El Foro Económico Internacional sobre América Latina y el Caribe es uno de los eventos europeos más destacados entre los que se dedican a las políticas públicas en América Latina y el Caribe. Cada año, líderes de los sectores público y privado, así como representantes de alto nivel de organizaciones internacionales se reúnen para discutir diferentes aspectos del desarrollo económico del continente. El Foro de LAC 2019 se centrará en la relación entre desigualdades y tecnologías y en compartir las mejores prácticas hacia sociedades más inclusivas en los países de la región. Los participantes del Foro también considerarán el entorno tecnológico y los incentivos a la innovación como facilitadores para garantizar economías más equitativas en América Latina y el Caribe.
Este evento es un esfuerzo conjunto entre el Banco Interamericano de Desarrollo, el Ministerio de Economía y Finanzas de Francia y el Centro de Desarrollo de la OCDE.
La 11ª edición del Foro Económico Internacional de América Latina y el Caribe se llevará a cabo el 24 de mayo de 2019 en la Station F, 5 Parvis Alan Turing, 75013, París.
Inscripción abierta – haga clic aquí
Sesión 1:
“Superando la trampa de la vulnerabilidad social en la era de las nuevas tecnologías”
Hoy en día, la mayoría de los países de América Latina y el Caribe (ALC) son países de ingresos medios, con altas heterogeneidades entre los diferentes indicadores de desarrollo. Al igual que en otras economías emergentes de todo el mundo, los países de ALC aún enfrentan altos niveles de desigualdad en términos de ingresos, niveles de bienestar y acceso a servicios públicos, tanto entre la población del país como entre las regiones subnacionales, un patrón que ha persistido a pesar del desempeño positivo del PIB per cápita en la última decada.
Además, diferentes síntomas sugieren que los países de ALC se enfrentan a una serie de «nuevas» trampas de desarrollo que se interponen en el camino de un desarrollo más inclusivo y sostenible.
Las trampas en sí mismas son dinámicas que se refuerzan entre ellas y son el resultado de debilidades estructurales, pero el progreso hacia niveles más altos de ingresos surgiéndose está visualizando, así como creando nuevos desafíos de desarrollo. Una de estas «nuevas» trampas de desarrollo es la vulnerabilidad social.
El crecimiento de los ingresos combinado con políticas sociales consistentes desde principios de siglo ha reducido significativamente la pobreza en la región. Sin embargo, la mayoría de los que escaparon de la pobreza ahora son parte de una nueva clase media vulnerable y heterogénea que representa al 40% de la población de ALC, que enfrenta empleos de baja calidad, baja protección social e ingresos volátiles. Debido a estas circunstancias, no invierten en su capital humano y carecen de capacidad para ahorrar e invertir en una actividad empresarial. (1)
En el año 2021, el 1% más rico de la población de América Latina habrá acumulado más riqueza que el 99% restante.(2) Pero las desigualdades no solo están relacionadas con los ingresos y la riqueza, ya que diversos factores y manifestaciones de desigualdad conducen a una realidad mucho más multidimensional y compleja. Entre los factores que intensifican la desigualdad se encuentran diversas formas de discriminación que limitan las oportunidades, en particular de las mujeres, los indígenas y los afrodescendientes, que muestran indicadores de desarrollo por debajo del promedio, tanto en términos de ingresos como de acceso a la educación y otras dimensiones.
El enfoque de Desarrollo en Transición presentado en las recientes Perspectivas Económicas de América Latina 2019 presenta recomendaciones de políticas nuevas y revisadas para superar las trampas del desarrollo y cómo la cooperación internacional puede desempeñar un papel más adaptado de facilitador en la región.(8)
La transformación digital tiene el potencial de reducir estas desigualdades y mejorar las oportunidades y perspectivas para todos los ciudadanos de ALC. Las nuevas tecnologías, por ejemplo, pueden aumentar el acceso a los servicios públicos, la participación de los ciudadanos en la vida pública y mejorar la calidad del trabajo. Sin embargo, para hacer que la transformación digital funcione para todos y que sea promotora de mayor igualdad, se necesitan mayores esfuerzos. Las políticas deben diseñarse e implementarse en un marco flexible, integrado y orientado hacia el futuro. Esto significa aumentar el acceso a nuevas tecnologías y fomentar una mayor movilidad y conectividad dentro de los países para reducir las desigualdades espaciales. También significa una mayor inversión en infraestructuras digitales y de telecomunicaciones para promover una mejor integración en las cadenas de valor globales, lo que conduciría a una mayor productividad laboral e inclusión social. Pero para aprovechar el potencial de la transformación digital no solo se trata de aumentar el acceso a las nuevas tecnologías, también requiere abordar su impacto en varias dimensiones, incluidos el uso, la innovación, la confianza, los empleos, la sociedad y la apertura del mercado.
Todos estos “componentes básicos” están integrados en el marco Going Digital de la OCDE, que reúne políticas que configuran un futuro digital común, mejorando las vidas y el bienestar al mismo tiempo que impulsa el crecimiento económico.(9) Sin embargo, esto no puede ser logrado por los gobiernos únicamente. El sector privado también es clave para garantizar un desarrollo sostenible e inclusivo, y los empresarios pueden desempeñar un papel fundamental en la reorientación de las inversiones tradicionales hacia modelos productivos más inclusivos e innovadores.
Se necesita una inversión privada sustancialmente mayor en espíritu empresarial e I + D, junto con un mayor y mejor apoyo del sector público para impulsar la innovación y, por lo tanto, mejorar las capacidades del estado para desarrollar estrategias de desarrollo sostenible más rigurosas y a largo plazo.(10) Abordar los desafíos de la vulnerabilidad social requerirá que los legisladores brinden a los ciudadanos mejores servicios públicos y oportunidades socioeconómicas. Asegurar el acceso a empleos formales y estables, mejores sistemas de protección social, inversiones en educación y habilidades, enfrentar la corrupción y aprovechar los beneficios y las nuevas oportunidades que ofrece la era digital será crucial para que la región pueda desarrollar todo su potencial de manera inclusiva y sostenible.