y en respuesta cofundó el grupo de defensa contra el control de armas Never Again MSD.

La madre de Emma es tutora de matemáticas y su padre es un abogado de ciberseguridad que inmigró de Cuba a la ciudad de Nueva York en 1968. Ella tiene dos hermanos mayores.

NBC News la llamó «una de las activistas estudiantiles más visibles para salir del tiroteo …». González describió la idea de armar a los maestros en las aulas con pistolas como «estúpidos».

En marzo de 2018, González apareció en la portada de la revista Time junto con sus colegas activistas que  organizaron y participaron en la protesta nacional March for Our Lives.

Ella fue atacada verbalmente por Leslie Gibson, candidata republicana, al pretender cuestionar su opción sexual y calificarla como  una «lesbiana cabeza rapada» y preguntando si está tomando una postura feminista.

Emma González  habló en la protesta March for Our Lives que atrajo a cientos de miles de personas a Washington D.C. y alrededor del mundo, para abogar por medidas más estrictas de control de armas.

La marcha fue organizada por los estudiantes sobrevivientes del tiroteo masivo Marjory Stoneman Douglas High School el 14 de febrero que costó 17 vidas.

A pesar del probable trauma y conmoción en el período inmediatamente posterior, ella y otros estudiantes comenzaron a hablar con urgencia sobre el tiroteo describiendo el fracaso de la voluntad política por encontrar  respuestas claras y efectivas.

Ella disfruta de la escritura creativa y la astronomía, pero no las matemáticas. Todo indica que las nuevas generaciones tienen profunda preocupación por su futuro.

El de hoy es tan violento que no ha cesado después del 11 de setiembre del 2001, cuyo corazón de Nueva York fue destruido, según información oficial, por  cúpulas  terroristas del medio oriente. Pero no se trata de confundir los  hechos. Las  nuevas como viejas generaciones claman Paz, Paz con justicia e inclusión para todos.