El laberinto español y el precipicio británico. Héctor Casanueva

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La clarísima victoria del PSOE en las elecciones generales, autonómicas, municipales y europeas, a la que condujo Pedro Sánchez no fue suficiente para que los demás partidos le permitieran formar gobierno. Han pasado tres meses, y estamos en un limbo de negociaciones imposibles, rotas las conversaciones del PSOE con su “socio preferente”, Unidas Podemos (UP), liderado por Pablo Iglesias, que olvidó que ha perdido 29 escaños, y solo cuenta con un tercio de parlamentarios (42) que los que tiene el PSOE (123). Ha puesto exigencias imposibles para formar un gobierno de coalición, experiencia inédita en España.

Por su parte el bloque de derecha, con el Partido Popular (PP) Ciudadanos (Cs) y VOX, que no suman para ser alternativa de gobierno, se dedica absurdamente a fustigar y exigir a Sánchez que forme gobierno cuanto antes, pero no se lo facilita. Sánchez necesita mayoría absoluta, o mayoría simple en segunda o tercera votación, siempre que los votos en contra no lo superen, y los demás partidos se abstengan. El Rey, que tiene competencias constitucionales en este proceso, ha dado un tiempo a los partidos para reflexionar, antes de encargar de nuevo la formación de gobierno. Sánchez, por tanto, entrará en este laberinto durante un agosto sin vacaciones, para seguir negociando. Si no hay acuerdo, se repetirán las elecciones en noviembre, lo que es rechazado por más del 55% del electorado, el 90% de los votantes de la izquierda (PSOE y UP), pero bienvenido por más del 70% de los votantes de la derecha (PP, Cs y VOX).

Jean-Claude Juncker, Pedro Sánchez

¿Y cómo estamos al otro lado del Canal? En peligro cierto de que el Reino Unido (RU) pase a ser el Reino Des-Unido. Parece irreal, pero no lo es. La llegada de Boris Johnson, que continúa la seguidilla de desaciertos iniciada por Cameron, pone al RU al borde del precipicio. El panorama no puede ser más confuso, si ya lo era después del referéndum de hace tres años y el rosario de acuerdos frustrados de May, las divisiones, idas y venidas de los partidos -la más reciente, el cambio de posición del líder laborista Jeremy Corbyn, que ahora abogará por la permanencia en la UE- y la amenaza de Johnson de un Brexit sin acuerdo con la UE.

¿Cuál es el mayor riesgo sistémico de esta salida? Una convulsa situación política en todo el reino, de alcances que pueden ser muy graves. Por una parte, se rompería el “Acuerdo de viernes santo” que trajo la paz a las dos Irlandas, reinstalando una frontera entre ambas, lo que no quiere ninguna de las dos. El resurgimiento de la violencia no es descartable. Por otra parte, la situación de Escocia, que ya votó antes del Brexit por permanecer en el RU, pero en el entendido de que con ello seguirían en la UE, y ahora, luego de votar en el referéndum de Cameron en contra del Brexit, se ve forzada a quedar fuera de la UE. Ante esto, ya la primera ministra escocesa ha anunciado que pedirá un nuevo referéndum en Escocia sobre su permanencia o no en el RU, lo que no le resultará fácil porque depende del acuerdo del Parlamento británico. Este previsible bloqueo traerá sin duda un duro enfrentamiento político. Estos dos peligros son minimizados por Johnson con argumentos pueriles carentes de base política y estratégica. No es necesario insistir en las consecuencias económicas y de seguridad y defensa de una ruptura con la UE e interna en el RU. Además, el impacto negativo del Brexit en las universidades y centros de investigación será considerable. No solamente por su salida de los programas Erasmus y Horizonte 2020 y otros que apoyan la investigación, sino porque un alto porcentaje de los investigadores en el RU son extranjeros, y es el principal receptor de fondos comunitarios para proyectos académicos y científicos. ¿Algo más? Si. Hay cerca de 11.000 leyes o textos normativos que corresponden a directivas y normas de la UE internalizadas en el acervo legal británico, que deberán ser modificadas. Arriesgo un pronóstico: Boris Johnson no durará mucho como primer ministro. Será conocido como Boris el Breve.

Ministerial meeting of the International Syria Support Group (ISSG): Boris Johnson, British Secretary of State for Foreign and Commonwealth Affairs, and Federica Mogherini (in the foreground, from left to right)