Tres días ha durado el encuentro promovido por la Santa Sede con el deseo de contribuir a mejorar el proceso europeo, que llevó por título ««REPENSANDO EUROPA» organizado por la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea (COMECE) en colaboración con la Secretaría de Estado.

En la fecha conclusiva, sábado 28, en la Aula del Sínodo, el presidente del Parlamento Europea, Antonio Tajani, se dirigió a SS Papa Francisco exponiendo la situación europea ante tres problemas preocupantes: terrorismo, inmigración ilegal, desempleo juvenil.

Ante ello, manifestó, se requiere «una unidad europea fuerte con herramientas que cumplan nuestros objetivos. Debemos cambiar Europa, no destruirla.»

Captura de Foto: Presidente Antonio Tajani. Santa Sede. El Vaticano

Los valores son el sostén a las acciones en «defensa de la persona y la familia, la célula fundamental de la sociedad», sin valores, señaló, «es una Europa inconsciente y no identificada. Es como un roble con raíces llenas de termitas, destinado a caer.»

Unos valores, unidos a los valores cristianos, que ante la diversidad ha reaccionado de manera extrema y corrige el camino pues «no es quitando crucifijos de las escuelas, dejar de ser lo que somos, para proteger la diversidad del otro.»

Un respuesta política se requiere y es la prioridad del mandato del Presidente del Parlamento Europeo. Recordó la reciente premiación con «el Premio Sajarov a la libertad de pensamiento a la oposición democrática en Venezuela, en defensa del derecho de los ciudadanos a participar en la vida política de su país.»

Gracias a la historia europea, el diálogo y la tolerancia deben ser el camino contra la radicalización y el fundamentalismo así como la gobernanza de los flujos migratorios, Europa no debe olvidar la dignidad del hombre, el problema también se aborda desde la raíz, creando desarrollo y perspectivas en África, a través de un plan de inversión para el continente africano, resaltó la próxima conferencia «que tiene el objetivo de fortalecer el diálogo y la cooperación económica entre ambos continentes.»

Es por eso que debemos «derrotar al desempleo, especialmente el desempleo de los jóvenes, la exclusión social y la pobreza, como parte de una verdadera economía social de mercado.» El mercado no debería ser el fin, sino la herramienta para producir riqueza que se distribuirá entre todos, por ello «la protección de la dignidad de la persona también debe reflejarse en las condiciones de trabajo.»

Señaló que el 19 de noviembre, «las instituciones europeas y los Estados miembros se reunirán en Gotemburgo para firmar la declaración que establece el pilar social europeo. Nuestra Unión es mucho más que un mercado o una moneda.»

Recordó el reciente premio que le fuera concedido a la Unión Europa, a los quinientos millones de ciudadanos europeos, en España, el «Premio Princesa de Asturias de la Concordia.»

Reiteró el deseo que tiene el Parlamento europeo de «mantener un papel central en la construcción de nuestro futuro. Nosotros trabajamos juntos para defender nuestra Europa y nuestros valores.»