Buen día, soy el Padre Carlos J. Díaz Vega y los saludo cordialmente desde el Vaticano.

Existe una “fiesta para contemplar y alabar el misterio del Dios de Jesucristo, que es Uno en la comunión de tres Personas: el Padre, el Hijo  y el Espíritu Santo”, así lo dijo el Papa Francisco minutos antes de rezar el Ángelus el mediodía de este domingo 27 de mayo en que la Iglesia celebró la Solemnidad de la Santísima Trinidad. “Dios nos ofrece gratuitamente su vida y nos solicita difundirla en el mundo”, puntualizó el Santo Padre.

El cristiano no se contenta sólo con saber que Dios existe, Dios mismo se revela como Dios con nosotros, “cercano, que nos ama, que camina con nosotros, que se interesa de nuestra historia personal y que cuida de cada uno”. “¡No creemos en una entidad lejana, en una entidad indiferente, no! Sino en el Amor que creó el universo y ha generado un pueblo, en el Amor que se ha hecho carne, murió y resucitó por nosotros, en el Amor que transforma y da plenitud.

Dios-Amor es nuestro papá; Dios-Amor, en Jesucristo, no es un personaje del pasado; Dios-Amor, en el Espíritu Santo, es presencia y fuerza para realizar con serenidad la misión que Él nos confía: la de anunciar y testimoniar el Evangelio.

En esta Solemnidad de la Santísima Trinidad – señaló el Papa Francisco – “se contempla el misterio de Dios que crea, redime y santifica, siempre con amor y por amor”. Dios ha querido formar un pueblo que sea una bendición para todas las naciones, por eso el cristiano no es una persona aislada, pertenece al pueblo de Dios, dijo el Papa Francisco.

La Virgen María, pidió el Sumo Pontífice, nos ayude a cumplir con alegría la misión de testimoniar en el mundo, tan sediento de amor, que el sentido de la vida es precisamente el amor infinito, el amor concreto del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Por otro lado, después del rezo del Ángelus, el Papa Francisco comunicó a los fieles que el día anterior había sido proclamada beata la religiosa Leonella Sgorbati, asesinada en odio a la fe en Somalia el año 2006. “Su vida y su martirio…, comentó el Papa, sean una prenda de esperanza para África”, e invitó a los fieles a rezar un Avemaría a Nuestra Señora de África para que haya paz en ese continente.

Por último, el Papa hizo una exhortación a fin de “promover la solidaridad con las personas afligidas por graves enfermedades, reconocer asimismo sus necesidades espirituales y estarles cercanas con ternura”.

Mucho ánimo para todas las personas enfermas y también para sus familiares. Agradezco a todos la cortesía de la atención. Feliz Semana. Dios los bendiga.

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