El Coronavirus (COVID-19), desde hace algunas semanas, ha amenazado el crecimiento económico mundial para el 2020; y esta situación se ha agudizado desde la declaratoria de “pandemia” hecha por la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta la cuarentena que se está realizando en varios países de la región latinoamericana.
Analistas del Bank of América Merrill Lynch (BAML), redujeron sus expectativas de crecimiento económico debido a los efectos del COVID-19 y la evolución del precio del petróleo. El BAML redujo el crecimiento económico de América Latina de 1.2% a 0.7% para el 2020.
Durante la presente semana, distintos países de América Latina cerraron sus fronteras, frenando el ingreso de personas para tratar de evitar una mayor propagación del virus; esto ha repercutido fuertemente en el turismo mundial. El Consejo Mundial de Viaje y el Turismo (WTTC), indicó el 13 de marzo que el COVID-19 afectará a más de 50 millones de puestos laborales en el sector de viaje y turismo alrededor del mundo, representando una reducción del trabajo entre 12% y 14% en dicho sector; además de una pérdida del 25% de los viajes en un año, equivalente a 3 meses de turismo.
La disminución del precio del petróleo fue la principal causa del “lunes negro”; ahora, el COVID-19 está tomando mayor importancia en el derrumbe de los mercados bursátiles del mundo y en la apreciación del dólar, dado los temores de una recesión global por las medidas económicas tomadas por el virus. En América Latina, al 17 de marzo, Brasil (-0.47%), Chile (-0.34%), Argentina (-0.22%) y México (-0.11%) presentaron una depreciación de sus monedas locales frente al dólar; sin embargo, a diferencia de las bolsas internacionales, solo Argentina (-0.20%), Colombia (-1%) y México (-7%) presentaron una caída en sus índices bursátiles, según lo informado por Reuters.
Además del cierre de fronteras, la cuarentena aplicada en países de la región, como Perú, está afectando los precios locales de bienes. A pesar de que el Gobierno Peruano ha descartado un posible desabastecimiento de alimentos y bienes de primera necesidad, los precios de los mismos están incrementándose, debido a compras nerviosas que realizan las personas impulsando a algunos proveedores a la especulación de precios.