«La cocina italiana es mucho más que un conjunto de recetas: es un ritual cotidiano que siempre nos ha acompañado y que, cada día, nos dice quiénes somos. Es una tradición en continuo movimiento, que se transforma, se adapta y se enriquece gracias a las infinitas influencias locales que la recorren.
Es precisamente esta vitalidad, esta capacidad de evolucionar sin perder su esencia, lo que nos impulsó a nominar la cocina italiana como Patrimonio de la UNESCO», expresa el Ministro Lollobrigida en el dossier presentado a la UNESCO.
Prosigue «Una candidatura realizada en colaboración con el Ministerio de Cultura, al que agradezco su constante colaboración en este camino de valorización de nuestra hermosa Italia. No proponemos platos ni recetarios para su nominación, no museizamos lo que, por naturaleza, vive, cambia y se renueva. Nominamos un mosaico de diversidad, un patrimonio hecho de gestos, conocimientos, ingredientes, dialectos, historias familiares y territoriales. La cocina italiana es como un rompecabezas: cada uno tiene una pieza, una forma única de interpretar la cocina, su propia receta, su propio plato. Es la combinación de estas piezas —ninguna igual a la otra— la que forma la auténtica imagen de nuestra identidad gastronómica. A diferencia de lo que se suele decir, la cocina italiana no es un bloque monolítico. Es, más bien, una tradición en constante evolución, fruto de siglos de entrelazamiento cultural y microrrelatos locales.» Se podría decir que es un reconocimiento a todas las italianas e italianos que han construido la cocina italiana
«Cada ciudad, cada pueblo, tiene su propia memoria gastronómica; y dentro de cada ciudad, las familias conviven, interpretando las mismas recetas de maneras distintas.
A veces, incluso dentro de una misma familia, la cocina cambia de manos, de generación en generación. Es en esta pluralidad donde reside su fuerza. En Italia, cocinar es un gesto cotidiano, una forma de expresarse, como ocurre con una obra de arte, una pintura o una escultura.
La cocina es una parte profunda de nuestra cultura. Es una llamada a la convivencia, a compartir, a la capacidad de unir a las personas alrededor de una mesa, transformando cada comida en una experiencia de comunidad, memoria y placer. En resumen, la cocina italiana preserva nuestra identidad: pasión, cuidado, tradición y alegría de vivir. Reconocer la cocina italiana como Patrimonio Mundial no solo significa apoyar el crecimiento de nuestras empresas, sino, sobre todo, promover un camino que garantice, incluso en el futuro, el bienestar que nuestra nación ha sabido brindar a la humanidad en numerosas ocasiones.
Cuando hablamos de cocina italiana, por lo tanto, hablamos de esta extraordinaria riqueza de variedad e identidad, del conjunto de millones de gestos cotidianos que conforman el gran rompecabezas de nuestra cultura.
Este es el patrimonio que queremos proteger: no un modelo fijo, sino un legado vivo, compartido y continuamente reinventado, capaz de contar, y por mucho tiempo, quiénes somos.»
¿QUÉ ES EL PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL DE LA UNESCO?
Es el conjunto de prácticas, representaciones, expresiones, conocimientos y habilidades que las comunidades reconocen como parte de su patrimonio cultural. No se trata de objetos, sino de tradiciones vivas que se transmiten de generación en generación.
EL DOSSIER «COCINA ITALIANA»
El 23 de marzo de 2023, el Ministerio de Agricultura, Soberanía Alimentaria y Bosques y el Ministerio de Cultura lanzaron la candidatura de la Cocina Italiana como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO.
La candidatura no se refiere a un solo plato o receta, sino a un modelo cultural compartido, basado en las experiencias comunitarias, la elección consciente de las materias primas, la convivencia en la comida, la transmisión de conocimientos a las nuevas generaciones y el respeto por las estaciones y los territorios.
VALORES Y SIGNIFICADO DE LA CANDIDATURA
La cocina italiana es la «cocina de los afectos»: transmite memoria, cuidado, relaciones e identidad, narrando historias de familias y comunidades a través de la comida. Refleja el vínculo entre los paisajes naturales y las comunidades, encarnando la memoria, la vida cotidiana y la cultura de los territorios.
