En un reciente viaje en tránsito en Madrid, encontré a una joven brasileña, trabaja en San Paolo y por primera vez llegaba a Europa. Trabaja como sindicalista y está pensando pedir su jubilación anticipada pues su sueño es viajar y conocer nuevas culturas. Me cuenta que debe pedirla rápidamente pues el presidente Temer quiere pasar una ley que establece la jubilación para las mujeres después de los 60 años y los hombres después de los 65 años, no prevé la jubilación anticipada. Le pregunté si tal vez la razón sea porque no hay tanto dinero en el Estado. Ella me responde que Brasil tiene mucho dinero. Le preguntó por Lula y si él será condenado por corrupción. Con gran seguridad me explica que todo el proceso es forzado pues no existen pruebas que determinen su culpabilidad y que los jueces brasileños son corruptos. Le hago conocer que la empresa Odebrecht ha llevado tanta corrupción al Perú y que seguramente en Brasil habrá hecho tanto con Lula, ella me responde que la corrupción ha existido desde siempre y que Lula no podía hacer nada. No obstante me dice, habría debido crearse un sistema que impida la corrupción. Le hago presente que donde hay pobreza hay corrupción y que en nuestros países: Brasil y Perú, hay tanta pobreza cuanta corrupción. Luego cada una siguió su camino.

Dos casos de Lula y las empresas brasileñas
Algún día alguien contará que influencia y participación tuvo Lula en la corrupción latinoamericana. Conoceremos cómo fue la alianza entre el Partido de Trabajadores de Lula con las empresas brasileñas y en especial con Odebrecht por quien él veló en sus negociaciones internacionales. Con los diferentes gobiernos latinoamericanos, con su aparato de gobienro, con sus presidentes, cuyos pueblos ilusionados con la izquierda han logrado una efímera bonanza. Se encuentran ahora, sin armas para construir pues los subsidios no enseñan nada, sólo a gastar. La imagen de Brasil ha sido afectada por la internacionalización de sus grandes constructoras que sirvieron para acercar Brasil como eje de desarrollo Latinoamericano y alianza política con sus afines.
Solo queda confiarse en los sistemas judiciales nacionales y en las coordinaciones internacionales de los mismos. Los mayores empresarios brasileños están presos.
Cabe recordar la visita oficial al Perú del Presidente Lula con comitiva empresarial, el 24 de agosto del 2003, recibido en el aeropuerto por Alejandro Toledo rompiendo el protocolo que «exime al jefe de Estado acudir a recibir a sus pares». El objetivo principal era la negociación del tratado de libre comercio entre Perú y Brasil en el marco del Mercosur, bajo el formato 41, para que Perú sea miembro asociado de ese bloque. Lula fue condecorado con la Orden del Sol en el grado de Gran Cruz con brillantes en una ceremonia en el salón Dorado de la casa de Gobierno.
El 11 de diciembre 2009, volvió a visitar el Perú, lo recibió el Presidente Alan García, se entrevisto con los dos candidatos Castañeda y Humala. Llegó con una delegación de empresarios. Constatándose que desde 2003 a 2009 el comercio bilateral Peru-Brasil había aumentado de 724 millones de dólares en 2003 a 3,300 millones de dólares en 2008.
Otro episodio interesante es la tensión generada entre Ecuador y Brasil por el caso Odebrecht en 2008, luego que el presidente Correa expulsase a Odebrecht de Ecuador debido a las supuestas fallas estructurales en la hidroeléctrica de San Francisco. Correa amenazó con no pagar el préstamo por $293 millones que contrajo con el BNDS, Banco de Brasil, para financiar la construcción de esa central, así como amenazó con nacionalizar los campos petroleros concedidos a la brasileña Petrobras si la petrolera no aceptaba modificar su contrato en ese país. Como reacción brasileña, el presidente Lula decidió suspender las discusiones sobre varios proyectos de infraestructura en Ecuador, principalmente las obras para comunicar a Manta con Manaos y amenazó con cerrar el comercio entre ambos países. Correa dispuso el retiró de las visas a los ejecutivos de la empresa: Fabio Andreani, Fernando Bessa, Luis Antonio Maneri y Eduardo Cedeón. Finalmente, el Gobierno ecuatoriano decidió llevar a la Corte Internacional de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional de París su desconocimiento del crédito por $286,8 millones concedido por el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (Bndes) del Brasil a Odebrecht para la construcción del proyecto.
Extrañamente, en julio de 2010, el Gobierno ecuatoriano y Odebrecht llegaron a un “convenio de reparación” técnica y una compensación económica de 20 millones de dólares. Todos los juicios que estaban en curso en la justicia, tanto por daños como por presunciones penales, el Estado se comprometía a eliminarlos pese a que ninguna ley permitía estos acuerdos. El 28 de octubre de 2011Odebrecht retornó a la lista de empresas elegibles de contratación, sin haber pasado los tres años previsto por Ley ecuatoriana. De inmediato recibió la adjudicación, sin licitación pública, de un contrato por 18 millones de dólares para la reparación de un túnel de la central hidroeléctrica Pucará, en Pisayambo.

La voluntad política, el poder político
Aún resuena la frase de Lula “Hoy muchos países ricos sienten envidia de no tener la misma solidez económica que nosotros tenemos, aunque tengan más tecnología, patrimonio y mas dinero”.
Hoy, 24 de enero 2018, nos encontramos con Lula da Silva en la víspera de su sentencia de segunda instancia a una de condena en primera instancia dictada por el juez Sérgio Moro en el proceso que lo sanciona a nueve años y medio de cárcel. Para el juez Sergio Moro, Lula da Silva ha aceptado sobornos de la Constructora OAS, empresa bastante popular en los diferentes países latinoamericanos.
El soborno de la constructora OAS, se verificó a través de la reforma de un apartamento de tres pisos en Guarujá, en la costa de São Paulo, que él tenía intención de comprar. El caso es conocido como el de «tríplex de Guarujá». Lula y su esposa Marisa recibieron ese departamento, ella murió en febrero 2017. La sentencia debe ser dictada hoy 24 de enero 2018. Mañana, 25 de enero, sin importar el veredicto, la dirección del PT, tiene la intención de declarar la candidatura de Lula para las próximas elecciones presidenciales de octubre.









