De acuerdo al reporte “Panorama Laboral 2020”, elaborado por la Organización Internacional de Trabajo (OIT), el desempleo en 2020 aumentaría de 8.1% a 10.6%, lo que significa que 30.1 millones de personas se encontrarían en la búsqueda de empleo.

Al final del 2020, la mayor tasa de desempleo la obtuvo Brasil con 13.9%, seguido por Colombia y Uruguay con 13.4% y 10.5%, respectivamente. Los países con la menor tasa son México con 3.8% en primera posición, seguido por Ecuador con 5.0% y Perú con 7.0%.
De acuerdo a la cantidad de desempleados, Brasil posee el mayor número de personas que están buscando empleo sin éxito con 13.4 millones, seguido por México con 2.1 millones, Colombia con 1.3 millones y Perú con 1.2 millones.
Si observamos el panorama de manera mundial, de acuerdo al Fondo Monetario Internacional (FMI), incluso si se considera una sólida recuperación de la economía mundial, se esperaría una pérdida del 3% sobre las horas de trabajo; equivalente a 90 millones de empleos a tiempo completo.
De acuerdo a estas cifras, es muy preocupante el desempleo que ha ocasionado el Covid-19 empeorando aún más los problemas estructurales de la región latinoamericana. Según la OIT, entre estos problemas se encuentran la desigualdad monetaria y laboral por sexo, el desempleo juvenil y el empleo infantil.
En vista de esta situación, los gobiernos, si bien han actuado rápidamente para ayudar a las familias que perdieron empleo realizando políticas de corto plazo, muchas de ellas sin ayudar a la totalidad de las personas afectadas. La crisis laboral tendrá que abordarse con políticas públicas y privadas de mediano y largo plazo, incentivando la creación de empleo formal.