La tarde del 16 de julio inicia la CUMBRE Ministerial CELAC-UE, en la agenda no está prevista la discusión sobre la situación de Nicaragua ni tampoco la de Venezuela.
Los países de América Latina, no ha vivido una Guerra Mundial que nos haya obligado a dar valor a la vida, a la educación, a la cultura y desarrolle en forma natural el respeto de los Derechos Humanos. Debemos asimilar valores poco a poco, conforme la población de cada país Latinoamericano, vive la experiencia de la Dictadura para reforzar sus derechos civiles.
Nicaragua está de mal en peor, la ideología ALBA está destruyendo a la población nicaragüense, un gobierno de izquierda está actuando impunemente. Un silencio preocupante rodea la masacre cotidiana que vive esta pobre gente.
La Iglesia esperaba en el diálogo, nos los dijo el Cardenal Brenes hace algunas semanas.
Me desconcierta que se busque establecer un diálogo con quien mata a la gente, con quien usa las fuerzas de protección ciudadana para atacar a la ciudadanía. No es posible, no tiene sentido. Cabe sólo la denuncia y la condena. Un gobernante que es elegido, debe gobernar en favor de la ciudadanía, cuando deja de hacerlo debe ser destituido por la Comunidad Internacional. No existe cláusula de No Intromisión cuando se ve morir, ejecutar jóvenes, campesinos, cuando ves empobrecer injustamente un pueblo, se debe reaccionar para proteger a las personas, a la ciudadanía.
Es hora de crear un mecanismo internacional de supervigilancia imparcial que impida masacres como la que vive Venezuela, como la que vive Nicaragua.
¿Qué espera la Comunidad Internacional? ¿¡Qué esperamos todos!?
