Obstáculos de cristal: desafíos de género en el ámbito académico latinoamericano. Agustina Rodríguez Sáa

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Por:Agustina Rodríguez Sáa
Abogada, Magister en Derecho Administrativo
de la Universidad Austral (Buenos Aires)
Rectora Organizadora de la Universidad
Nacional de Los Comechingones.

Durante la Tercera Cumbre Académica ALC-UE “Construcción del Espacio Común Euro-Latinoamericano y Caribeño en Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación” que tuvo lugar en la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina (12-13 de abril de 2018) se incorporó por primera vez como eje temático a las Políticas de Género e Integración de las Mujeres en el Medio Académico, promovido por el Foro de la Mujer EuroLat y en cuya realización tuve el honor de participar activamente presentando una de las ponencias introductorias. La incorporación del capítulo de Políticas de Género en el Medio Académico en el Foro Académico Permanente ALC-UE, resultante de la Tercera Cumbre fue altamente ponderada en el marco resolutivo del encuentro y señalada muy especialmente, además, en la Conferencia Magistral del Ministro de Educación de Francia Jean-Michel Blanquer.

Este resultado de la Cumbre es sin duda un verdadero logro para el Foro de la Mujer Euro-Lat y constituye una decisión a celebrar ya que genera un nuevo espacio internacional para la reflexión sobre la integración de las mujeres en la vida académica de la Asociación Estratégica Birregional Unión Europea-América Latina. De hecho, sabemos que los progresos en la igualdad real de oportunidades para las mujeres están asociados a largas luchas históricas que los organismos internacionales, sus tratados, programas, plataformas y planes de acción han contribuido enormemente a fortalecer. Basta con mencionar el recorrido que va desde la Plataforma de Beijing en 1995 hasta los Objetivos del Desarrollo Sostenible de 2015 (en particular el ODS 5) para ilustrar este punto.

En esta presentación haré primero un breve repaso de la situación de las mujeres académicas en América Latina y el Caribe. A continuación (segunda parte) me referiré a los diagnósticos que al respecto se han estado realizando tanto a nivel de los propios países de la región como de los organismos internacionales. Por último, delinearé algunas propuestas que pueden resultar de interés para continuar trabajando en dirección hacia la paridad de géneros.

  1. Género, Universidad y Ciencia en América Latina ¿Dónde estamos?

En las últimas décadas,  los países de América Latina y El Caribe han realizado importantes avances en la igualdad de género en general, así como en los campos específicos de la educación superior y del conocimiento científico.  Las condiciones y los factores que han facilitado y continúan abriendo el camino hacia la participación plena de las mujeres en la sociedad del conocimiento en nuestra región son variados, tales como, entre otros,  los avances democráticos, la lucha de los movimientos de mujeres, la aprobación de legislación específica de género y los procesos de inclusión educativa a nivel secundario y universitario que han tenido lugar en el pasado reciente.

La educación superior se ha ampliado significativamente en América Latina y el Caribe durante las últimas décadas, generando mayores y mejores condiciones de acceso a la Universidad. Según cifras de Unesco y otras fuentes, la Tasa Bruta de Matrícula estudiantil creció desde un 21% en el año 2000 a un 44% en 2015, año en el que la matrícula total de educación terciaria en América Latina y el Caribe era, aproximadamente, de 24 millones de estudiantes. Esta transformación ha corrido paralela también al aumento de los establecimientos de Educación superior: existían alrededor de 800 universidades en 1995 y más de 3500 en 2015 (1) (CRES, 2018; Fernández Lamarra, 2015; BID, 2018).

Entre las causas de la masificación del acceso a la universidad, la incorporación de las mujeres es sin duda la más destacable. El aumento de la matriculación femenina alcanza cifras iguales o incluso superiores al 50% en casi todos los países de la región, con la participación más alta en Panamá (68%), Uruguay (64%) y Venezuela (62%). De hecho, La distribución por género indica una tendencia a la feminización del ingreso a la universidad, con un 45% de la matrícula total promedio correspondiente a los hombres. Y vale remarcar que, tal como sucede en varias regiones del mundo, se gradúan del sistema universitario muchas más mujeres. En argentina, por ejemplo, 60% del total de graduación corresponde a mujeres.

Sin embargo, como es frecuente también en otras latitudes, esto no se traduce, ni mucho menos, en el acceso de las mujeres de América Latina y el Caribe a cargos jerárquicos en gestión, docencia e investigación; como tampoco en una distribución balanceada entre el tipo de carreras y profesiones que típicamente eligen las mujeres de la región.

