Después de la recesión económica mundial del 2020 originada por el Coronavirus, se presentó una reactivación económica desigual, con un débil crecimiento en el 2021, provocada por los efectos macroeconómicos y locales de cada uno de los países de la región. En este contexto en el 2022, se mostraría un escenario con crecimientos reducidos que únicamente podría superarse en el largo plazo.
De acuerdo al FMI, el 3% de crecimiento económico proyectado para la región no solo muestra una moderación del rebote estadístico que se ha observado durante el 2021, sino también la dificultad de volver a la tendencia de crecimiento previo al estallido de la pandemia. Para el FMI, las tendencias previas de crecimiento se estarían alcanzando en un largo plazo, a raíz de las secuelas que han transformado la actividad económica mundial.
La demora en los procesos de vacunación en algunas economías de la región durante el 2021 y la actual evolución decreciente de los commodities, para la CEPAL, tendría repercusiones en el desarrollo económico de la región en el 2022. Pero lo fundamental en estos momentos, según la CEPAL, es que se impulse la inversión para que se pueda dar una adecuada reactivación económica de la región. Según Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL, la región se encuentra en un nivel de inversión de 17.6% con respecto del PBI, por debajo del promedio mundial de 26.2%.
El Banco Mundial prevé un crecimiento lento para el 2022 de 2.8% para la región de Latinoamérica. La región es una de las más afectadas por la pandemia del Covid-19, lo que ha repercutido fuertemente en la pérdida del empleo. Según el Banco Mundial, a pesar de observarse tasas de crecimiento del PBI robustas en la mayoría de los países de la región, ello no ha sido suficiente para alcanzar los valores observados antes de la pandemia.