25 años de la Misión Scalabriniana en el Perú.

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Una misa concelebrada en la Catedral de Lima, iluminada de fiesta, dirigida por el Cardenal Castillo, contó con la participación del Cardenal Barreto, llena de católicos, en su mayoría, llegaron desde el Callao al centro de Lima, muy agradecidos a la Congregación Scalabriniana, quienes cumplen, hoy 16 de marzo, 25 años de trabajo en el país. Fueron dos sacerdotes quienes inicialmente llegaron al Callao, el querido padre Beto, fue uno de ellos. Cuantas historias se tejen en la juventud de tantas personas, ahora adultas, quienes refieren haber trabajado en la asistencia a los migrantes junto a los Scalabrinianos. Una numerosa representación de artesanos.

El Cardenal Carlos Castillo, en la conclusión de la Misa homenaje declaró: «Damos gracias a Dios por San Juan Bautista Scalabrín, obispo de Piacenza, en Italia. El siglo XIX recibió esta inspiración del Espíritu Santo de acompañar a los migrantes italianos  que en gran número venían aquí a América. Después, abrieron este servicio a todos los migrantes del mundo. La Congregación de San Carlos, más conocidos como religiosos scalabrinianos, están presente en treinta y tres países del mundo. Aquí hay treinta hermanos scalabrinianos sacerdotes de los siguientes países, de Argentina, de Brasil, de Colombia, de Haití, de Indonesia, de México, de Paraguay y de Perú. Damos gracias a Dios, porque el papá Francisco, el 28 de octubre del año pasado, cuando se realizó el XVI Capitulo general de la Congregación Scalabriniana manifestó claramente la gratitud por el inmenso e intenso trabajo que realizan con los migrantes  y esto nos llena de verdadero orgullo en la Iglesia Católica. Por eso, el papa Francisco, les pidió que colaboraran con la Iglesia de una Pastoral de la Esperanza, en el cumplimiento fiel de la promesa de Dios. La esperanza, no es esperar con los brazos cruzados, la esperanza, en este Jubileo que recibimos, estamos obligados al ejemplo de un Dios que sale de sí mismo y envía a su hijo como Misionero del Padre para que nosotros también acompañemos a ese Jesús migrante que experimentó la migración y que esta presente en tantos hermanos y hermanas del mundo.

Este momento, es para agradecer a Dios y pido un aplauso de cariño a todos nuestros hermanos Scalabrinianos.

Además, este año están cumpliendo 25 años de presencia en la iglesia del Perú, los Obispos somos los primeros que agradecemos a Dios, porque hace 25 años vinieron dos religiosos scalabrinianos que están aquí presente  y pido por favor que se acerquen los dos que iniciaron hace 25 años y que siguen siendo fieles a la Misión. Ellos nos ayudan a mantener viva la esperanza.

«Con el sentimiento de gratitud, del corazón agradecido por el Perú, por la Iglesia del Perú, por los migrantes, por los refugiados. Con el corazón agradecido por tantos misioneros y misioneras que pasaron por aquí en estos 25 años. Agradecidos a Dios, también por los frutos y las vocaciones, tenemos tres sacerdotes religiosos peruanos en la Congregación y renovamos nuestro compromiso con el Perú, con los migrantes que están en el Perú, con los peruanos que están fuera del Perú y renovamos nuestro compromiso con la promoción vocacional y con la vida de tantas personas que necesitan la presencia de Dios y la presencia de esperanza y signos para poder seguir construyendo su proyecto de vida». 

“Migran las semillas en alas de los vientos, migran las plantas de continente a continente, llevadas por las corrientes de las aguas, migran las aves y los animales y, sobre todo, migra el hombre, a veces en forma colectiva, a veces en forma aislada, pero siempre instrumento de esa Providencia que preside y guía los destinos humanos, incluso a través de las catástrofes, hacia la meta, que es la perfección del hombre en la tierra y la gloria de Dios en el cielo”. Así veía San Juan Bautista Scalabrini a los migrantes: instrumentos en manos de Dios para formar una nueva humanidad.