América latina bienvenida entre China y la UE. Por Florent Sardou.

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Este lunes el Ministerio de Relaciones Exteriores chino anunció la próxima gira del Primer Ministro Li Keqiang en Brasil, Colombia, Perú y Chile entre el 18 y 26 de mayo.

Es un nuevo episodio en la rivalidad entre el “Imperio del Medio” y el Viejo continente en el subcontinente suramericano. No es un azar si esta visita está programada justo antes de la cumbre CELAC-UE que tendrá sede en Bruselas los próximos 10 y 11 de junio.

China viene a reafirmar su protagonismo cada vez más importante en la región. A principios de año, en la última cumbre entre su país y CELAC, el presidente Xi Ping había anunciado un plan de inversiones decenal en América Latina y Caribe alcanzando 250 mil millones de dólares. Pero los mismos latinoamericanos son entusiastas en reforzar la relación con su primer socio económico, que compra sus materias primas y energía. Durante esta visita es casi seguro que serán anunciados nuevas compras de soja (Brazil), ferroníquel (Colombia) y cobre (Perú, Chile) a cambio de inversiones chinas en infraestructuras sobre todo.

El interés de China hacia América Latina no va a parar, sobre todo en el marco del frenazo que experimenta el gigante asiático desde 2014. Durante el primer trimestre de este año, China conoció un crecimiento de 7%, el más débil en 25 años. Y enfrenta grandes riesgos: desaceleración de su mercado inmobiliario, estallido posible de una burbuja crediticia. Para despertar su economía, los asiáticos están más que nunca decididos en asegurarse el suministro de los recursos naturales de América Latina. Pero no solamente. Quiere ahora aumentar sus inversiones en las industrias destapando posibles conflictos en el futuro. Un recién informe de las Naciones Unidas anuncia que Pekín se convertirá en 2016 como el segundo socio económico de América Latina en lugar de la Unión Europea.

Presidente Xi Jinping en el Gran Palacio del Pueblo en China.
Presidente Xi Jinping en el Gran Palacio del Pueblo en China.

Más allá del comercio de materias primas, es vital leer con mucha atención el informe de la Fundación Inter-American Dialogue sobre otra fuente de dependencia de América latina con China: financiera. El informe revela que el monto total de los créditos de parte de bancos chinos han alcanzado más de 22 mil millones de dólares para 2014. Esta dependencia parece convertirse en realidad en una adicción ya que los montos aumentaron un 70% en comparación con 2013. Desde la crisis que estalló en Europa en 2008, los banqueros chinos ofrecen préstamos más interesantes que los bancos estadounidense o europeos. Pero como siempre en los negocios nada es gratis. Un artículo de la Deutsche Welle publicado en enero de este año se titulaba “China: el peligroso nuevo amigo de América latina”. Alerta sobre la dependencia de las economías de la región (siguen con un modelo exportador de productos sin valor añadido) y el monto de los préstamos (14 mil millones de dólares para Argentina, 50 mil millones para Venezuela y también para Ecuador). Además los préstamos chinos se enfocan en las industrias extractivas o de infraestructuras, actividades potencialmente creadores de conflictos políticos internos (daño al medio ambiente y problema con las poblaciones autóctonas).
La análisis del informe de la CEPAL publicado en 2012 (“China y América Latina y el Caribe: hacia una relación económica y comercial estratégica”) postula que “la relación entre China y América Latina y el Caribe ha alcanzado ya la suficiente madurez para dar un salto de calidad y avanzar hacia un vínculo estratégico que proporcione beneficios mutuos.”

¿Qué ofrece la Unión Europea?
Frente al poder financiero e industrial de China, Europa tiene otras ventajas que tiene que promover para seguir siendo un actor relevante en América Latina y para consolidar su vinculo estratégico. La proximidad cultural es de lejos su activo más potente. Intercambios universitarios, migraciones entre ambos regiones constituyen semillas para afianzar las relaciones CELAC-UE. Y China nunca podrá competir en este ámbito.

Las sociedades latinoamericanas están cada vez más cercanas de las problemáticas de sus pares del Viejo continente. A nivel interno, la clase media llega con fuerza y su desarrollo y bienestar está en el foco de las políticas públicas de América Latina: mejor salud, mejor educación, mejor participación en los asuntos públicos etc. Frente a estas legítimas exigencias, más que nunca, la experiencia del Viejo Continente es necesaria. Con lógica, el lema de la cumbre CELAC-UE es «Modelar nuestro futuro común: trabajar por unas sociedades prósperas, cohesivas y sostenibles para nuestros ciudadanos».

Consejo de la Unión Europea, Bruselas
Consejo de la Unión Europea, Bruselas

En el ámbito económico, la exigencia de un desarrollo sostenible y de la protección del medio ambiente da muchas oportunidades a las compañías europeas que, sin duda, poseen una ventaja competitiva en el manejo de estas problemáticas.

A nivel internacional, en un mundo globalizado y multilateral, la diplomacia vuelve a tener una suma importancia. La Unión Europea, a pesar de sus crisis, queda como una gran caja de herramientas para construir y consolidar un mundo de alianzas y cooperación. América Latina lo necesita y lo quiere. Este lunes 11 de mayo, en Santiago de Chile, en un seminario dedicado en “Los desafíos ante la cumbre UE-CELAC 2015”, el embajador de Ecuador en Chile, Homero Arellano, decía “la integración no es una alternativa, es un mecanismo de supervivencia”.

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