El comercio exterior en el 2024 y perspectivas para el 2025

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En diciembre de 2024, América Latina experimentó una contracción del 6.3% en las transacciones de mercancías, de acuerdo a la Oficina de Análisis de Política Económica de los Países Bajos (CPB). Este descenso marcó un cierre desafiante para el comercio exterior de la región, reflejando diversas tensiones, desafíos y incertidumbres de políticas macroeconómicas acumulados a lo largo del año.

Durante el 2024, factores como la desaceleración económica global, conflictos geopolíticos y fluctuaciones en los precios de las materias primas impactaron negativamente en las exportaciones e importaciones de América Latina. Aunque la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) proyectó un crecimiento del 4% en el valor de las exportaciones regionales de bienes para el 2024, esta cifra fue inferior a las expectativas iniciales, evidenciando la vulnerabilidad de la región a las dinámicas internacionales.

Para el 2025, las perspectivas son mixtas. Por un lado, se espera que la recuperación económica de socios comerciales clave, como Estados Unidos y China, impulse la demanda de productos latinoamericanos. Por otro, la reciente imposición de aranceles del 25% por parte de Estados Unidos a las importaciones de acero y aluminio de México y Canadá añade incertidumbre al panorama comercial.

Ante este escenario, es fundamental que los países latinoamericanos fortalezcan sus estrategias de diversificación de mercados y productos, reduzcan la dependencia de materias primas y promuevan la industrialización y el valor agregado en sus exportaciones. Además, la integración regional y la cooperación económica pueden ser herramientas efectivas para enfrentar los desafíos del comercio global.

Aunque el 2024 presentó obstáculos significativos para el comercio exterior de América Latina, el  2025 ofrece oportunidades para reorientar estrategias y adaptarse a un entorno internacional en constante cambio.