En Berlín, Alicia Bárcena en la Future Affairs 2019

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Durante su presentación, Alicia Bárcena subrayó que el mundo experimenta cambios tectónicos de tal magnitud que rebasan nuestra capacidad de pensamiento temporal y espacial. “El cambio climático es un ejemplo de ello”,  existe una gran concentración que genera privilegios y provoca grandes asimetrías tecnológicas a nivel global.

«Solo siete empresas a nivel mundial –Apple, Microsoft, Amazon, Google, Facebook, Alibaba y WeChat– generan 5,2 billones de dólares en utilidades, más del doble del Producto Interno Bruto de Brasil (2,0 billones de dólares) y apenas por debajo del PIB de toda América Latina y el Caribe (5,4 billones de dólares)».

“Pocas empresas y unos pocos gobiernos están accediendo y apropiándose de nuestra información, están accediendo ilegalmente a nuestro cerebro, a nuestras preferencias, a nuestra vida cotidiana. Empresas y gobiernos están trabajando con nuestros datos para influir en nuestra vida como consumidores, como ciudadanos, como electores.”

Alicia Bárcena afirmó que existe un creciente descontento social y una alta desconfianza en las instituciones tanto nacionales como multilaterales.

Añadió que las instituciones o reglas multilaterales deben dar soporte a las demandas difusas de los muchos frente a las demandas concentradas de unos pocos, proteger los derechos de las minorías y de los grupos más vulnerables sujetos a discriminación, y generar condiciones más favorables para la deliberación democrática ampliando las capacidades de los actores, la diversidad de las miradas y la transparencia del debate.

“Debemos cambiar la conversación, preocupándonos del interés público, de los bienes públicos, de propiciar los intereses de la mayoría y lograr que esta disrupción digital no afecte la democracia ni el multilateralismo.”

Alicia Bárcena puntualizó que la tecnología ofrece promesas pero también riesgos provocados, entre otros factores, por la incertidumbre frente a los cambios profundos en el mundo del trabajo asociados a procesos de destrucción y creación de empleos y ocupaciones, y a la rearticulación de sectores productivos derivados de la incorporación de nuevas tecnologías como la robotización y la automatización de procesos que conllevan una disminución de las labores en tareas repetitivas y, especialmente, la inteligencia artificial con nuevas formas de organización del trabajo que pueden contribuir a su precarización.

Advirtió también sobre la crisis del multilateralismo que ha impactado en la cooperación internacional y ha impulsado un creciente unilateralismo y una más intensa rivalidad geopolítica.

“El vínculo entre democracia, multilateralismo y cooperación internacional es esencial para avanzar hacia el desarrollo sostenible con igualdad”, concluyó.