Ha sido una campaña electoral que ha puesto a prueba la resistencia y el temple de los candidatos, sobre todo, de Giorgia Meloni, quien eligió no entramparse en responder a los insultos, ofensas de los políticos, del público, de personajes y hasta de la prensa, parcializada, salvo contadas excepciones.
Desde hace 14 años, Italia es de la izquierda, a los problemas económicos que no resolvieron, se agregaron en el último decenio, innumerables problemas sociales, mala gestión de la inmigración, mala gestión de los recursos del Estado, pérdida de posiciones internacionales, clientelismo. Cinco estrellas-5*, ganadores de las elecciones del 2018, convertidos en el primer partido italiano por el voto de protesta ciudadana, se presentó como un movimiento “ni de derecha ni de izquierda”, sin embargo, su camino se resume en: intensas peleas, traiciones y uniones con ventaja. Originarios del sur de Italia, conocedores de la tecla débil y el poco amor al trabajo de sus correligionarios, crearon la “renta de ciudadanía” una costal de votos sobre el cual Giuseppe Conte, el «ingenuo profesor en política», sobreviviente de invisibles acuchillamientos sacó su esencia de “descamisado” luego de haber traicionado al protagonista de su última alianza: Enrico Letta y su PD, haciendo caer el gobierno de Mario Draghi, tumbó el precario andamiaje de la política, sobre todo a su presidente, al cual, evidentemente, no soportaba, porque estaba trabajando bien, en favor de la “delicada” situación de Italia.
La situación “delicada” es la economía, Mario Draghi, estaba reconstruyendo la imagen y la economía. Una economía que tiene un peso, la deuda pública que asciende a €2.770 mil millones, con intereses sobre los títulos de deuda en circulación, agravado por la emergencia del Covid y otros, lo cual significa, que la deuda vale un vez y media del PIB italiano (Il Sole 24 Ore). Agregamos el aumento de la electricidad en 772% en un año, el gas ha aumentado 16 veces, de €12 en septiembre 2019, ha pasado a €200 en septiembre 2022. Si las familias se encuentran oprimidas, el sector productivo sufre, muchas PYMES dejarán de funcionar. El consumo interno ha disminuido, es inevitable. La inflación en agosto fue de 8,4%, la producción manufacturera en siete meses ha subido +1,2%, a pesar de llegarles muchos pedidos, no pueden satisfacer todos por el aumento desproporcionado de la energía. Pero, el trabajo, la transformación, es la clave del aumento de los ingresos por las exportaciones, aunque, sus volúmenes son menores, la fuerza del Made in Italy y el aumento del valor del dólar, han contribuido al ingreso de 600 mil millones, de enero a la fecha. Es el esfuerzo de las empresas que cambia la fisonomía de Italia, porque el Estado no produce riqueza, la distribuye, quien produce riqueza es el ciudadano con su trabajo y sus empresas.
El Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia – el PNRR italiano prevé inversiones por un total de €222.100 millones: €191.500 millones son financiados por la Unión Europea a través del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia: €68.900 millones son subvenciones a fondo perdido y €122,600 millones son préstamos, y otros €30.600 millones en recursos nacionales forman parte de un fondo complementario. El Consejo de ministros, lo aprobó este abril y fue autorizado por el Parlamento, con mayoría absoluta.
El dinero que llega de la Comisión Europea tiene objetivos precisos: cambiar Italia, ya recibió €21 mil millones y, bajo su vigilancia, acaba de autorizarse la entrega de la segunda parte, un monto similar al recibido por haber logrado, los 45 objetivos previstos en el PNRR, para el primer semestre del 2022.
Administrar ese capital, era el sueño, sobre todo, de Conte, el presidente Mattarella hizo bien en nombrar a Draghi, quien, ahora, lo está dejando bien encaminado. Se comprende la frustración ante el triunfo de Giorgia Meloni, los perdedores declaran al unísono “dura oposición” a su gobierno. Ella, ha optado por la discreción, sigue adelante examinando el programa del PNRR guiada por Draghi, evaluando si debe modificarse el programa inicial, las condiciones han cambiado, está evaluando destinar parte del dinero para reducir el impacto del costo de gas a las familias y a las empresas. Por otro lado, ha dado disposición a su plana mayor, nada de festejos, la situación es difícil debemos trabajar. No da motivos, conoce al género masculino. Un cambio de tono “el trabajo comienza ahora, es el tiempo de la responsabilidad”.
