Las palabras del presidente Antonio Tajani fueron la antesala de la revitalizante intervención de la Canciller Angela Merkel en la sede del Parlamento europeo en Estrasburgo.
Lo dijo claramente Tajani “para tener una mejor Europea necesitamos cambiar Europa no destruirla, queremos Europa para los próximos años”, agregando “el Parlamento europeo quiere más poder, somos la única institución europea elegida por los ciudadanos, queremos más recursos económicos”, señaló problemas acuciantes, la migración, la situación africana, el Plan para África, el cambio climatico, el terrorismo, también la Defensa.
Hace unos días en Rethondes, comuna francesa del departamento de Oise en la región de Alta Francia, se celebraron 100 años del armisticio, vimos a la Cancillera Merkel y al 
Presidente Macron revisar el libro con el contenido de dicho acto que puso fin, lamentablemente, sólo a la Primera Guerra Mundial, vendría luego, la Segunda Guerra Mundial. Siempre Alemania disconforme y guerrera. Ahora ella, Angela Merkel, que ha vivido una parte de la guerra se dirigía al Parlamento elegido por los ciudadanos europeos, resaltando «aquí late el pulso de la democracia europea lo vemos en los debates en los 24 idiomas y refleja la diversidad, es un plus de los europeos que nos dejamos inspirar en la búsqueda del acuerdo, a pesar de nuestras procedencias, siempre hemos llegado a un acuerdo.»
Quien vive en Europa, lo sabe, la diversidad une a Europa, los valores, la tolerancia «constituye el alma de Europa, es un valor básico inquebrantable e inalienable de Europa» que se ve sacudida por los actuales cambios mundiales, el terrorismo, la migración, los refugiados, con diferentes valores y religiones, que llegan a la cristiana europa, llevándola a la crisis, más aún cuando «los viejos aliados ponen en tela de juicio alianzas que han dado prueba de su validez y un socio se va a ir de la Unión europea».
Cambios que sacuden la estabilidad europea, incluso su economía, cuando Italia ha dado paso a un movimiento casi anárquico con las «5 Estrellas» que incluso apoyan a Maduro, de ahí el apelo de la Cancillera a que «los europeos nos mantengamos unidos». Me hace recordar el profesor Levi cuando en las clases de Piura-Perú, en los años ’80, nos exhortaba a los latinoamericanos a mantenernos unidos generando la integración pues en el mundo del futuro un sólo país no tendría la fuerza necesaria para enfrentar las dinámicas económica, comercial ni sociales. Ahora esa Europa que ha propugnado en el mundo la integración, propone la disgregación. Italia, sola contra el mundo, regresar a la Lira, es insostenible, como es insostenible la «renta de ciudadanía» equivalente a 780€ cuando un joven al entrar a trabajar, gana menos.
Angela Merkel, por ello, centró su discurso en la solidaridad como valor universal, basada en la ayuda mutua una «cualidad sine qua non que ayuda a progresar», la solidaridad es la base de los Tratados europeos, es el elemento de su desarrollo, por ello «las decisiones individuales a nivel nacional repercuten en toda la Unión europea»; la solidaridad sólo se puede hacer si todos asumen su responsabilidad, refiriéndose al recorte de la libre expresión que «no solo la pone el riesgo su país sino en todos los países europeos», la UE es una comunidad de derechos y deberes funciona mientras todos respetan los Acuerdos, ante quien «quiere resolver sus problemas aumentando la deuda pone en riesgo la estabilidad la zona europea», además en ámbito internacional, situaciones de este tipo ponen en tela de juicio la credibilidad del proceso comunitario «sólo podemos ser escuchados fuera de la UE si se habla con una sola voz y nos mantenemos unidos», reconociendo que Alemania tampoco es un ejemplo en este aspecto, cuando tardó en reconocer la cuestión de los refugiados para luego, abrir sus puertas y acoger a los sirios, Merkel, dijo «tardamos demasiado en entender como la cuestión de los refugiados nos afectaba también a nosotros, tardamos en entender que es una tarea de todos»; por último se refirió a la solidaridad obrando por todos, que implica también actuar en su propio interés y beneficio, refiriéndose a la cooperación hacia los países africanos, una ayuda que también ayuda a Europa, reduce la migración, mejora su condición de vida impide que emprendan un viaje a Europa, lo mismo sucede en el cambio climatico. Para Angela Merkel «la solidaridad como responsabilidad común y solidaridad como interés propio en sentido positivo, es irrenunciables para el éxito de Europa.»
Se refirió a la decisión del presidente Trump de cortar el financiamiento a la NATO «los europeos deben asumir su defensa como propia si quieren vivir en comunidad a largo plazo» señaló su propuesta de creación de un Consejo de Seguridad Europea con una composición rotante entre los miembros de la Unión Europea. La experiencia de la PESCO es positiva y auguro seguir trabajando «para que tengamos un ejercito europeo», que demostraría que entre los países europeos nunca más tendrán una guerra, que esta decisión «no es estar contra la OTAN».
Los beneficios serían mayores al unificar sistemas de defensa, un único ejercito, un mismo sistema armamentistas, así como también «una politica común de exportación de armas», agregando la necesidad de mantenerse «unidos frente al mundo».
Ante los logros económicos en inversiones, con el Plan Juncker, se refirió a la fuerza económica que está a la base de la fuerza política así como a la propuesta plurianual franco alemana en pro de una politica económica monetaria conjunta que será presentada a finales 2018.
Una propuesta dirigida al «impuesto digital», donde se buscará una solución en ámbito internacional para ello se elaborará «una propuesta europea». Se refirió también a la necesidad del «derecho de asilo común»,para evitar «se canalice la migración hacia un país determinado.»
Concluyó recordando el desastre de la desunión y las guerras «cuando las Naciones no se respetan» exhortando a no desaprovechar «la oportunidad que nos ofrece Europa, la debemos a las generaciones venideras, el nacionalismo no debe prevalecer en Europa, tiene que prevalecer la tolerancia y la solidaridad. Vale la pena defenderlas.»