La distribución por género indica una clásica segregación horizontal en la elección de los campos profesionales y de especialización. Como es sabido las mujeres son menos numerosas en Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (disciplinas CTIM, en castellano, más conocidas como STEM, la sigla en inglés) y eligen mayoritariamente carreras ligadas a Ciencias Sociales, Ciencias Humanas y Ciencias de la Salud. Según datos de Unesco y del BID (2018) para los países donde hay información disponible la participación de las mujeres latinoamericanas y del Caribe en disciplinas STEM no sobrepasa en promedio el 35% y resulta aún más baja en las ingenierías, industrias y construcción (debajo del 35%) así como en las tecnologías de la información y la comunicación (Tics, debajo del 30%) frente a las Ciencias Naturales, Matemáticas y Estadística en las que la participación de las mujeres sí supera el 40-45%.

La distribución por género indica además segregación vertical (techo de cristal y “piso pegajoso”) en los campos de la docencia y la gestión universitaria.  En relación a la docencia, si bien las mujeres en muchos casos sobrepasan a los hombres en las plantas universitarias, están sub-representadas en los cargos de mayor jerarquía. Por ejemplo, en Argentina -un país con alta paridad de género entre los de la región- de acuerdo a cifras del Ministerio de Educación del total de los/las docentes universitarios 48.2% son mujeres, pero solo 38% titulares (45% adjuntas, 52% jefas de trabajos prácticos y 54% ayudantes). (2)

En cuanto a gestión y cargos jerárquicos, centralmente en las instituciones de gobierno universitario la desigualdad de género es manifiesta ya que el porcentaje de mujeres en puestos de liderazgo universitario es realmente muy menor. Un estudio reciente del BID (2018) muestra que en Panamá el porcentaje es de un 30% en tanto que en Chile representan menos de un 5%. En el caso de Argentina, tomando el puesto máximo (rector/a) en el conjunto de las universidades públicas y privadas, las mujeres rectoras representan sólo un 10% del total.(3)

Respecto de la proporción de mujeres en la investigación científica, según cifras de Unesco de 2105 las mujeres son una minoría en las actividades de investigación científica a nivel mundial, representando menos del 30% del total de personas dedicadas a la investigación en el mundo. A nivel regional y de los países, algunas cifras despiertan sorpresas. En el caso de Norteamérica y Europa occidental, las mujeres dedicadas a la investigación científica alcanzan sólo un 32.2% del total, frente al 44.7% de América Latina y el Caribe. Bolivia ocupa el primer puesto (62.7%) seguida de Venezuela (58.3%), Trinidad y Tobago (54.6%) y Argentina (53%). Por su parte Chile (31.5%) y Honduras (25.5%) ocupan los dos últimos puestos, por debajo de la paridad.

Como a menudo se indica, si bien estas cifras son muy alentadoras, es necesario revisar las características y circunstancias profesionales de las investigadoras en cada uno de los países de la región (BID, 2018). Tal como ocurre con los puestos jerárquicos en docencia y gestión, datos de Unesco muestran que considerando el nivel de educación, la proporción de mujeres investigadoras con doctorado se encuentra por  debajo de la paridad (menos del 40% en promedio) en comparación con las mujeres investigadoras con primera titulación y maestrías, que constituyen, en ese orden, las categorías más pobladas. Una vez graduadas, las investigadoras trabajan mayormente en el sector público -casi en la misma proporción que en educación superior- pero no sucede lo mismo con el sector privado donde, según el país, su participación oscila entre el 20% y el 40%. De acuerdo a datos de la Oficina Regional de la Organización Mundial del Trabajo para América Latina y el Caribe (2014) tan sólo 1.8% de las compañías de la región son dirigidas por mujeres y de las 500 firmas latinoamericanas encuestadas sólo 9 contaban con ejecutivas a cargo.

Las mujeres por otra parte, también somos minoría en los puestos jerárquicos de las Academias Nacionales de Ciencia y Tecnología. Un estudio realizado por IANAS (2015) indica que las mujeres de Latinoamérica están menos representadas que sus pares europeas en los Consejos Directivos de las Academias Nacionales de Ciencia: por encima del 40% en Reino Unido, Países Bajos y Suecia y por debajo del 35%, en promedio, en los países latinoamericanos y del Caribe. Otro tanto ocurre con las membresías de las principales academias de ciencias mundiales: por ejemplo sólo el 10%  de los miembros de la Academia Mundial de Ciencias son mujeres y el 14% de las membresías corresponden a mujeres de la región latinoamericana y del Caribe.

Notas:
(1) Si bien este aumento se encuentra muy ligado al crecimiento del sector privado -65% de la matricula estudiantil registrada en universidades privadas- han existido desarrollos importantes también en el campo de la creación de universidades de gestión estatal, siendo Argentina uno de los ejemplos más destacados en la última década.
(
2)  Resulta importante subrayar que todavía carecemos de indicadores comparables y exhaustivos sobre docencia universitaria y género por cargo y disciplinas en la región latinoamericana.
(3)  En 2018 hay 5 rectoras sobre un total de 57 universidades de gestión estatal. Sobre el total de las 49 universidades privadas, las rectoras son también 5 (CIN y Ministerio de Educación, 2018)

(sigue…..)
Foto: https://www.pallequadre.com