El delito de feminicidio se inserta formalmente en el Código Penal con el artículo 577-bis. Quien mate a una mujer por motivos de discriminación, odio de género o para reprimir el ejercicio de sus derechos y libertades será castigado con cadena perpetua.
En un avance histórico en la lucha contra la violencia de género, el gobierno italiano, bajo la dirección de la primera ministra Giorgia Meloni, ha aprobado un proyecto de ley que introduce por primera vez la definición legal de «feminicidio» en el código penal del país. Esta legislación establece que los asesinatos de mujeres por razones de género se consideren feminicidios y contempla penas de prisión de hasta cadena perpetua para quienes sean hallados culpables de este delito. La aprobación de esta ley representa un hito en la protección de los derechos de las mujeres en Italia, un país que, a pesar de sus avances en otros campos, ha sido testigo de un alarmante aumento de la violencia de género en los últimos años.
La necesidad de una legislación más firme
Italia ha sido uno de los países europeos con una significativa tasa de feminicidios, con 113 casos registrados en 2024, la mayoría de los cuales fueron cometidos por parejas o familiares cercanos de las víctimas. Estos crímenes han generado un clamor creciente en la sociedad italiana para que se adopten medidas más estrictas y eficaces para combatir la violencia de género, que no solo se limita al feminicidio, sino que también incluye otras formas de abuso como el acoso, la violencia doméstica y el tráfico de mujeres. La sociedad italiana, particularmente las organizaciones feministas, ha presionado por años para que se reconozca oficialmente el feminicidio como un delito con sus propias características jurídicas, separando así esta clase de homicidios de otros crímenes violentos.
La ley, que fue aprobada por el consejo de ministros el 7 de marzo de 2025, busca reforzar el marco penal en Italia, atribuyendo penas más severas para los asesinos de mujeres motivados por el odio de género. Esta medida ha sido bienvenida por la mayoría de la sociedad, pero también ha generado algunas críticas. Si bien la ley es un paso hacia adelante, algunos consideran que el enfoque punitivo debe ir acompañado de un cambio cultural y educativo más profundo para erradicar las raíces de la violencia de género.
Una ley con un enfoque integral
El proyecto de ley tiene como objetivo no solo mejorar las sanciones penales, sino también la prevención y protección de las mujeres, una vez que el crimen se ha cometido. La ley establece una serie de medidas de protección para las víctimas de violencia de género, incluidas órdenes de alejamiento y la creación de refugios y servicios de apoyo para las mujeres que se encuentren en peligro. Sin embargo, los críticos han señalado que la ley aún no aborda completamente las causas estructurales de la violencia de género, como las disparidades económicas entre hombres y mujeres y la persistencia de estereotipos de género que perpetúan la desigualdad.
Uno de los aspectos más destacados de la ley es la creación de una unidad especial dentro de las fuerzas policiales, destinada exclusivamente a investigar los crímenes de feminicidio y otros delitos relacionados con la violencia de género. Esta unidad se encargará de asegurar que los casos sean tratados con la debida atención y que las víctimas reciban el apoyo necesario.
Reacciones políticas y sociales
La medida ha sido celebrada por activistas de derechos humanos, quienes consideran que la aprobación de esta ley es una respuesta necesaria a la creciente ola de violencia contra las mujeres en el país. “Es un paso muy importante para cambiar la mentalidad, no solo a nivel legal, sino también a nivel cultural”, declaró una portavoz de un grupo feminista italiano. Sin embargo, también ha sido criticada por no abordar adecuadamente el problema estructural de la violencia machista y las desigualdades económicas y sociales que alimentan la violencia de género.
Desde la oposición política, varios partidos han elogiado la iniciativa, pero también han señalado que la ley debe ser parte de un enfoque más amplio que incluya un mayor énfasis en la educación y la prevención. La falta de recursos adecuados para implementar las medidas de apoyo a las víctimas también ha sido un tema de preocupación. Las asociaciones feministas italianas, aunque satisfechas con la medida, insisten en que aún queda mucho por hacer para combatir la violencia de género de manera efectiva.
El futuro de la lucha contra el feminicidio en Italia
El feminicidio ha sido un tema candente en la política italiana, y la aprobación de esta ley representa un cambio significativo en la forma en que el sistema judicial italiano aborda la violencia de género. No obstante, este es solo el comienzo. Las medidas deben ir más allá del ámbito penal y abordar cuestiones más profundas, como la educación sobre igualdad de género, la lucha contra la discriminación y la promoción de políticas públicas que garanticen una mayor equidad para las mujeres.
El camino hacia la erradicación de la violencia de género en Italia no termina con esta ley. Aunque la pena de cadena perpetua para los feminicidas es un paso importante hacia la justicia, la verdadera transformación debe venir de una sociedad más igualitaria, que valore a las mujeres como iguales en todos los aspectos de la vida. La esperanza es que, con el tiempo, esta ley sea un catalizador para un cambio más profundo en la cultura y las actitudes hacia la violencia de género, contribuyendo a un futuro en el que las mujeres italianas puedan vivir sin miedo a la violencia.