La Fondazione Treccani y el Almanacco Latinoamericano han organizado a Roma el pasado jueves 9 de julio un encuentro con Massimo D’Alema (ex Primer Ministro y Canciller italiano) para hablar de su experiencia de casi 40 años con la política latinoamericana.
Sin ninguna duda, Massimo D’Alema ha sido uno de los políticos europeos que más atención ha prestado a las relaciones entre Europa y Latinoamérica y a la evolución política y social del sub-continente. Para D’Alema, Latinoamérica no ocupa una posición marginal respecto a los grandes centros del poder y de la finanza mundial. Se trata de un Continente en continua evolución, que descuenta grandes contradicciones sociales, pero con el cual hace falta confrontarse. Un Continente che ha dado grandes personalidades de prestigio mundial, como Carlos Fuentes, Ricardo Lagos, Raúl Alfonsín o Lula da Silva. D’Alema ha acumulado encuentros siempre al más alto nivel durante 22 viajes oficiales. Desde la Cuba de Fidel Castro hasta el Nicaragua sandinista, desde la investidura del primer presidente socialista después de Salvador Allende en Chile hasta las negociaciones UE-Mercosur. Sin embargo, son los grande países latinoamericanos que han merecido la mayor atención de D’Alema: el Brasil de Enrique Fernando Cardoso y después de Lula, un gigante sudamericano que es también escuela de política y de diplomacia. El México del PRD, pero sobre todo del gran intelectual y escritor Carlos Fuentes, con el cual cultivó una amistad que produjo un alto debate sobre temas como el futuro de la socialdemocracia en América Latina y Europa, el futuro del welfare, il liderazgo en la política. Entre tantas páginas positivas, también algunas trágicas, como el fracaso de la Alianza de Fernando De La Rua en Argentina, que no logrando a salir de la trampa de la paridad fija entre peso y dólar llevó el país Sudamericano al default del 2001.
Esta rara sensibilidad de un político europeo ha sido siempre percibida por los líderes progresistas latinoamericano que han considerado siempre a D’Alema como un punto de referencia intelectual y un representante de una Europa amiga. Hablando de la actualidad, Massimo D’Alema piensa que exista todavía espacio para una relación especial entre Europa y América Latina, y esto mientas se está discutiendo un Acuerdo exclusivo (TTIP) entre USA-UE. En la visión de D’Alema, el verdadero “atlantismo” debe incluir África y América latina como único antídoto a la centralidad del Área del Pacífico. Sobre la transición en Cuba, D’Alema a puesto la atención en el rol que podrá jugar, en negativo o en positivo, la comunidad cubana de los Estados Unidos. Por lo que concierne a la evolución política de la isla, los Estados Unidos evitarán a cualquier precio el caos cerca de sus costas, pero por fortuna en estos meses ha prevalecido el diálogo, gracias al Vaticano pero también al Brasil. México, en cambio, está viviendo una hora dramática, piensa D’Alema, porque ha sido dejado sólo a combatir un problema, el narcotráfico, que sin una gran alianza internacional es difícil de vencer.
La crisis de la política para concluir, porque en la acción reformista de gobiernos, que han hecho mucho en el campo social y económico, ha faltado la misma fuerza para afrontar el tema de la reforma del Estado. Es el caso del Brasil, donde es siempre actual el tema de la reforma institucional y constitucional que separe la política de la gestión de la economía, creando mecanismos de control sobre la corrupción y una nueva ley electoral que pueda garantizar mayorías sólidas y autosuficientes. En el reciente encuentro que ha tenido a Roma con el ex-Presidente Lula se ha discutido de la “traducción” de los valores históricos de las izquierdas en el lenguaje de los jóvenes. D’Alema coordinará una iniciativa, propuesta por el Brasil, che reunirá políticos e intelectuales de todo el mundo para redefinir las categorías del progresismo.
La América Latina de Massimo D’Alema es un importante aliado para Italia y Europa, hace parte de un esquema geopolítico que incluye también Estados Unidos y la orilla occidental de África. Un laboratorio político y una prioridad para las relaciones internacionales de Europa. Ignorar Latinoamérica es como renegar la historia europea.