Perspectivas de la Economía Mundial para el 2025

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El Banco Mundial ha informado recientemente que la economía mundial enfrenta su peor momento en las seis últimas décadas, con un crecimiento proyectado de solo 2.3% para 2025, una revisión a la baja de 0.4 puntos con respecto a enero del presente año. Esta desaceleración, que tiene en consideración desde economías avanzadas hasta mercados emergentes da una muestra que las guerras comerciales, la volatilidad financiera y la parálisis en la cooperación multilateral convertirían la década 2020-2030 en la más lenta desde los años 60.

América Latina, con un 2.3% de crecimiento, supera levemente a economías estancadas como México con un 0.2%, sigue siendo la región más lenta entre los mercados emergentes, originada por las barreras arancelarias y las debilidades estructurales no resueltas. El proteccionismo de EE.UU. ha estrangulado sectores clave como agroindustria y manufacturas, mientras que la deuda pública regional (63.3% del PBI) limita la capacidad de respuesta fiscal.

Asia emergente resiste mejor a la coyuntura actual con un 4.5%, pero su crecimiento es el más bajo en los recientes 20 años; Europa y África subsahariana sufren revisiones de -0.5 y -0.4 puntos, respectivamente; incluso EE.UU., cuya economía se desacelera al 1.4%. Esta sincronización recesiva refleja una realidad: la incertidumbre política frena inversiones, la productividad se estanca, y los bancos centrales elevan tasas para contener inflaciones persistentes de alrededor del 4.8% global, asfixiando el consumo.

El Banco Mundial identifica tres fallas estructurales. En primer lugar, la fragmentación comercial, donde el 40% del comercio enfrenta restricciones. Segundo, la debilidad institucional en las economías emergentes, incapaces de movilizar ahorro hacia inversión productiva. Tercero, el envejecimiento demográfico, que reduce la fuerza laboral y aumenta gastos sociales. Estas dinámicas explican por qué el crecimiento per cápita en los países pobres será únicamente de 2.9%, frente al 1.1 puntos menos que el ocurrido en el 2000-2019.

El Banco Mundial urge por un «nuevo multilateralismo»: que permita reducir aranceles a la mitad, a fin de impulsar el crecimiento global en 0.2 puntos, mientras que las reformas en educación e infraestructura digital podrían triplicar la productividad en economías emergentes. Lo que marcará la diferencia será la rapidez con la que actúen las economías en aplicar las reformas de manera inteligente.