El domingo 5 de junio 2016 se llevó a cabo la elección del Presidente del Perú, desde Lima nos han llegado escenas de una profunda confrontación, un país dividido, nuevas fuerzas políticas y también económicas determinan la campaña. Quienes nos encontramos fuera, vemos con ilusión y desilusión cual será nuestra participación en un país que se cierra en círculos de poder, muchas veces inescrutables. ¿realmente quieren el talento de los peruanos en el exterior?
Tuve nuevamente el honor de colaborar con el Consulado del Perú en Milán en calidad de Voluntaria, ya “expertas” de la jornada pasada, ésta ha sido realmente más fácil y hasta divertida. Estuve asignada en el “ingreso especial” por donde entran los electores con niños, discapacitados, embarazadas.
Antes teníamos que constatar la instalación de las Mesas electorales, dos no se lograban instalar, la 31 y la 47. Sus miembros, elegidos por la ONPE, titulares y suplentes no se presentaron, solo una miembro suplente estaba presente, se encontró un voluntario externo y se requería de un miembro de dicha Mesa para instalarla en derecho, pues, debe estar integrada por tres miembros. La 47 tenía en cola más de cuarenta peruanos y la Mesa no se lograba instalar ante la negativa de sus mismos votantes. Súplicas que no eran escuchadas, preferían esperar, de nada valía la exhortación de civismo y amor de patria, de colaboración ciudadana en favor de los votantes de dicha Mesa. Fuimos a buscar fuera del recinto electoral si alguien de la Mesa 47 estaba dispuesto a hacer parte, nada. Hasta que un joven, dice ser de la Mesa 47, estar dispuesto a formar parte de la Mesa pero que debe ser su jefe a decidir, pues él trabajaba el domingo, requería su autorización. Llamamos al Restaurante “Mirò” de Brugherio, una ciudad cercana a Milán, hablamos con el dueño, la Secretaria del Consulado, la memoria histórica de la peruanidad en Milán, Sra. Mary le explicó la situación y fue muy agradable escuchar decir al Sr. Roberto Milioni que nuestro joven peruano era un excelente trabajador, que le daba el día para hacer su trabajo cívico, se expresó tan bien de este joven peruano que nos llenó de tanta alegría cuánto la instalación de la Mesa. Demás decir, que en perfecto estilo peruano, nuestro joven fue recibido, por lo votantes en cola, entre vivas y aplausos, precisamente por parte de aquellos que se rehusaron a integrar la Mesa.
Volviendo al puesto de “ingresos especiales” una nueva realidad peruana se hizo presente, coches de niños y señoras embarazadas con dos o tres niños al lado, maridos empujando cochecitos, hombres que demostraban consideración hacia sus esposas, italianos y peruanos casados con peruanas y tantos, tantos niños. Un flujo imparable. Muchos niños sólo con ciudadania peruana por ser hijos de peruanos y algunos con doble ciudadania por tener, uno de los padres, ciudadania italiana. Fue preocupante saber, que algunos niños, solo tenían ciudadania italiana ante la negativa del padre, que sus hijos, tengan ciudadanía peruana.
Las conocidas “badantes” o cuidadoras de ancianos, también estaban presentes, las peruanas, que trabajan siete días sobre siete, no pueden dejar a sus “viejitos” y para poder votar se los llevan con ellas y no los dejan en ningún momento y ellos tampoco aceptan ser dejados. Sólo se presentó un caso, nos dejaron en custodia una señora anciana pidiéndonos encarecidamente de no dejarla ir, es más, ni alzarse de la silla, muchas de estas personas tienen demencia senil y hasta alzheimer.
No podemos dejar de señalar la capacidad empresarial peruana la cual organizó una feria de un día que ofrecía la culinaria peruana: arroz con pollo, ají de gallina, ceviche hecho al momento, anticuchos, pollo frito, picarones; chicha, también productos yanball.
Perú, indirectamente, está construyendo con todas estas personas, que han elegido Italia para trabajar y construir familias numerosas, una afectiva reserva humana.