La economía del 2021 de Latinoamérica se ha caracterizado por una lucha constante por la reactivación económica, en medio de un contexto de aumento inflacionario y en la búsqueda del fortalecimiento de la credibilidad de las finanzas públicas, originadas por la pandemia del coronavirus del 2020. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la economía de Latinoamérica crecería un 3.0% en el año 2022, con una inflación de 7.8% y un balance general promedio deficitaria de -4.9% del PBI regional.
Luego de superar el rebote estadístico del 2021, la economía regional en el 2022 se estaría enfrentando a un entorno en el cual aún no se habría recuperado del impacto del coronavirus en su totalidad. El crecimiento proyectado de 3.0% para Latinoamérica determina una actividad económica débil, con una lenta recuperación del empleo.
A esta situación se añade una tasa de inflación elevada. La cifra inflacionaria de 7.8% para el 2022 no solo refleja un continuo y permanente incremento de los precios a nivel internacional, principalmente de alimentos, sino también un fuerte golpe para la población vulnerable de bajos recursos económicos de la región, población que podría incrementarse aún más en el 2022.
En relación al balance general de los gobiernos centrales latinoamericanos, se observa un déficit de -4.9% en el año 2022, una cifra favorable al compararse con los años 2020 y 2021. Sin embargo, según el informe “Monitor Fiscal” del FMI, este mayor gasto que los países de la región incurrirían mantendría el nivel de la deuda neta por encima del 50% del PBI regional.
De acuerdo a lo señalado, el 2022 será un año en el que se deberá trabajar arduamente para la reactivación total de las economías, dedicándose fundamentalmente a la recuperación y generación de empleo, con un mayor gasto público sin colocar en riesgo la situación financiera pública.