El gobernador de la región de Lombardía, Attilio Fontana, ha enviado hoy una carta a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en la que, tras felicitarla por su confirmación al frente de la Comisión Europea, le plantea algunas consideraciones y las preocupaciones sobre la futura política de cohesión ‘post 2027’, pidiendo que «se reconozca también un papel a las Regiones y a otros actores locales en el contexto del diálogo entre las instituciones europeas».
También se envió una carta a los parlamentarios europeos elegidos en el Noroeste para felicitarlos y expresar la posición de la región de Lombardía en materia de política de cohesión.
Dirigiéndose a la presidenta Von der Leyen, el gobernador, tras subrayar que «la Comisión Europea lleva tiempo iniciando un debate sobre el tema, creando el grupo de especialistas de alto nivel sobre el futuro de la política de cohesión», Fontana destaca que «sin duda será necesario revisar tanto el enfoque general como el marco operativo de la futura Política de Cohesión para el período de siete años 2028-2035». Según el presidente de Lombardía «la nueva política de cohesión sólo puede ser más flexible, orientada hacia reformas estructurales y más coherente con los programas de trabajo de la Comisión y del Consejo Europeo. Sin embargo, no se debe abandonar su enfoque territorial, con una fuerte orientación hacia resultados mensurables y tangibles a nivel regional y local».
“La Política de Cohesión – añade Fontana – debe seguir preocupando a todas las Regiones: la atención necesaria a las zonas menos desarrolladas no debe ir en detrimento de las más desarrolladas, a menudo más afectadas por los importantes desafíos relacionados con la transición hacia una economía más digitalizada y climáticamente neutra. Una política de cohesión, por tanto, que debe seguir desarrollándose como herramienta a nivel regional, confirmando el enfoque local, la gestión compartida, la asociación y la gobernanza multinivel desde su fase de planificación, en una perspectiva verdaderamente subsidiaria, para garantizar una coherencia real de sus prioridades con las características de los territorios involucrados y los instrumentos financieros disponibles».
“Además – concluye Fontana – la Unión Europea deberá aumentar la dotación para la política de cohesión en el próximo marco financiero plurianual, teniendo en cuenta la importancia y la dificultad de los retos que pretende apoyar, volviendo a situar el nivel de cofinanciación nacional y regional en tasas previstas para el ciclo de programación 2014-2020. Sin duda, también en línea con la evolución de otras políticas, la Política de Cohesión deberá aceptar progresivamente el desafío de una marcada orientación a resultados y no a la mera capacidad de gasto y el respeto de los tiempos de implementación; sin embargo, esto sólo puede ocurrir en un marco de mayor simplificación, estabilidad y seguridad regulatoria».