Fratelli d’Italia, nace en el 2013 sus fundadores son Ignazio La Russa, Guido Crosetto e Giorgia Meloni quien lo preside desde 2014. En el Parlamento Europeo, no integra el Partido Popular, ese grupo lo integra Forza Italia, tampoco integra el Partido Socialista.
Giorgia Meloni es presidente del Grupo de Conservadores y Reformistas Europeos del Parlamento Europeo-ECR que nació el 2009, primera vez que un/una política italiana preside un grupo político europeo, defiende la soberanía de los Estados individuales frente al federalismo europeo, fueron los británicos quienes fundaron el ECR, ahora lo integran Vox de España, la derecha sueca que acaba de ganar las elecciones, el partido checo ODS que ahora preside la Unión europea en el Consejo. Lejos está Macron y Scholz del ECR.
Los negociadores italianos en la Unión europea fueron tenues, moderados, posturas que han hecho perder posiciones a Italia en diferentes frentes, también en los productos típicamente italianos, en tema migratorio, ¿faltaba una guía?. El Grupo ECR propugna el “principio de subsidiariedad” a fin de asimilar las disposiciones a las costumbres nacionales, a los intereses nacionales, la concepción que tienen de Europa no es de un monolito, sino de países federados.
Como política, Giorgia Meloni, recibió duras críticas ante la posibilidad que modifique la Ley sobre el Aborto, ley que tiene 44 años, al parecer, quitarle el voto femenino era el objetivo. El presidente de Tribunal Constitucional D’Amato, en la Universidad La Sapienza, en su discurso al recibir el Honoris Causa manifestó su oposición a alguna modificación a dicha norma, sin nombrar Meloni, expresó que no suceda como sucedió en los Estados Unidos donde no existe más el derecho a abortar no dando preeminencia a la vida de la Madre “por defender la vida”.
Giorgia Meloni, considerada una política que no recurre a la mentira, declaró “He repetido en todos los idiomas que no tenemos intención de cambiar la Ley 194, sino que queremos aplicarla toda, empezando por la parte de prevención, creando, entre otras cosas, un fondo para ayudar a las mujeres que están solas y en apuros económicos para llegar a tener su hijo, si quieren hacerlo…….esto significa luchar por la autodeterminación de las mujeres. A esto queremos sumar un plan de apoyo a la maternidad y la familia. Sin derechos negados, incluso más oportunidades para intentar salvar una vida. No quites derechos, sino añádelos”.
La acusaron que no requería oponerse ya que habían aumentado notablemente los ginecólogos que se habían convertido en Objetores de Conciencia, es decir, médicos que se niegan a matar una vida, elección profesional en aumento.
Su comportamiento ha sido siempre fuera de los caminos recorridos por otras mujeres que se han “introducido” en partidos masculinos soñando ocupar altos cargos y ha sido un juego masacrante, lleno de compromisos y en algunos casos de pérdida de dignidad. Todo ello, Giorgia Meloni lo ha obviado, cuando razona con La Russa y Crossetto que siguiendo el camino de otros no llegarían a nada, fundan el partido y ellos le dan la presidencia a ella, quien con su comportamiento ha ido avanzando, ganándose la credibilidad ante un país cansado de ver egos desbordantes, ambiciones, mala gestión. Su carta ha sido expresar claramente su pensamiento y ser coherente con el mismo.
Corresponde al presidente Sergio Mattarella, como guardián de la Constitución italiana, iniciar las consultas con los grupos parlamentarios probablemente desde el 17 de octubre. Antes serán proclamados los elegidos en la votación así como serán nombrados los presidentes de las Cámaras de Diputados y Senadores.
Quien vivirá lo verá, lo que sí queda claro es que el pueblo italiano elige poniendo y sacando del ámbito político con la lucidez que su vejez le impone. La oportunidad que se le ha dado a Fratelli d’Italia y a su líder Giorgia Meloni puede ser una gran desilusión como lo han sido todos los partidos, el último Cinco Estrellas-5*, o un cambio notable para Italia, para sus mujeres y también para Europa.
Foto de Fratelli d’Italia (de izq. a derecha) Guido Crosetto, Giorgia Meloni, Ignazio La Russa, fundadores de Fratelli d’Italia.