El  13 y 14 de Abril del 2018, la capital del Perú  reúne a los presidentes de las  Tres Américas y a las delegaciones de los principales pueblos aborígenes. El mundo podrá conocer  o diferenciar  las voces  de los políticos del subdesarrollo  y de los  olvidados  de siempre. Al gobernante de los EEUU, D. Trump, no le interesa América Latina, y a  Maduro, tampoco le preocupa que lo  acusen de tirano.  Lula,  el expresidente más popular del  Brasil, acaba de ingresar a la  cárcel acusado de corrupción,  al  igual que  su colega,   actual mandatario, acusado de atentar contra el patrimonio  de su nación.

Los  pueblos  aborígenes,  convocados por sus pares, dialogarán con los comuneros  de Megantoni, el  distrito más rico del Perú, en el Valle de Urubamba-Cusco,  de donde se extrae el  gas para el país y  el mercado  internacional. En las próximas elecciones municipales de noviembre, esta localidad tendrá su primer alcalde.

Megantoni, nació del plan de inversiones de la municipalidad de Echarate, núcleo de la  riqueza gasífera  nacional,  con 18 centros poblados que viven en condiciones  de pobreza por  la ineficiencia  de las instituciones encargadas  de canalizar el dinero que ingresa  a la capital de la más grande  localidad gasífera  del Perú.

Pero  esa riqueza de Megantoni, no se traduce en mejor vida  de  sus habitantes. Sobre esta contradicción explican   tres hijos de  la comunidad de Chimparina,  quienes para llegar a Lima tienen que realizar un largo viaje, de más de  una semana,  cruzando ríos, bosques  y montañas y desiertos.

Estos  tres comuneros se encuentra en Lima en busca de una ventanilla del Ministerio del Medio Ambiente que debe entregar los documentos jurídicos, tramitados durante más de veinte años para  demostrar  cuan posible es la  conquista legal  de la riqueza de sus territorios, protegida con la sabiduría  de sus pobladores, pero expoliada por el poder político y económico cuestionado  por  el  uso ilícito de la riqueza de la nación.

Hasta el propio nombre «Gobernabilidad Democrática frente a la Corrupción» que lleva la VIII Cumbre de las Américas resulta paradójico cuando el país anfitrión ostenta una gobernabilidad que parece estar  al servicio del saqueo de los recursos públicos. El sucesor del  renunciante Pedro Pablo Kuzcynski, ingeniero Martín Vizcarra nada asegura, porque tiene un Congreso en la oposición y una costra burocrática insensible al cambio.

«No por gusto todos los presidentes peruanos de los últimos 30 años están requeridos por la justicia”. Echarate, ahora  busca construir la Nueva Ruta del Café y el cacao al Océano Pacífico. Las familias han emprendido una renovación de sueños. Pero,  este distrito agroenergético del Perú, se ve en la imperiosa necesidad de romper definitivamente su aislamiento,  atrapado  por un  Estado que le  ha dado las espaldas a la  honradez, a la ética, al  amor del  terruño.

Gracias a esta ruta, los productores de La Convención podrían trasladar sus productos en menor tiempo, ahorrando al menos 400 kilómetros  para llegar a un puerto  del Pacífico. Se trata de uno de los mayores presupuestos para la construcción de una carretera de impacto regional y nacional, emprendido por un gobierno local.   Pero el  gobierno central con argucias mil empaña  el  proyecto de las comunidades Machiguenga, Kakinte, Ashaninka, entre otras.

Las organizaciones indígenas  ya han logrado que el Estado peruano reconozca e inscriba en los Registros Públicos a 124 comunidades nativas de los departamentos de Loreto, Ucayali y San Martín, beneficiando con ello a más de 5 mil familias. Es posible aún construir desarrollo  si se escucha la voz de los pueblos  nativos.

Desde La Habana, el Gramma y desde Madrid,  Diario16, indican que la cita  de presidentes  de las Américas es la última parada de un polémico mecanismo que aporta poco a la integración regional, pero que, contradictoriamente, sirve para sentar las posiciones del sur frente a las que se buscan imponer desde el norte.

Que desencuentro  social   en la  historia del Perú,   país convocante de la  Cumbre  de las Américas, que  hoy protagoniza la crisis de la  gobernabilidad con la forzada renuncia del mandatario, escandaloso protagonista  negocios turbios con la empresa Odebrecht y la oposición a que asista Venezuela.

Echarate y Comunidades

Washington busca crear un solo mercado desde Alaska hasta la Tierra del Fuego con casi mil millones de consumidores, así como incontables recursos naturales para explotar.

Para el secretario general de la OEA, Luis Almagro, la cumbre de Las  Américas es una oportunidad «para que acordemos, al más alto nivel, aquellas acciones que guíen a nuestra región por el camino de consolidar los valores y principios que la unen en términos de democracia y derechos humanos»

La región de las Américas vive «un momento clave para su futuro, como resultado de las amenazas a la gobernabilidad democrática».  Las amenazas provienen «ya sea por la corrupción que corroe desde adentro a las instituciones en varios países, o por el vaciamiento de las mismas, producto de un autoritarismo que cercena las libertades y garantías individuales de la ciudadanía, como la actual situación venezolana», afirma el esquemático funcionario  de la OEA.  Se espera que el foro de los Pueblos  Aborígenes  pueda tener alguna ventaja de captar  la atención de las  delegaciones que se encuentran en La  Ciudad de los Virreyes, fundada por Pizarro, en 1535