El riesgo soberano es un término que permite clasificar el potencial de riesgo que posee un país respecto al pago de sus obligaciones financieras. Esta calificación de riesgos la realizan diversas instituciones, siendo las más conocidas Moody’s, Standard&Poor’s (S&P) y Fitch. A continuación, se describen las actuales calificaciones de los países de la Alianza del Pacífico.

De acuerdo a Moody’s, el mayor reto de América Latina es el riesgo político y este representa una amenaza para el crecimiento económico. Es así que Venezuela y Argentina son los países con un nivel mediano o elevado de vulnerabilidad ante eventos de riesgo político; mientras que Chile, Colombia, México y Perú tienen una vulnerabilidad moderada.

La corrupción es otro elemento que tiene impacto sobre la calificación crediticia. El caso de corrupción de Odebrecht ha originado la paralización de varios proyectos de infraestructura en América Latina, representando a los países involucrados algunos puntos porcentuales de su crecimiento económico.

La calificación actual de Chile, para Moody’s, se ha mantenido en Aa3, a diferencia de Fitch y S&P, los cuales le rebajaron las calificaciones en julio del presente año. Recientemente, se considera que se podría reducir la calificación de riesgo chilena sin esperar el resultado de las elecciones presidenciales.

En el caso de México, la suspensión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) no tendría un efecto negativo en la calificación de riesgos, actualmente de BBB+, según Standard&Poor’s. México tiene herramientas para mitigar este impacto sobre la economía nacional, como la alta integración operacional entre Estados Unidos y México, el tipo de cambio en México y la habilidad para impulsar el comercio bilateral con otros países.

En Perú, Moody’s ha mantenido la calificación de riesgos (A3), por la estabilidad económica y las políticas fiscales prudentes. A pesar de un contexto de bajo crecimiento de alrededor de un 2.8% para el 2017, Moody’s espera que el Estado peruano mantenga su calificación de riesgo durante los próximos tres a cinco años.

La calificación de BBB a Colombia, por parte de Fitch, se le atribuye a la credibilidad de las políticas macroeconómicas del país, así como su estabilidad financiera. Sin embargo, la situación crítica de Venezuela es un peligro latente para la calificación colombiana. Las ciudades colombianas, limítrofes con Venezuela, reciben a una gran cantidad de venezolanos, por lo que la tasa de desempleo podría aumentar.

El 2017 ha sido de año de grandes retos para las políticas de cada país de la Alianza del Pacífico y la calificación de riesgos de cada uno de ellos, ha sido un reflejo del buen desempeño que han tenido cada uno de los países, en relación a su estabilidad financiera y fiscal.