«La transición a una economía más circular, en la cual el valor de los productos, los materiales y los recursos se mantenga en la economía durante el mayor tiempo posible, y en la que se reduzca al mínimo la generación de residuos, constituye una contribución esencial a los esfuerzos de la UE encaminados a lograr una economía sostenible, hipocarbónica, eficiente en el uso de los recursos y competitiva. Una transición de ese tipo brinda la oportunidad de transformar nuestra economía y de generar nuevas ventajas competitivas y sostenibles para Europa.» (Cerrar el círculo: un plan de acción de la UE para la economía circular. Diciembre 2016).

En 2013, la Comisión Europea publicó y recomendó métodos comunes para el cálculo de la huella ambiental de productos y organizaciones. La Huella ambiental del producto (PEF) y la Organización de la huella ambiental (OEF) tienen en cuenta el ciclo de vida de los productos completos, desde la extracción de las materias primas hasta la eliminación de los productos como residuos.

Ellos proporcionan una forma confiable de cuantificar y comparar los impactos ambientales y proponen nuevas oportunidades para una economía más circular. El método proporciona a las empresas medidas estándar que pueden usar para establecer credenciales verdes de sus productos en diferentes mercados.

En los últimos 5 años, la Comisión Europea, junto con la participación voluntaria de organizaciones, probaron el desarrollo de reglas de cálculo específicas del producto y del sector, así como enfoques para verificar y comunicar los resultados.

Así tuvo inició el cambio productivo en la Unión europea, un cambio que quiere liderar a nivel mundial en base al conocimiento, a la investigación, patentes y sobre todo un modo diferente de producir respondiendo a las nuevas exigencias, a los nuevos consumidores, a una nueva sociedad.

Hace unos años, la economía internacional y los economistas en general proponían replicar el modelo occidental dominante, producir, consumir y botar. En realidad, era muy difícil, pues precisamente hace unos años, uno se preguntaba de ser así ¿se requerirá otro mundo al lado del planeta tierra para que recoja los desechos que vamos dejando?. Ahora, al estado actual de contaminación, se requiere cinco mundos alrededor del planeta tierra si pensamos que sea ese un modelo de replicar.

La propuesta de la Comisión europea, tiene un pensamiento muy amplio, quiere ser la primera economía, anterior a la de los Estados Unidos, y lo puede ser porque propone un cambio, no pide dejar de consumir, ni dejar de producir, pide cambiar la modalidad de producir, seguir produciendo, llevando de la mano este proceso y su economía.

¿Cuál es la huella ambiental de una batería de teléfono inteligente, pasta o productos lácteos? Los consumidores, las empresas y los inversionistas tienen un interés creciente en el desempeño ambiental de los productos que compran, producen y financian.

La Conferencia sobre Economía Circular que se está desarrollando en Bruselas está discutiendo cómo generar información confiable y comparable para que esto suceda.

La Conferencia final sobre la huella ambiental ha tenido como uno de los expositores a Colruyt, una empresa familiar de Lembeek, que apareció  hace unos 80 años. Ha pasado de ser una empresa pequeña a una familia completa de empresas: Colruyt Group.

Fundado en 1925 por Franz Colruyt, el grupo es más conocido por su cadena de supermercados de descuento del mismo nombre, que es uno de los principales actores, especialmente en Bélgica. Colruyt tiene su sede en Halle y opera en Bélgica, Francia, Luxemburgo y los Países Bajos.

El negocio principal del grupo Colruyt, tiene más de 200 ubicaciones en Bélgica.

El haber apostado por la economía verde y los bio, inició a generar una cultura en los consumidores, llegando incluso a transmitir valor en el respeto hacia los animales, en el modo de alimentarse, en los desechos,

En esta política propone el mayor consumo de verduras y mucho menos consumo de carnes. No sólo, hacen transparente la gestión de sus supermercados en cuanto se refiere al menor consumo de energía, como el gas que es usado en las refrigeradoras, el transporte de los productos.

Esta apuesta por una manera diferente de vivir, se hace evidente con algunas acciones pioneras que los distingue: fue el primer supermercado en Bélgica que utilizó las tarjetas perforadas; hizo una política de precios bajos; es la primera empresa en Bélgica que utilizó el «escaneo completo», un código de barras en el producto para automatizar el abastecimiento, la gestión de los stock y los pedidos; propuso la seguridad alimentaria abriendo una brecha seguida por otros supermercados; propuso el bienestar animal y el consumo sano. 

Este ejemplo se ha acompañado con testimonios de académicos, banqueros, que proponen un ritmo diferente de trabajar y de producir. Sólo si tomamos como ejemplo el caso del transporte, el uso de la bicicleta se impone como una gran apuesta verde, de ser así, este transporte requiere todo una manera diferente de vestirse y productos de higiene y cuidado, una nueva gama de producción.