XXII Cumbre Iberoamericana

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98786352ab62965a07c516ba5d449e8a_XLPersonalmente no he sido partidaria de la Cumbre Iberoamericana nacida en 1991, pues no encontré la razón de promover una división y una especialidad dentro de un bloque de integración comunitaria como era, en ese entonces, la Comunidad Europea al cual tanto España como Portugal habían adherido ya en 1985 (12 de junio) y fueron efectivos miembros desde el l° de enero de 1986.

Para muchos, la península ibérica, en especial España, utilizaba a los 22 países latinoamericanos para reforzar su posición comunitaria y prueba de ello era que los nacionales españoles por muchos años dirigieron las Direcciones Generales dedicadas a la cooperación latinoamericana en Bruselas y nadie era mejor que los cooperantes españoles para actuar la cooperación europea en los países de América Latina. La expansión de los españoles con fondos comunitarios hacia Latinoamérica tampoco fue un punto muy favorable en el sentir latinoamericano.

La I Cumbre Iberoamericana se realizó en la Ciudad de Guadalajara, México en junio 1991, le han seguido tantas otras hasta llegar al número XXII, la actual, realizada en la ciudad Cádiz donde se conmemora un hecho histórico relevante: la Constitución de Cádiz de 1812.

En la actualidad, España está viviendo una crisis de dimensiones importantes que están creando graves repercusiones sociales a su tejido productivo así como a su sociedad. Quien llegó a Cádiz para la Cumbre Iberoamericana se encontró: con los desahucios Express fruto de una ley que el gobierno Zapatero emanó antes de dejar el poder, sus frutos son sumamente amargos y han debido ser frenados gracias al Decreto Ley de urgencia emanado precisamente el día de inauguración de la Cumbre; con la reestructuración de Iberia que inicia con el despido de más de dos mil empleados, reducción de sueldo a los pilotos; con una huelga de basura en Jerez de la Frontera que duraba ya más de diez días: con una huelga general y con otras situaciones de malestar.

Sin embargo, un aire de esperanza giraba por la ciudad de Cádiz, se percibía en los participantes, en los delegados, en los empresarios, en la gente de la ciudad que tienen esperanza en el crecimiento latinoamericano, en la relación iberoamericana.

El espíritu critico se desvanece cuando se ve la gestión de la Cumbre, la comodidad que tienen los Presidentes y Gobernantes Latinoamericanos, ¿será sólo la lengua?, ¿será la gentileza Andaluza?, ¿será que somos tan parecidos en el trato humano, en la espontaneidad, en el comunicarnos? Será eso y otras cosas más pero lo que sí se percibe es que en estos XXII años las cosas no han pasado en vano. Portugal y, más España, han sabido construir un vínculo constructivo, no más de conquista, seguramente, dando paso al conocerse mutuamente, lo que ha servido para construir una familiaridad, un acervo común importante.

Los Países Latinoamericanos, de países impresentables por mala gestión económica, deudas impagas, terrorismo, fueron convocados anualmente a esta Cumbre Iberoamericana que se reforzó poco a poco y gracias a Enrique Iglesias, hoy Secretario General de la SEGIB antes Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo y motor de tantas acciones iberoamericanas, ha llegado a ser esta Cumbre lo que actualmente es: una estrategia de alta y efectiva diplomacia.

La capacidad de convocatoria es magnifica, ningún país europeo ha logrado reunir más de 5 Presidentes, y menos establecer un programa de trabajo anual. Hay trabajo detrás de toda esta maquinaria además de afecto, hay esperanza y considero que gracias a esta Cumbre, España, la cual considera su crisis europea una crisis política, ha logrado cambiar algunos equilibrios con sus interlocutores comunitarios.

Se ratifica lo expuesto inicialmente pero lo trabajado en estos XXII años ha dado frutos. Ahora, ¿Qué se unifiquen la Cumbre Iberoamericana y la Cumbre ALCUE? ¿Qué se cree un mecanismo de conexión? Puede ser, eso será otro capítulo, donde esperamos también contar con las experiencias de otros países europeos que contribuyan a hacer una América Latina más horizontal, donde cada ciudadano latinoamericano pueda desarrollar su proyecto de vida, hacer que sea una sociedad inclusiva y no continúe a ser lo que relató un orador: “el Latinoamericano sube la escalera de la ascensión social y económica pero se lleva también la escalera para que nadie más pueda subir”. ¿Nos resulta conocido?