En Valonia los Crisantemos tienen una segunda vida, gracias a ECOCIM

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Cada año, desde principios del siglo XX, muchos de nosotros acudimos al cementerio a finales de octubre –pero especialmente el día de Todos los Santos– para honrar a nuestros difuntos. La flor que se lleva es el crisantemo, elegido por su floración tardía.

Proyecto
Cada municipio tiene varios cementerios, cada cementerio tiene varios cientos de tumbas, cada tumba tiene a menudo varios crisantemos… esto representa varias toneladas de crisantemos… y residuos. A medida que avanza el invierno europeo, y con las primeras olas de frío, estas flores son retiradas paulatinamente por las familias o el sepulturero.

Ante tal cantidad, se colocan contenedores de basura en la entrada de las plantas cementeras. Allí conviven plásticos de embalaje, macetas y plantas, que acaban sin ningún tratamiento especial en el clásico circuito de recogida de residuos municipales.

Sin embargo, el crisantemo, contrariamente a la creencia popular, es una planta perenne y muy fácil de cultivar.

El proyecto de Christophe Pépin y Kevin Ait Khalti tiene como objetivo establecer una colaboración con los 13 municipios para organizar la recogida de estos crisantemos, cementerio por cementerio, durante el período estacional del Día de Todos los Santos.

Esto incluye:
Clasificación, poda y reacondicionamiento para el almacenamiento en invierno.
Luego se realiza el almacenamiento en invernaderos fríos.
En primavera se puede reanudar el cultivo y multiplicación de estos.

Cuando vuelva el otoño, las plantas podrán revenderse en un circuito corto en el territorio y venderse a precios bajos a los municipios participantes, como ornamentación floral tradicional.

El objetivo es sacar el crisantemo del uso efímero y así:

• Reducir nuestros residuos a través de la economía circular

• Estableciendo asociaciones locales con nuestros municipios participantes

• Introducir la separación selectiva en las plantas de cementerio mediante la recuperación de macetas, plantas perennes reacondicionadas y no desechadas innecesariamente.

• Ofrecer una producción hortícola local respetuosa con el medio ambiente.

• Con la orientación del Centro Valón de Investigación Agronómica (CWR-A)

 

Instalada en Chimay desde 2022, la empresa ECOCIM ha creado la primera planta de reciclaje de plantas en Valonia. Esta innovadora iniciativa tiene como objetivo alargar la vida de los crisantemos colocados en los cementerios el día de Todos los Santos. Este proyecto se inscribe plenamente en un enfoque de economía circular, que ofrece una alternativa ecológica y sostenible al ciclo clásico de gestión de residuos florales.
Traducimos este artículo que es parte de una serie dedicada a explorar el viaje de los ganadores de la edición 2 de Go Circular, que se realiza en Valonia. En esta serie, destacamos las inspiradoras iniciativas de estos ganadores. Ecocim forma parte de la categoría “Starter” y desarrolla un enfoque circular centrado en la reutilización.

Cada año, el día de Todos los Santos, los cementerios se llenan de crisantemos, una planta utilizada tradicionalmente para honrar a los difuntos. Lamentablemente, una vez marchitas, estas plantas suelen tirarse con sus macetas y luego incinerarse. Este proceso no sólo genera un importante impacto ambiental, sino que también representa una importante carga financiera para los municipios. Sin embargo, el crisantemo es una planta perenne, capaz de ser replantada y volver a florecer.
El modelo económico desarrollado por Ecocim se basa en la recogida, clasificación, preparación para la reutilización y reutilización de crisantemos y sus macetas. Al reinventar el ciclo de vida de los crisantemos, la empresa está integrando prácticas respetuosas con el medio ambiente en el sector hortícola.

El proceso implementado por ECOCIM es simple pero efectivo. Todo comienza con la recogida de crisantemos y sus macetas en contenedores de clasificación especialmente instalados en los cementerios. Una vez cosechadas, las plantas se clasifican: las que no se pueden reutilizar se convierten en abono, mientras que las demás se vuelven a empaquetar en macetas en buenas condiciones y se dejan pasar el invierno. Después del invierno, los crisantemos replantados reciben cuidados hortícolas antes de revenderse en circuito corto, principalmente en los mercados locales y mediante asociaciones con escuelas y municipios.

El enfoque general del proyecto pretende ser eficiente en el uso de recursos: la empresa utiliza invernaderos sin calefacción para limitar el consumo de energía, recupera el agua de lluvia para el riego y convierte en abono los residuos de poda. Por último, los crisantemos se venden sin embalajes innecesarios, en macetas reutilizadas, reduciendo así su huella ecológica.

Más allá de los beneficios medioambientales, el proyecto ECOCIM genera impactos sociales positivos en Valonia: se desarrolla en colaboración con las autoridades locales y también dedica tiempo a sensibilizar a la opinión pública mediante la instalación de carteles informativos en los cementerios. Al mismo tiempo, ECOCIM forma a jóvenes en prácticas hortícolas sostenibles, contribuyendo así a la educación y la reubicación de la producción hortícola en Bélgica. Finalmente, esta iniciativa estimula la creación de empleo local, fortaleciendo la economía regional.

En 2023, la ECOCIM recogió 147 toneladas de residuos, o 70.000 crisantemos, en 66 cementerios con la participación de 10 municipios. Gracias a la convocatoria de proyectos Go Circular, la empresa planea adquirir espacio adicional para el almacenamiento de crisantemo y ampliar sus actividades.

Además, la empresa busca crear sinergias con talleres protegidos, empresas de economía social y escuelas para reproducir este modelo en otras regiones, ¡con el objetivo de repetir esta práctica en más de 200 cementerios!

Fuente:
Fondation Chimay Wartoise
Le site officiel de l’économie circulaire en Wallonie