Después de regalar sus guantes de box al Papa Francisco, el cuatro veces Campeón del mundo, Saúl “El Canelo” Álvarez, visitó las oficinas del Consejo Pontificio de la Cultura donde se le manifestó que el Vaticano está muy atento al ámbito cultural que tiene el deporte.

Es indudable que dos aspectos significativos de la vida de las distintas sociedades son la fe religiosa y el deporte. Una y otro pueden ser considerados, incluso, como motores de la colectividad global. Fe y deporte comparten un propósito común en la promoción de los valores humanos y ambos tienen un rol importante en cientos de millones personas. ¿Cómo pueden la fe y el deporte aprovechar su gran influencia para promover valores positivos, para inspirar a la juventud y para contribuir, en fin, a mejorar la humanidad? De todo esto platicaron con “El Canelo” Álvarez, los oficiales del Dicasterio Vaticano, Melchor Sánchez de Toca y Carlos J. Díaz Vega.

Actualmente el deporte es considerado por los estudiosos como un lugar y un lenguaje que une a las personas de todas las creencias, nacionalidades y culturas. Es fácil comprender el deporte como una herramienta de integración si se conoce su alcance universal y transversal.

El Consejo Pontifico de la Cultura ha creado un espacio donde deportistas, líderes y educadores deportivos pueden dialogar sobre cómo la fe y el deporte consigan trabajar juntos para servir mejor a la humanidad. Por ello, en octubre de 2016 el Dicasterio Vaticano para la Cultura promovió junto con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el Comité Olímpico Internacional (COI) el Primer Congreso Internacional sobre Fe y Deporte “Sport at the Service of Humanity”.

En esa ocasión el Papa Francisco señaló que “el deporte es capaz de enriquecer la vida de las personas… Cuando se admira la belleza en la armonía de los movimientos así como en la fuerza o en el juego de equipo, el deporte trasciende el nivel del aspecto físico y nos transporta al terreno del espíritu e incluso del misterio”. El Santo Padre hizo además referencia a tres cosas importantes: el valor de la inclusión en el deporte (movimiento paralímpico y niños de bajos recursos), mantener la genuinidad del deporte (contra la manipulación y la explotación comercial) y la importancia del deporte amateur.

izq. Rev. Carlos J. Díaz Vega con «El Canelo» Álvarez