La ex-presidenta Dilma Rousseff se presentó en el Parlamento europeo, en la sede de Estrasburgo, su presentación se centró en su vicenda política personal.

Este relato generó sorpresa y como señaló la diputada Renate Weber, «cuando llega un invitado al Parlamento europeo, se habla de su país, de su situación. Es la primera vez que un político se presenta para hablar de su situación personal», en realidad fue un relato sin que haya una contraparte que pueda debatir,  siendo un tema de politica interna, en este caso, el Gobierno. Luego, la diputada Weber solicitó conocer más sobre la relación entre Brasil y la Unión europea, sobre todo, las negociaciones para llegar al Acuerdo.

La izquierda unitaria europea y la izquierda nordica si estaba de acuerdo con este tipo de relato para sancionar el gobierno actual presidido por el presidente Temer, quien fue acusado de presidir un «gobierno golpista y corrupto, con nueve ministros acusados de corrupción y el presidente Temer en cuestionamiento.»  

El Grupo verde hizo notar el trato al medio-ambiente brasileño.  Este es uno de los argumentos fuertes en la negociación para el acuerdo, quienes están en contra de aumentar las importaciones agrícolas desde el Mercosur, se aduce que aumentará la tala de bosques para ganar más pastos para la ganadería, poniendo en peligro a las poblaciones indígenas brasileñas.

Para dos diputados italianos, sus preguntaron se centraron en Cesare Battisti, un ex-terrorista que recibió apoyo del gobierno de Dilma Rousseff para evitar la extradicción a Italia para cumplir su pena.

En sus respuestas, Dilma Rousseff, insistió en dar detalles de su vicenda personal política aseverando que no era un tema personal, lo que ha ocurrido en Brasil puede ocurrir en cualquier parte del mundo, «es la politización de la justicia». Luego entró en el caso del expresidente Lula quien, según Dilma Rousseff, ha sido sentenciado sin que exista un decreto, un acto o un contrato que pruebe la corrupción. Se refería al departamento en la playa que Lula y su familia utilizaban.

Volviendo a su situación personal, señaló que su destitución, asegura, ha sido «un golpe parlamentario, está demostrado que el golpe fue comprado, pagaron a parlamentarios para lograr el empeachment.» Aseguró que su gobierno fue transparente incluso promulgaron una Ley de lucha contra los delitos de corrupción. 

Cifró sus esperanzas en la conclusión del Acuerdo UE – Mercosur, en el cual siempre creyó, no obstante mencionó que el problema en Brasil  «es el mismo que existe en la UE, hay agricultores con mucho poder político, económico». La negociación es ardua y Brasil quiere negociar con su bloque regional, no individualmente.

Por otro lado, con relación a la Amazonia, explicó que Brasil tiene áreas de reserva del tamaño de un país europeo, áreas donde viven 20 millones de habitantes y no se puede disponer cuidar el ambiente y no tocarlo sin antes haber dado una alternativa productiva a la gente. Además, siendo áreas tan vastas, conllevan dificultades logísticas de control, en las cuales, están involucradas la policía, la marina, sobre todo, existe carencia de presupuesto y tecnología para controlar el territorio.

Gran desilusión ante su falta de explicación a la burla a la justicia italiana con el caso Cesare Battisti, señalando que si se cree que se impidió la extradicción «para que vamos a discutirlo, si la fiscalía autoriza, se autoriza.»

Lo cual, puede ser una confirmación a su primera declaración, en Brasil existe «la politización de la justicia».