Los bienes culturales y el patrimonio cultural tienen un valor cultural, social, ambiental y económico insustituible, son esenciales para la identidad y la memoria de las personas, así como para crear un sentido de pertenencia a una comunidad. Patrimonio cultural como recurso no renovable único, no reemplazable o no intercambiable.
Los bienes culturales se enfrentan actualmente a serios desafíos relacionados con los aspectos culturales, medioambientales, sociales, económicos y tecnológicos que afectan todos los aspectos de la vida contemporánea.
El patrimonio cultural desempeña un papel especial en la consecución de los objetivos de la Estrategia «Europa 2020 Crecimiento inclusivo», ya que su impacto social y económico contribuye a la sostenibilidad ambiental.
Atraviesa las políticas públicas más allá del ámbito estrictamente cultural, como el desarrollo regional, el desarrollo agricola, los asuntos marítimos, el medio ambiente, el turismo, la educación, la agenda digital, la investigación y la innovación. Estas políticas tienen un impacto directo o indirecto sobre el patrimonio cultural y el patrimonio cultural
El informe de 2015 sobre el patrimonio cultural de Europa muestra que unas 300,000 personas trabajan directamente en el sector cultural de la UE y hasta 7,8 Millones de empleos son creados indirectamente por este sector. Adicionalmente, otros estudios muestran que invertir €1 produce un rendimiento superior a €20,9.
El Comercio ilícito
El comercio ilícito (o tráfico) de bienes culturales es definido por la Comisión Europea como la «importación, exportación y transferencia ilícitas de propiedad de bienes culturales, es decir, artículos de importancia para la arqueología, la prehistoria, la historia, la literatura, el arte o la ciencia.» Que se caracterizan por «robar de instituciones del patrimonio cultural o de colecciones privadas, a través del saqueo de sitios arqueológicos y el desplazamiento de artefactos debidos a la guerra». La Comisión Europea señala que el tráfico de bienes culturales «fomenta el terrorismo, el blanqueo de capitales, la evasión fiscal y el crimen organizado». Los bienes culturales tienen un valor económico significativo en el mercado y se estima que el tráfico de bienes culturales y antigüedades oscila entre US$50 millones y US$150 millones al año. La Unión Europea no tiene normas comunes sobre la importación de bienes culturales. El Reglamento (UE) 116/2009 establece normas sobre la exportación de bienes culturales, y la Directiva 2014/60 / UE regula la devolución de objetos culturales extraídos ilegalmente de otro país de la UE. Además, la mayoría de los Estados miembros imponen restricciones a las importaciones de bienes (por ejemplo, declaraciones o controles) de conformidad con los artículos 34 y 35 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE). El 13 de julio de 2017, la Comisión Europea presentó una propuesta de reglamento relativo a la importación de bienes culturales, en el que se establecen las condiciones y el procedimiento para la entrada de bienes culturales en el territorio aduanero de la UE. La Comisión también está preparando un estudio sobre el comercio ilícito de bienes culturales en la UE y las nuevas tecnologías disponibles para combatirlo.