Las Mujeres, son el eje del Pacto para el Futuro

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El Pacto para el Futuro de las Naciones Unidas:
Las Mujeres como Pilar de Paz, Igualdad y Desarrollo Global

En el contexto del Pacto para el Futuro de las Naciones Unidas, las mujeres son colocadas en el centro de la transformación global hacia un mundo más justo, inclusivo y en paz. Este ambicioso acuerdo no solo resalta la necesidad de empoderar a las mujeres en lo político y económico, sino que también las reconoce como portadoras de paz y armonía, indispensables para la construcción de un futuro sostenible.

Empoderamiento Político y Económico: Cerrando las Brechas

El documento refuerza la urgencia de eliminar todas las barreras legales, sociales y económicas que impiden la plena participación de las mujeres en la vida pública. Esto incluye una fuerte apuesta por el empoderamiento político de las mujeres, asegurando que ocupen posiciones de liderazgo en todos los niveles de decisión, desde el ámbito local hasta el internacional. El objetivo es claro: las mujeres deben ser incluidas de manera igualitaria y significativa en los procesos de toma de decisiones, ya que su visión y su capacidad de generar consenso son vistas como claves para un progreso más equilibrado.

En el ámbito económico, el Pacto aborda directamente la persistente brecha salarial entre hombres y mujeres. Se promueve la implementación de políticas que busquen igualdad de salarios por trabajos equivalentes, reconociendo que la desigualdad económica es una de las principales barreras que aún enfrentan las mujeres en todo el mundo. Además, se aboga por reformas en el acceso a recursos económicos, como la propiedad de tierras, el acceso a servicios financieros y el uso de nuevas tecnologías, para asegurar que las mujeres tengan el mismo acceso a oportunidades económicas que los hombres.

Un Enfoque Integral de los Derechos Reproductivos

El Pacto reafirma el compromiso con los derechos reproductivos de las mujeres, garantizando su acceso universal a la salud sexual y reproductiva. Aunque no se hace una mención explícita a la maternidad subrogada, la inclusión de estos derechos sugiere un marco holístico que aboga por que las mujeres puedan decidir sobre su maternidad y sus cuerpos, sin restricciones sociales o legales. La protección de estos derechos es crucial en la lucha por la igualdad de género, y en el documento se destaca como un área en la que los Estados miembros deben avanzar sin dilación.

Aunque el Pacto para el Futuro reafirma los derechos de las mujeres sobre su salud reproductiva y sus cuerpos, es fundamental no confundir estos principios con la práctica de la maternidad subrogada. En este caso, no se trata solo del control sobre el propio cuerpo, sino de otro ser humano que entra en juego: el niño en gestación. Es esencial destacar que, aunque las mujeres tienen la capacidad de dar vida, no son propietarias de esa vida. La maternidad subrogada, cuando no está adecuadamente regulada, corre el riesgo de convertirse en una forma de comercio de seres humanos, reduciendo al niño y a la mujer gestante a meros objetos de transacción. Esto plantea profundos dilemas éticos y nos recuerda que el derecho a decidir sobre el propio cuerpo no debe implicar la mercantilización de la vida misma.

La Mujer como Portadora de Paz

Uno de los aspectos más profundos del Pacto para el Futuro es la clara afirmación de que las mujeres son agentes indispensables para la paz y la estabilidad. Su participación plena y segura en los procesos de prevención y resolución de conflictos es vista como un recurso fundamental para asegurar la armonía en las sociedades. A lo largo de la historia, las mujeres han jugado un papel crucial en la mediación de paz y en la reconstrucción post-conflicto, y el Pacto busca institucionalizar esta participación en las estructuras globales de seguridad y paz.

Este énfasis en las mujeres como constructoras de paz está vinculado con la resolución 1325 del Consejo de Seguridad sobre Mujeres, Paz y Seguridad, la cual señala que la inclusión de mujeres en las negociaciones de paz y su rol en la consolidación de la paz generan resultados más duraderos y estables. En este contexto, el Pacto para el Futuro destaca que las mujeres no solo son víctimas en tiempos de conflicto, sino también poderosas agentes de cambio, cuyo liderazgo es indispensable para la sostenibilidad de la paz.

La Paradoja de la Igualdad en un Mundo en Cambio

No obstante, mientras que se promueve el empoderamiento y la igualdad, el documento también reconoce los desafíos que plantea el cambio social contemporáneo. La creciente visibilidad de los derechos LGBTQ+ y la diversidad de género, aunque defendidos en el marco de la no discriminación, también generan debates complejos en muchas sociedades. En este sentido, el Pacto busca establecer un equilibrio en el cual los derechos de todas las personas sean respetados, sin perder de vista la lucha histórica por los derechos de las mujeres.

Un Llamado a la Acción Global

El Pacto para el Futuro es, en última instancia, un llamado a la acción. Las Naciones Unidas instan a los Estados miembros a acelerar la implementación de políticas y marcos que promuevan la igualdad de género, asegurando que las mujeres puedan ejercer sus derechos plenamente y sin restricciones. Esto incluye tanto el ámbito económico, con un fuerte enfoque en la igualdad salarial y el acceso a recursos, como el político, con un claro mandato para asegurar que las mujeres tengan un asiento en todas las mesas de decisión.

La lucha por la igualdad y el empoderamiento de las mujeres no es solo una cuestión de justicia social; es una necesidad para la supervivencia y prosperidad global. Las mujeres, como portadoras de paz y agentes de cambio, son esenciales para la construcción de un mundo donde el desarrollo sostenible, la igualdad y la justicia prevalezcan. El Pacto para el Futuro no solo es un acuerdo internacional, es un faro que ilumina el camino hacia un mañana en el que las mujeres sean finalmente reconocidas como lo que siempre han sido: pilares insustituibles de la paz y el progreso.