PROMOCIÓN DE COMUNIDADES Y COLABORADORES
Accademia Italiana della Cucina (1953), Fondazione Casa Artusi (2007), revista La Cucina Italiana (1929).
LOGOTIPO OFICIAL
El logotipo oficial de la candidatura de la Cocina Italiana como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO se presentó el 4 de agosto de 2023 en Pompeya.
Descripción: La mano de un chef combina elementos de la cocina italiana con monumentos italianos, símbolos del territorio y personalidades culturales, creando una trayectoria dinámica similar a la cola de un cometa. Debajo del texto:
YO SOY LA CUCINA ITALIANA CANDIDATA A PATRIMONIO UNESCO.
El logotipo fue creado por la Escuela del Arte de la Medalla de la Casa de la Moneda y el Instituto Poligráfico de Roma, fundada en 1907 y especializada en modelado artístico, metalistería, orfebrería, platería, arte glíptico y artes gráficas.
HIMNO OFICIAL
El himno oficial de la cocina italiana, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, es “Vai Italia”, escrita por Mogol, uno de los más grandes letristas y productores discográficos italianos, autor también de los textos musicales de Lucio Battisti, e interpretada por Al Bano, uno de los cantantes italianos más populares, con más de 25 millones de discos vendidos en todo el mundo y ganador de 26 discos de oro y 24 de platino. La canción, con música de Oscar Prudente, fue grabada junto con el Piccolo Coro dell’Antoniano, un famoso coro creado en 1963 por Mariele Ventre en el Instituto Antoniano de Bolonia para acompañar a los jóvenes intérpretes de las canciones en el Zecchino d’Oro, embajador de Unicef de la cultura musical para los niños del mundo e incluido por la UNESCO como patrimonio de la humanidad para una cultura de paz, y el Piccolo Coro di Caivano, promovido por el MiC con Antoniano-Opere Francescane y la participación del Ministerio de Familia, Natalidad e Igualdad de Oportunidades.
EVENTOS EN APOYO A LA CANDIDATURA
El Pranzo della Domenica (Almuerzo Dominical) del 21 de septiembre de 2025 involucró a más de 80 municipios italianos, con una transmisión en directo por la RAI y la participación de personalidades de la cultura y el entretenimiento.
PROCESO Y EVALUACIONES DE LA UNESCO
24 países miembros del Comité de la UNESCO deberán expresar su opinión sobre la cocina italiana como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO en diciembre de 2025 en Nueva Delhi.
Grupo I: Francia, Alemania, España
Grupo II: Eslovaquia, Ucrania, Uzbekistán
Grupo III: Barbados, República Dominicana, Haití, Paraguay
Grupo IV: Bangladesh, China, India, Malasia, Vietnam
Grupo V(a): Angola, Burkina Faso, Etiopía, Nigeria, Uganda, Zambia
Grupo V(b): Argelia, Mauritania, Emiratos Árabes Unidos
Función del Consejo Asesor: Compuesto por 12 miembros (6 expertos y 6 ONG), fue crucial en la evaluación técnica de las candidaturas en el primer semestre de 2025.
El dictamen positivo del Consejo Asesor prácticamente garantiza el éxito. El 10 de noviembre, el grupo de expertos técnicos de la UNESCO recomendó la inscripción de la cocina italiana en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Esta es la primera opinión fundamental que se sometió a la decisión política final, que fue tomada por el Comité Intergubernamental de la UNESCO, reunido en Nueva Delhi, India, del 8 al 13 de diciembre. La evaluación técnica publicada afirma que el expediente está bien elaborado y es coherente con los objetivos de la UNESCO.
En el informe de evaluación, el grupo técnico destaca que el expediente destaca la contribución de la cocina italiana al desarrollo sostenible, en particular al promover la igualdad de género y la cohesión social.
La práctica de la cocina italiana se considera intrínsecamente inclusiva, caracterizada por roles intercambiables que permiten la participación de todos, superando barreras culturales y generacionales. Además, la adhesión a principios como la lucha contra el desperdicio de alimentos y la reducción del consumo de recursos la convierte en un modelo de sostenibilidad ambiental.






